En el Espanyol alucinan con las acusaciones de Graham Hansen tras el derbi: "No fue sucio, ellas no pudieron hacer un buen partido"

Tres años después, regresó el derbi femenino a la ciudad deportiva Dani Jarque, que este domingo vivió un llenazo histórico para recibir al FC Barcelona, equipo campeón de Europa y rival ciudadano de un Espanyol que está de vuelta a LaLiga F. El partido tuvo de todo: intensidad, ambiente y más emoción de la esperada, pues las azulgranas no desatascaron el choque hasta más allá del minuto 70.

Lo hizo Graham Hansen, autora del 0-1. Y un par de minutos después lo cerró Salma Paralluelo, que derrumbó definitivamente la numantina resistencia de las pericas. El derbi, con la crispación habitual en la grada de un encuentro de este calado, no estuvo exento de polémica. Y la desató precisamente la jugadora noruega, MVP del partido, con unas declaraciones incendiarias tras el pitido final.

"Ellas no querían jugar al fútbol, lo sabíamos. Me gusta cuando los equipos quieren luchar y pelear por ganar el partido, pero cuando siempre entran para dar hostias y ni jugar la pelota, es una pena. Me gusta competir, pero cuando es competir sin intenciones de jugar, es una pena para la liga", manifestó Hansen en los micrófonos de Televisió de Catalunya.

"Es difícil atacar a 11 jugadoras tan abajo, no favorece al ritmo del partido y el perjudicado somos nosotros. Las árbitras deben intervenir cuanto antes, mejor", añadió al relato azulgrana el técnico Pere Romeu, con un tono mucho más conciliador. Le contestó Sara Monforte, entrenadora blanquiazul: "En el fútbol profesional tiene cabida todo tipo de juego. Nosotras teníamos que llevar el partido al límite, para que ellas no se sintieran cómodas. Cada equipo utiliza sus armas, que no son mejores ni peores".

24 horas después del encuentro, con la cabeza fría, la sensación en el seno blanquiazul es la misma: que trazaron el mejor plan de partido posible para competir contra el Barça y que estuvieron a punto de llevarse un punto. Tienen muy claro que "no fue juego sucio" ni mucho menos y que "con sus armas" lograron que "ellas no hicieran un buen partido". De hecho, las pericas apenas vieron tres amarillas, por dos de las azulgranas. Y cuando terminó el derbi, las jugadoras de un equipo y otro se saludaron en el centro del campo con total normalidad, sin la tensión aparente que denunció Hansen.

No se terminan de entender las duras acusaciones por parte de la noruega. Alucinan en el Espanyol. Creen que quizás la contundencia del mensaje y de las palabras utilizadas podría estar relacionado con un tema del idioma. Y es que de hecho, si hubo alguna agresión o comportamiento fuera de tono vino del lado visitante. La propia Hansen, unos minutos antes de marcar, sin balón de por medio y con el juego detenido, derribó por la espalda a Lucía Vallejo en una acción que fue amarilla, pero que sí el árbitro hubiera estimado como como agresión le habría supuesto la expulsión.

Y Mapi León, en el inicio del encuentro, protagonizó con Daniela Caracas otra de las acciones polémicas del encuentro. Le hizo la de Míchel a Valderrama, como se suele decir vulgarmente. La jugada enseguida se hizo viral en redes, especialmente a través de usuarios aficionados del Espanyol que respondieron a las palabras de Hansen compartiendo la imagen.