20 horas de viaje en autobús con el tío de Alexia y durmiendo en el pasillo: "Si fuesen 40 horas, también lo haría"
Aficionados del Barça relatan sus experiencias viajando en uno de los siete autobuses que el club organizó para asistir a la final de Eindhoven.

Las 10:15h de la mañana era la hora señalada. Todos los seguidores del Barça estaban citados en los aledaños del Camp Nou para emprender el largo viaje hasta Eindhoven que empezó a las 10:45h del viernes, un día antes de la gran final de la Champions. Repartidos en siete autobuses, 355 aficionados de todas las edades se juntaron para enfrentarse a más de 20 horas de viaje.
Todavía más largo fue para quienes llegaban a Barcelona desde otros puntos de España. "Nosotras venimos de Valladolid, cogimos ayer el avión y llegamos con retraso por las tormentas", contaba Paula antes de empezar. La hora prevista de llegada era entre las 7:30h - 8:00h de la mañana del sábado. A pesar del largo viaje por delante, la aficionada del Barça confesaba que "hay ganas, hay ganas".
El deseo de llegar a Eindhoven y de llenar las calles con los colores blaugrana provocó que todos los viajeros llegaran antes de la hora, lo que permitió que la salida se adelantara unos minutos. Algunos autobuses iban completos, con 60 viajeros, otros, con el tope puesto en 51. La UEFA estimó que más de 8.000 culés se desplazarían a Eindhoven. Para amenizarles la estancia, el Barça ha preparado varios retos por las calles de la ciudad de los que ya han podido disfrutar los que llegaron el viernes por la tarde.
Los siete autobuses que partieron desde Barcelona hicieron una primera parada corta, para hacer una más larga a la hora de comer en Montpellier, tras cuatro horas de viaje. "El ambiente estuvo muy tranquilo, la gente no cantaba mucho ni nada", relata Ester. La gente aprovechó para trabajar, ver series o hacer pulseras, entre otras cosas.
Curiosamente, en su autobús iba el tío de Alexia Putellas: "Ha sido uno más de nosotros, es una persona que va con su mujer más a su bola y su situación es diferente a todos los demás que vamos, nos ha tratado como si nos conociera de toda la vida", comenta.
El Barça obsequió a los aficionados con una mochila y un cojín para que el viaje resultara más cómodo. Además, dentro del bus disponían de wifi y enchufes para cargar sus dispositivos. En cada vehículo había tres conductores y dos guías.

Durante la primera parada en La Junquera, un autobús sufrió un imprevisto que, por suerte, quedó en un susto: "Nos subimos al bus y el freno se quedó encallado, no había manera de salir. Estuvimos parados, pero al final seguimos sin problema", relata Marina, una de las pasajeras. No fue el único problema del viaje. Al llegar a Lyon, como si de una metáfora se tratase, empezaron los atascos y las retenciones. Para Ester ese momento fue uno de los peores del viaje: "Había gente que necesitaba ir al baño y no podíamos parar". La parada se retrasó y tuvieron que aguantar desde las 15:00h de la tarde hasta cerca de las 20:00h.
Sueño y un cerrojazo en Eindhoven
Cuando llegó la noche, la pesadez del viaje y el poco espacio para estirarse empezó a notarse: "Dormir ha sido súper incómodo, aunque la gente ha respetado bastante y han estado callados", confiesa Marina. En el autobús de Ester algunas personas se las ingeniaron para poder descansar: "Nos tiramos en el pasillo con las mochilas para tener más espacio y hemos pasado así la noche".
El sueño se vio interrumpido alrededor de las cuatro de la mañana cuando hicieron la última parada en Luxemburgo antes de llegar a Eindhoven: "Nos dijeron que aunque llegáramos antes de las 7:30h a Eindhoven no nos dejarían entrar. Lo tienen todo muy controlado y no quieren follón por tema de ruidos, cánticos tan temprano". Por ello, las últimas paradas se alargaron más de la cuenta. "En teoría eran de cinco o diez minutos, pero llegaron a 20 y 30 minutos", dice Marina.
Sobre las 7:45h de la mañana, los siete autobuses pisaron el suelo de Eindhoven. En el autobús de Paula, las 20 horas de viaje pasaron factura y algunos parecían reservar sus fuerzas para alentar a las suyas en el estadio. En cambio, en el de Marina llegaron cantando.
"Ha sido una experiencia muy guay, yo repetiría. No se nos ha hecho largo, la noche un poco pesada pero soportable. Ahora empiezan los nervios porque al llegar hemos visto el estadio y nos hemos empezado a situar en la realidad", asegura Ester. Todos coinciden en que lo que se llevan de este viaje de ida -todavía queda la vuelta- son las personas que han conocido, incluso algunos optaron por hacer turismo por la ciudad juntos. "Si son 40 horas, 40 horas que hago", sentencia Ester.
La "odisea" de las entradas impacta en las peñas
La peña del Barça 'Tot pel femení' organizó su propio viaje. Salieron de Barcelona sobre las 15:40h, más tarde que el resto. Pararon en La Junquera para coger a dos personas más antes de continuar con el largo trayecto hasta Eindhoven.
En esta ocasión viajaron 63 personas en un solo autobús, aunque para la final de Turín llegaron a llenar siete buses. "Pensábamos que esto iba a ser coser y cantar, pero nos hemos encontrado con la pésima gestión de entradas, que ha sido una odisea conseguir entradas, ha habido mucha gente que no ha podido venir y solo hemos podido hacer un bus", confiesa Alex, uno de los organizadores.

Paradas en estaciones de servicio en Francia, Luxemburgo, cánticos, y una noche entera en la carretera. 'Tot pel femení' no es la única peña culé que ha organizado un viaje hasta Eindhoven. El Barça anunció que estaba previsto que además viajaran peñas provenientes de toda Cataluña, donde organizaron autobuses desde las Terres de l'Ebre y Barcelona, además los grupos de fans de Polonia -con el Fan Club Barça Polska al frente- , desde Alemania -como la PB Stuttgart o la PB Berlín- o desde Bélgica -como la PB Liege, o la PB Eastbelgium Eupen o la PB Casal Català de Bruselas-, entre otros.
"Lo mejor ha sido llegar. Teníamos previsto llegar a las 9:00h y hemos llegado a las 12:00h por los atascos, pero no pasa nada", resume Alex. A las 13:00h está previsto un encuentro organizado por la Peña Almogâvers junto a 'Tot pel femení' para empezar el último viaje a pie hacia el estadio.