Los insultos a Carla en los ojos de su padre: "Me cuesta encontrar palabras para explicar a mi hija lo que pasó"
La portera, de tan solo 13 años, sufrió insultos machistas por sus rivales: "Puta, te comes más goles que pollas".

"Dadnos tu Instagram que tienes un culazo", "Puta, te comes más goles que pollas", "Eres una guarra". Son los insultos que recibió Carla -la portera de tan solo 13 años del Alhaurín de la Torre y la única chica del equipo- en su último partido. Su club se enfrentaba a la U.D. Mortadelo en la última jornada de la liga. El encuentro transcurrió con "total normalidad", tal y como cuenta Víctor, el padre de Carla y con el que se ha puesto en contacto Relevo, hasta que uno de sus compañeros de equipo dio la voz de alarma.
"Iba a buscar a mi hija y se me acercó, muy enfadado, y me dijo que se estaban pasando con Carla, que la estaban insultando los del otro equipo", relata Víctor. En ese momento es cuando el padre de Carla toma consciencia de la gravedad del asunto.
"Por lo que nos contaron, Carla sufrió insultos durante todo el partido". Tal y como ha podido saber Relevo, Carla incluso se planteó pedir el cambio y abandonar el partido. Pero aguantó hasta que el otro portero del equipo cogió el relevo. Según Víctor, Carla "está bien, es un niña muy fuerte". Sin embargo, y como es natural en una niña de 13 años, la situación está causando mella en ella. "Es verdad que ayer me llamaron del instituto y tuve que ir a recogerla a media mañana porque estaba muy nerviosa, tenía un poquito de ansiedad", cuenta Víctor a Relevo.
Además de con la ayuda de sus padres y de su entorno, Carla cuenta con una refuerzo extra para sobrellevar esta situación. "Ella, por una serie de circunstancias, ya va al psicólogo todas las semanas. Entonces, ya tiene quien la apoya y con quien puede hablar", detalla su padre.
«Cálmate, esto es lo que te vas a tener que comer en todos los campos»
En el momento en el que Víctor es consciente de los hechos, busca rápidamente a alguien del club rival. Le dicen que da igual todo lo que haya pasado, que el árbitro no lo ha recogido en el acta. Entonces, Víctor se vuelve loco y el entrenador contrario se cruza en su camino. Tal y como relata Víctor en un post en Facebook -en el que detalla todos los hechos y que corrió como la pólvora- el técnico se dirige a él "con actitud desafiante y chulesca y me dice: "Mira, cálmate, que eso es lo que te vas a tener que comer en todos los campos, que le digan esas cosas a tu hija". Víctor, incrédulo, intenta reaccionar. Pero el entrenador del Mortadelo responde metiéndole "la mano en la cara" y amenazándole "hasta el punto que otro empleado del club se lo tiene que llevar y desde lejos y agarrado" le dice que es "un gilipollas" y que se "vaya ya para Alhaurín".
Dos días después del suceso, a Víctor todavía le cuesta encontrar las palabras para explicarle a su hija lo que pasó. "No he sido capaz. Ella, la explicación que ve es la lucha que estamos llevando. La manera en la que respondemos y no permitimos ese tipo de comportamientos", explica al otro lado del teléfono. Víctor, que sabe que su hija está cerca, no se atreve a reproducir los insultos que sufrió Carla: "No quiero que lo vuelva a escuchar". Y lanza un lección. "Hago esto por ella y por mi hijos varones, que ellos entiendan que esto no se puede permitir, pero no solo con su hermana, con cualquier mujer. Hay que luchar y llevarlo hasta el final. Ya no podemos evitar que a ella le pase, pero sí que vuelva a pasarle a alguna otra niña", zanja.
El mismo niño ya la insultó en el partido de ida
Sin embargo, no es la primera vez que Carla sufre un comportamiento de este tipo en los siete años que lleva jugando al fútbol. Víctor se enteró el domingo. "Fue con este mismo niño. Este partido no lo jugó, la directiva nos dijo que hace unas cuatro semanas que ya no forma parte del club. Pero en el partido de ida, sí que jugó", relata Víctor. "Mi hija no quiso decir nada y le pregunté que por qué y me confesó que es que no quería tener problemas. Pero ya este domingo me dijo que sabía quién era uno de ellos -los insultos provenían de un grupo de niños- porque le dijo lo mismo, la misma persona y los mimos insultos", finaliza.
A pesar de la dimensión que ha adquirido el caso, Carla lo tiene claro: no va a dejar el fútbol. "Nadie va a conseguir que lo deje. Ella es más fuerte que cualquier tío que se le eche a la cara. Es su pasión. Además, es portera, y para ser portera hay que ser valiente", dice Víctor sonriendo. "Esto le pilla a una niña más débil y se la lleva por delante", se lamenta.
Aparte de lo obvio, el bienestar de su hija y los daños que la situación le esté pudiendo ocasionar, a Víctor le reconcome una preocupación. "La han insultado por ser una niña, a ninguno de los niños que estaban en el campo le hubiesen dicho eso. Fue violencia machista y fue muy duro". Tras el partido, las madres de varios jugadores del club se acercaron a la de Carla. "Le dijeron que no daban crédito y que lo único que podían asegurarnos era que, en caso de ser su hijo, lo iban a matar. Que no había derecho".
La reacción del Mortadelo y una oleada de cariño
Tras lo ocurrido, Víctor lo tiene claro: "Mi objetivo es que ese entrenador no se vuelva a acercar en su vida a un equipo de niños, que coja a los de 40 y les diga lo que quiera, pero no a los niños. Para ellos, sus entrenadores son sus héroes y eso no se puede permitir".
Después de que Víctor publicase el post en Facebook relatando los hechos, el entrenador en cuestión se puso en contacto con él. "Me dice que le perdone, que le he malinterpretado. ¿Pero qué más interpretaciones puede tener que a tu hija la llamen puta en un campo de juego?", explica indignado. "Además me dice que él no puede hacerse responsable de los niños que se cuelan en el campo. Pero es mentira, no se colaron, les abrieron la puerta como a cualquiera, que eso lo vio mi hija", añade.
Además del comunicado que emitió el club tras el partido condenando los hechos e informando de que habían abierto una investigación interna, ayer se reunieron con los padres de Carla. "Creo que fueron sinceros y honestos... para evitar que el daño fuese mayor. Nos explicaron que el niño en cuestión tiene ficha del club, pero que es un castigo para que no pueda jugar con otro equipo y que no forma parte del día a día".
Quien no estuvo en esa reunión fue el entrenador del Mortadelo. "Nos dijeron que habían dimitido, pero me da igual, tendría que haber venido a disculparse. Mira, si cuando acaba el partido viene y me dice: 'han sido unos chavales, te prometo que no van a volver a pisar este campo', yo cojo y me voy. Pero fue muy diferente", se sincera.
La oleada de cariño hacia Carla no se ha hecho esperar. Desde la llamada del presidente de la federación malagueña de fútbol -"Me dijeron que iban a abrir una investigación y a darles el máximo castigo"- pasando por las de algunas de las jugadoras del club femenino de la ciudad. "Nos han invitado a un montón de partidos, le quieren hacer un montón de homenajes", dice sonriente.
Carla sueña con ser futbolista profesional como Misa Rodríguez, la portera del Real Madrid y su ídola. "Ayer me decía que le escribiese por Instagram, a ver si le contestaba", comenta con gracia Víctor. "Todo lo malo puede tener algo bueno, es lo que le queremos enseñar", finaliza el padre de Carla.