La hoja de ruta de Raúl en el Real Madrid no varía… pese a los que le quieren mover la silla
El entrenador del Castilla, cuyo contrato con el club no tiene fecha de caducidad, sigue enfocado en seguir en el club de su vida.

Pasan los días, los meses, incluso las temporadas, y en el último vestuario de la escalera de Valdebebas, el más cercano a las dependencias del primer equipo, continúa Raúl, formando mirlos, educando jugadores, compitiendo con lo que le dan, ajeno a todo el ruido que, por oleadas, algunas dirigidas por agentes externos, se genera en torno a su figura.
El plan de Raúl apenas ha variado en los últimos cursos. Hombre de club, con un contrato sin fechas con el Madrid, porque él no es entrenador efímero, sino empleado y leyenda, valga la paradoja, el jefe del Castilla es feliz donde está. El fútbol da tantas vueltas que él acabó jugando en el Schalke, pero en su hoja de ruta no hay otro rumbo en primer destino que el trayecto diario de La Finca a Valdebebas.
La nómina de clubes que han llamado a su puerta no deja de crecer. Desde Alemania, Inglaterra e incluso España. Pero Raúl siempre ha dicho que no. No se trata de comodidad, porque ese verbo no lo conjuga el de Villaverde, sino de convencimiento en un trabajo que muchos de sus predecesores han considerado etapa de paso, como si de un trampolín se tratase. No es su caso. Raúl no necesita saltar a otro lugar porque está en su casa, cumpliendo el servicio que le han encomendado. Y con creces.
El Castilla ha competido siempre, desde que asumió el cargo en la 19-20, temporada en la que ganó la única Youth League que luce en unas vitrinas de Valdebebas que Manu Fernández, el jefe de la cantera, supervisa personalmente con sumo mimo. Peleó un ascenso en la 20-21 y otro en la 22-23 ya en la Primera RFEF (con dramático desenlace cuando lo tenían en su mano). Mientras, un puñado de jugadores que han pasado por sus manos han sido traspasados, cedidos o están tocando primer equipo, demostrando que su mano ha formado canteranos para ponerlos en el punto de cocción necesario para explotar en la élite.
Sus jugadores han generado unos ingresos de al menos 25 millones de euros: Gila (Lazio), Arribas (Almería) y Miguel Gutiérrez (Girona), los dos primeros por seis millones por el 50% de los derechos, Miguel por cinco; Dotor y Miguel Baeza (unos 3 también por el 50%, ambos en el Celta) o Fran García (dos pagó el Rayo, ya recuperado por el Madrid). En cuanto a los cedidos, Marvin está en Las Palmas, Rafa Marín destacando en el Alavés y Latasa creciendo en el Getafe. Peter está en la rampa de salida rumbo al Valencia.

Así las cosas, con un Castilla peleando en mitad de tabla, con algún refuerzo recién llegado como Jeremy de León, la pujanza de jugadores que vienen apretando (los Mario Martín, Gonzalo, Nico Paz, Álvaro…) y la exigencia por bandera, Raúl no mira más allá. Su sintonía con Ancelotti es total, el club está satisfecho con su evolución y la estabilidad de Carlo arriba mantiene las aguas tranquilas en cuanto a quinielas de futuro. Seguirán llegando propuestas, pero solo un proyecto de un nivel muy superior le movería del banquillo blanco, sin más aspiraciones por ahora que las actuales. Que no son pocas.