El cerco sobre Igor Seoane, creador de Rojadirecta, se estrecha: "Sed prudentes si escribís sobre él"
Igor Seoane, tras la indemnización de 31,6 millones a Mediapro, afronta un proceso penal por el que le piden 4 años de cárcel.
![Imagen genérica para representar la piratería informática. /GETTY](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202412/23/media/cortadas/pirateriagenerica-RkgTLOMbB1EsSQ397o5pcJP-1200x648@Relevo.jpg)
No es nada fácil conseguir datos sobre Igor Seoane, creador de la web de enlaces pirata Rojadirecta, más allá de un par de algunos básicos que, además, suelen encontrar una furibunda oposición de sus abogados una vez que se publican. Hay muy pocas fotos suyas, suele entrar a los juzgados ocultando su imagen al público y, en ocasiones, incluso disfrazado. Se sabe que nació A Coruña en 1984 y que es el padre de la que fue una de las mayores páginas de enlaces que pirateaban contenido en todo el mundo. La pasada semana fue condenado a pagar 31,6 millones de euros como indemnización a Mediapro después de una larguísima batalla judicial de más de 10 años. Y sólo es la primera de las que vienen...
"Si estuviera a la puerta de mi casa no lo reconocería", explica a Relevo una fuente que se topó con él en los tribunales. "Es un tío anodino, retraído, que protege mucho su identidad y no tienen redes sociales a su nombre", añade. Otra fuente que también ha compartido sala en los juzgados con él va más allá: "Sin duda, es una persona inteligente que no tiene miedo o que ha aceptado las consecuencias legales de lo que hace. Lleva mucho tiempo de batalla legal y se le notan fundamentos jurídicos, que utiliza con su propio enfoque".
Él fundó una empresa matriz llamada Puerto 80 Projects SL, a la que pertenecía Rojadirecta. Su popularidad y rentabilidad creció como la espuma: era gratis para los usuarios que subían a buscar la forma de ver partidos de fútbol gratis, pero él se enriquecía a manos llenas gracias a la publicidad y otras formas de monetizar su influencia, con temas de apuestas deportivas incluidas. Desde 2013, al parecer, vive en Malta y ha intentado borrar su rastro lo mejor que ha podido, mientras afrontaba una buena pila de pleitos judiciales no sólo en España, sino también en los EE.UU.
"Sed prudentes si vais a escribir sobre él porque lo ve todo y sus abogados lo recurren todo", avisa otra fuente que se ha cruzado con Seoane en un juzgado. Allí, después de entrar con una peluca o un casco de moto para evitar se reconocido, es donde también hacía un alarde de recursos para salirse con la suya, a ser posible sin pagar: en una ocasión consiguió separar las defensas de su empresa y la suya personal para que se condenase a la primera (que para ese momento ya no tenía liquidez) y a él no. Este recurso legal también le ha dejado de funcionar con la última sentencia en A Coruña: le hace responsable solidario de, al menos, la mitad de la indemnización de 31,6 millones de euros que recibirá Mediapro.
"Dentro de la sala no tiene nada que ver con la imagen que uno se podría hacer de él entrando con un casco. Yo no es un chico, como le llamaron en algunos juicios al principio. Ahora es un señor, bien vestido, acicalado con un traje como si fuera un abogado más. Nunca ha iniciado ningún diálogo con el resto de letrados, pero cuando toma la palabra es muy desenvuelto", explican.
Una batalla judicial tremenda con defensas «ingeniosas»
"Lo que tiene son unos abogados buenísimos que fueron capaces de ir desmontando cada argumento y encontrando resquicios para defenderle, al menos al principio", apuntan. "Durante un tiempo discutía que los partidos de fútbol no son obras audiovisuales porque, al no estar guionizadas, no eran lo mismo que una serie o una película que sabían el inicio y el final, sino que solamente eran una producción. Eso también lo perdió en el Tribunal Supremo".
Las primeras denuncias en su contra las perdieron porque "sólo" se presentaban 7-10 vídeos para justificar el presunto pirateo de los enlaces que ofrecía su web y de ahí su equipo judicial conseguía argumentar que no era un servicio constante. "Había que empezar a ir al notario día a día para dejar constancia de lo que hacía, aunque todo el mundo lo sabía y podía comprobarse de forma muy sencilla.
También ganó batallas a gigantes como Google. Registró los nombres, mal escritos, de dominios del estilo de Gmail o el propio "Gogle" de tal manera que conseguía un tráfico enorme de gente que se equivocaba al teclear y se encontraba con sus servicios. Fueron a los juzgados y salió de ellos victorioso. Pero en pocos años la fortuna se le comenzó a torcer. Bueno, fortuna no: "Lo que ha tenido siempre son unos abogados fantásticos".
Derrotado en el Supremo... y ahora llega las indemnizaciones
"El Tribunal Supremo acabó dando la razón a Mediapro en el sentido de que Igor también era responsable de la infracción de propiedad intelectual. Al final era cooperador necesario y beneficiario directo de la actividad económica de la web", explicó Raúl Bercovitz, que llevó la defensa de Mediapro. Antes de estas victorias, sin embargo, habían sufrido otras derrotas: en 2010 la Audiencia Provincial de Madrid, por ejemplo, estimó que no era delito en España publicar enlaces a partidos de fútbol. Eso entre otros sinsabores que la lucha contra la piratería ha sufrido en estos años.
En realidad los problemas de verdad para Igor Seoane llegaron con el cambio legislativo que se produjo en 2015. Modificaron el Código Penal en aspectos relativos a la piratería: "Le pilló a contrapié. No pudo o no quiso cesar en su actividad y es a partir de ahí cuando le llegan los problemas que ahora han terminado en esta condena y las diferentes indemnizaciones a las que tendrá que hacer frente. Porque de momento conocemos los 31,6 millones que tendrá que afrontar a Mediapro, pero Telefónica también tiene pendiente la ejecución de una sentencia contra él que ganaron. Y que otro juzgado fijará a cuánto ascienden los daños y perjuicios que le tocará abonar, si las cosas siguen por el mismo camino que en el que le acaba de condenar en A Coruña.
El 22 de septiembre se enfrenta a una posible pena de cárcel
Más allá del dinero, el pasado 17 de diciembre se celebró una primera vista penal contra él. Aquí ya no es cuestión de indemnizar ni de jugar al gato y al ratón sobre quién es responsable solidario, o si tal y cual empresa no tienen fondos. Lo que se está discutiendo en este proceso es si entra, o no, en la cárcel.
La acusación particular pide para él 6 años de prisión mientras que el fiscal se queda en cuatro. En la primera vista de este proceso que se sigue no sólo contra Seoane y Puerto 80, también estaban involucrados otros colaboradores suyos que se han conformado con las penas iniciales que les imponían. El creador de Rojadirecta no, y lo defenderá en 2025, con riesgo para él de terminar condenado si las cosas no funcionan como él quiere en la sala judicial.
Ha sido un pulso larguísimo que parece haberse decantado por los dueños del derechos audiovisuales, pero en que seguramente habrá todavía algún asalto más. La piratería sigue contando con poderosos aliados, como se ha hartado de explicar el presidente de LaLiga, Javier Tebas: "Hay que decir que Amazon y Google nos roban porque son cómplices. Yo les pongo siempre un ejemplo, en conversaciones muy duras que hemos tenido con Google: en Oriente Medio no se puede ver pornografía, ¿no? Lo tienen perfectamente controlado. 'Ah, pero es que ahí es delito', me dicen. ¿Y robar propiedad intelectual no es delito? Lo que pasa es que no quieren. Así que o nos enfrentamos bien a todos los actores que influyen en la piratería o no la vamos a solucionar. Elon Musk eliminó mucho personal en X, y en piratería ha dejado a una persona. Ahora mismo están retransmitiendo partidos en directo y están haciendo muchísimo daño. Y nosotros les mandamos cartas... estoy harto de mandarles cartas porque no sirven. Parecemos monjitas. ¿Sabes lo que nos contestan? Que lo tendrán en consideración. Y eso cuando nos contestan".
En España este tira y afloja judicial se inclinó definitivamente en contra de la piratería en 2015, cuando la ley cambió y unas medidas cautelares obligaron a Seoane a cerrar su web con un mensaje que parece ahora mismo muy lejos de cumplirse: "Te esperamos pronto". La sentencia del Supremo es un varapalo histórico para el gallego que, además, sigue teniendo pendientes otros pleitos en diferentes países.