El CD Isoba, el club en el que se curten los hijos de Güiza y Roberto Carlos, sobrevive con un modelo peculiar: "Todo el mundo en el fútbol intenta lucrarse... Nosotros, lo contrario"
El equipo milita en la Liga Juvenil Recoletas con una idea que nació en Estados Unidos.
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A algo más de cuatro horas de Madrid se encuentra Isoba, el pueblo más elevado del municipio leonés de Puebla de Lillo y, también, el más próximo a la Estación Invernal y de Montaña de San Isidro. Allí nació, hace ya once años, el CD Isoba. Lo hizo gracias a Andrés Suárez, un español que reside en Estados Unidos y que ostenta el cargo de fundador y socio principal del club. Su pasión por el fútbol y su amplio conocimiento del deporte americano, del que también es devoto, fueron los ingredientes que necesitó para arriesgarse y crear desde cero un proyecto prácticamente inédito en España: "Es muy interesante... En el fútbol de hoy todo el mundo intenta o quiere lucrarse y estas personas [haciendo alusión a Andrés Suárez y Marcos Álvarez] pues todo lo contrario. Todos los jugadores están becados y no pagan nada... Ni ropa ni cuotas ni nada".
"Los primeros seis años era todo gracias a Andrés Suárez, que es quien financia el proyecto por completo, al cien por cien. Fruto de su trabajo ha tenido la capacidad de poder apostar e invertir en ello... El 70%-75% ha sido con fondos propios provenientes de Andrés desde Estados Unidos", añaden Miguel Ángel Marín, entrenador y director deportivo, y Marcos Álvarez, directivo. Aunque resulta "muy complicado" sobrevivir en el fútbol actual sin apenas patrocinadores ("sólo tenemos uno, CSF, que es el que nos ayuda en un porcentaje altísimo"), el modelo del CD Isoba es peculiar por más motivos: además de basar su idea en el deporte americano, con becas completas que simulan a las student-athlete [permiten compatibilizar los estudios y el deporte de alto nivel], habituales en Estados Unidos, y de contar únicamente con la ayuda de CSF, "un centro de tecnificación, representación y alto rendimiento", en el club sólo trabajan "cinco o seis personas".
Otra de las características del Isoba, en el que militan chicos de entre 16 y 18 años y destaca Dani, hijo de Güiza, y Cristo, de Roberto Carlos, reside en su infraestructura, compuesta únicamente por un equipo, "sin filiales ni equipos sénior". El objetivo a mediano y largo plazo no varía: "Queremos que el equipo llegue a Juvenil División de Honor, pero sabemos que es complicado... Nos interesa más formar a los chicos, que aprovechen la oportunidad y luego puedan dar el salto al fútbol profesional o, al menos, aspirar a vivir de ello".
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Otro de los aspectos más llamativos es su ubicación: el equipo entrena entre Madrid y Segovia, normalmente en Los Ángeles de San Rafael ("está bien que prueben el césped natural y se acostumbren"), pero disputa la Liga Juvenil Recoletas en Castilla y León, lo que implica desplazamientos en bus y una unión que, luego, se traslada al terreno de juego. "El trato recibido por parte de los jugadores al estar becados y a nivel de equipo, de cómo se les trata en los entrenamientos, instalaciones, en estructura... pues es como si fuese de un equipo de División de Honor", apostillan, conscientes de que se trata de una idea peculiar que ya ha dado sus frutos ("hemos conseguido que alguno sea futbolista profesional y pueda vivir de ello").
Dani y Cristo, los nombres más mediáticos
Tanto Miguel Ángel Marín como Marcos Álvarez son conscientes de que cada vez son más las personas que se interesan por la curiosa historia del CD Isoba, creado en 2014, y, también, de que muchas de ellas lo hacen por Cristo y Dani, hijos de Roberto Carlos y Güiza. En el caso del primero, comparte posición (lateral izquierdo) con su padre, aunque su polivalencia también le permite jugar como extremo. "Yo le utilizo en esas dos posiciones", matiza Miguel Ángel, que destaca su implicación y trabajo sobre el césped. "Dani lleva 14 goles, aunque federativamente son 13 porque uno de ellos el árbitro se lo reflejó a otro jugador...", comentan sobre el delantero, uno de los más destacados del equipo, que llama la atención por sus condiciones físicas y similitudes con su padre ("tiene cosas parecidas como ese primer toque, definición...").

Miguel Ángel Marín, entrenador y director deportivo del Isoba, aborda el tema con naturalidad, consciente, también, de que es "positivo" porque provoca que "haya más ojos para ver al equipo" durante sus partidos: A todos los campos que vamos es cierto que siempre hay mucha expectación. Es algo que llama la atención [que el hijo de Güiza y Roberto Carlos jueguen en el CD Isoba], porque son hijos de dos futbolistas que han sido muy importantes en nuestro país. Los chicos los llevan fenomenal, nos viene bien a todos. Tienen otros compañeros que tienen otras virtudes muy interesantes, pero no son 'hijos de', y eso hace que haya más ojos para ver al equipo, pero lo llevan bien, muy bien".
En los 17 partidos disputados hasta la fecha, el CD Isoba marcha tercero (38 puntos) en la tabla de clasificación de la Liga Juvenil Recoletas en la que también se encuentran otros equipos como la Gimnástica Segoviana (51) o el Palencia Cristo (41). "Si se consigue el objetivo de llegar a Nacional, que es lo que todos queremos, tendremos más recursos y atraeremos a más chicos", finalizan. Con el 100% de sus futbolistas becados, replicando el modelo estadounidense, "cinco o seis trabajadores" y un único patrocinador, el conjunto leonés se mantiene firme en su camino e idea, cada vez más atractiva para "patrocinadores y colaboradores extranjeros".