El futbolista estafado un año después: "Ahora, la vida es un poco más dura porque no confías en nadie"

El pasado 19 de enero, el 'Caso Carmelo' sacudió el fútbol español. Javi Castellano se armó de valor y contó el infierno vivido durante más de un año. Exactamente, desde el día en el que conoció a Carmelo Vicente Parra, el agente de futbolistas que le estafó -supuestamente- más de 60.000€ y que le hundió la vida. A su confesión le siguieron muchas más. Ese jueves, los teléfonos de Javi Castellano y de Omayra, su mujer, sonaron sin descanso. "Fue una locura, teníamos dos móviles. Uno con Instagram, otro con el Whatsapp...". Hasta jugadores como Iago Aspas, Rafa Mir o Jesé Rodríguez se pusieron en contacto con él para apoyarle.

A Jesús Godino (el portero del Poli Ejido), por ejemplo, le ofreció un contrato con el Manchester United, previo pago de un pseudoseguro de 50.000 euros..., que había que renovar todos los años. Además, llegó a amenazar a su pareja: "Me dijo que si de verdad quería a mi novio y deseaba que fuese al Manchester le tenía que dar ya 12.000€". Hubo muchos más. Si los teléfonos de Javi y de Omayra sonaron sin descanso, el correo electrónico de Relevo se agolparon los mails. Todos repetían: "Carmelo también me estafó a mí y quiero contarlo".

Precontratos con el Málaga, falsas cláusulas de confidencialidad abusivas, dramas familiares falsos, relaciones inventadas con estrellas ("Un día estábamos tomando algo en Sevilla y le llaman por teléfono, me enseña la pantalla y ponía Karim Benzema") y un millón de mentiras. Todo con tal de mantener un castillo de naipes a costa de los sueños de muchos jugadores.

Tras la entrevista en Relevo, Javi Castellano puso el asunto en manos de sus abogados. Un año después, el futbolista -que es una de las estrellas de la SD Logroñés- cuenta que no cree "que se demore mucho, pero que es un caso bastante complejo y hay que reconstruir todo". Y confiesa: "A mí me da igual el tiempo que pase, lo que quiero es que por lo menos lo mío haya valido para que él no vuelva a engañar a chavales, a jugadores, a quien sea, a las personas en sí. Y que se sepa de qué palo va esa persona y que, por lo menos, que el último al que haya estafado sea yo y que haya servido yo de ejemplo para que no les pase a las demás personas".

Ese 19 de enero marcó un antes y un después en la vida de Javi Castellano. "Con la entrevista, me quité un peso de encima que llevaba cargando durante mucho tiempo. La verdad es que fue un paso adelante en mi vida", reconoce al otro lado del teléfono. Y a Javi se le cambia la voz al recordar esos momentos. "Vivía sin saber qué iba a pasar con mi futuro y sin saber si lo que me contaba Carmelo era verdad o no. Pasé una época bastante mala con mi familia, todo eran mentiras".

Fue tal el revuelo del caso Carmelo que, a día de hoy, Javi reconoce que hay mucha gente que le reconoce por su historia. "Casi todo el mundo que me ve. Incluso, esta temporada, en Logroño me dijeron en plan: 'Ah, coño, tú fuiste el que saliste, el que dijo lo de la estafa, cuando el agente y tal'", cuenta riéndose. "Pero me lo recuerdan para bien, que menos mal que lo hice porque a partir de ahí también salieron muchos testimonios, mucha gente a la que le había pasado lo mismo. Y sobre todo de lo que me alegro mucho es de haber sacado la cara de Carmelo Vicente y de su supuesto primo José, que es con el que hacía las cosas aquí en Bilbao, que también participó", añade.

A estas alturas del relato, todavía hay muchas preguntas sin resolver. ¿Javi Castellano volvió a jugar al fútbol? ¿En qué equipo? ¿Cómo le va? Y, sobre todo, ¿dónde está Carmelo? Respecto a las primeras cuestiones, Javi Castellano volvió a jugar al fútbol. A los pocos días, el teléfono volvió a sonar. El Calahorra y algunos más de Primera RFEF se interesaron por su situación, incluso un club de Grecia. Sin dudarlo, Javi se pagó un avión y se calzó las botas para demostrar que, estos meses de parón, no habían ocultado ni un sólo milímetro de su talento. Pero la aventura griega no acabó en fichaje.

Sin embargo, apareció el Atlético Paso, un equipo de La Palma que milita en Segunda RFEF. "Me salvaron y estoy muy agradecido. Volví a tener esa ilusión por jugar, por competir", confiesa. A pesar de que los primeros días fueron complicados: "Es verdad que, al principio, mi mente no estaba 100% puesta en competir, ya que era muy reciente lo que me había pasado. Y parece que no, pero eso no te afecta a corto plazo, pero sí a largo plazo. Tú tienes que seguir teniendo la vida que tenías, en el sentido de la estabilidad, y todo lleva su tiempo".

Tras su paso por La Palma, Javi Castellano fichó por la SD Logroñés de Primera RFEF -una categoría por encima del Atlético Paso-. Ahora, Javi disfruta al 100% del fútbol. El futbolista canario es el cuarto jugador con más minutos de la plantilla y uno de los pilares del cuadro riojano. Además, aparece en varios rankings de la categoría. Por ejemplo, siendo uno de los futbolistas con más intercepciones.

¿Y dónde está Carmelo? "Tan tranquilito. Me dijeron que le vieron por Marbella haciendo vida normal", comenta con sorna Javi. "No volví a saber nada de él. Sólo cositas puntuales porque me han llegado informaciones de que, aparte de que sigue haciendo lo mismo, ya es imposible que se lo haga a la gente del mundo del fútbol o, a lo mejor, pillar a alguien. Con la cara ya, desde que meta su nombre en cualquier sitio encontrará la noticia y su cara y se andarán con ojo", asegura.

Después del 19 de enero, Carmelo Vicente Parra amenazó con denunciar a Relevo. Sin embargo, jamás llegó. Antes de la publicación del texto que leen, Relevo se volvió a poner en contacto con el agente. Pero el teléfono no dio señal.

A pesar de que Javi Castellano rehízo su vida, el asunto Carmelo le marcará para siempre. "A raíz de todo lo que pasó, ahora, la vida es un poco más dura. Porque no confías en nadie, prácticamente, en este mundo del fútbol", reconoce. Por supuesto, el futbolista canario cambió de representante. "Confío bastante en ellos, me dicen las cosas como son. No hay nada de misterio y eso me está ayudando bastante en recuperar la ilusión de querer seguir compitiendo hasta que mi cuerpo diga basta, que es lo que yo quería. Y, sobre todo, elegir el momento de retirarme. Me lo merezco".