José Antonio Luque, un narrador con mil batallas: "Nos colamos en la fiesta de la Séptima sobornando al guardia con pins del Real Madrid"
El periodista de Mediaset es una de las voces más prestigiosas del fútbol y el baloncesto de las últimas décadas.
José Antonio Luque es un narrador de narradores, de esos que tienen a su alrededor un consenso poco habitual. Le pone voz al fútbol y al baloncesto, pero no se queda ahí, lleva décadas haciendo informativos de televisión, ha sido tertuliano y es, por encima de todo, periodista. Son casi cuarenta años contando muchas alegrías y no pocas penas, desde mundiales de fútbol y baloncesto a la Champions. Ahora ve el deporte y el periodismo desde Mediaset, la última casa de una carrera que le ha llevado a puestos de responsabilidad en Antena3, Onda Cero o Punto Pelota.
Es muy difícil encontrar alguien que hable mal de José Antonio Luque. Has tenido importantes responsabilidades en prensa, lo cual suele llevar a enemistades, pero en tu caso no se da ¿por qué?
Yo no sé tampoco si es así. Seguramente encontrarás a alguien que no te hable tan bien. Es imposible estar a bien con todo el mundo, caerle bien a todo el mundo y que todo el mundo hable bien de uno. Es reconfortante que haya compañeros de profesión, gente que ha trabajado contigo, que hable bien de ti, pero seguro que si rascas encuentras a alguien que por ahí no te habla tan bien.
¿Cómo empiezas en el periodismo?
Pues mira, puede parecer hasta un cuento de hadas. Yo tenía dos planes cuando era joven, el plan A y el plan B. El plan A era ser futbolista, que me imagino que era el plan de la mayoría de los chicos de mi generación, y el plan B era ser periodista deportivo. En la radio, porque yo era un oyente empedernido de radio, y particularmente quería ser narrador. El A falló, evidentemente. Y afortunadamente luché y peleé para sacar adelante el plan B y por eso soy periodista, por una cuestión vocacional, por haber escuchado mucha radio, por haber leído mucha prensa. Ver televisión en aquel momento no tanto, entre otras cosas porque en aquella etapa teníamos solo un par de canales en este país o uno y medio y era muy difícil empaparse del medio televisivo. De ahí nace la vocación, luego ya empieza la carrera. Un día en la facultad había un cartel, que se buscaba chicos para una emisora de radio en un pueblo de Barcelona, en Cornellà. Entonces ahí acudimos una serie de gente, entre ellos, por ejemplo, Josep Pedrerol. Y ahí empieza nuestra andadura. Era una emisora, digamos, alegal. En aquel tiempo proliferaban muchas emisoras de FM, estaba el dial saturado y hubo un momento en el que la Generalitat tuvo que tomar medidas y eliminar emisoras porque el dial de la FM estaba saturadísimo. Ahí empezó todo, una emisora de radio, una emisora de pueblo en este caso, y a partir de ahí, Radio Sabadell, Radio Miramar, Onda Cero...
¿Por qué la radio tiene ese vínculo con el oyente? Los otros medios no lo consiguen, no de esa manera al menos.
La radio se convierte en algo muy tuyo, porque tú moldeas la radio, la haces a tu imagen y semejanza, a tu estilo, a tu manera. No quiere decir que no escribas a tu estilo y a tu manera, o que no hagas televisión a tu estilo, pero yo diría que es más personal. Y el medio radio... eso sí que no sé lo que es, pero tiene algo especial. En mi caso, ya te digo, me viene de haber escuchado muchísima radio. Muchísima. Me atraía aquello que suponía estar al otro lado del transistor del aparato. Poder contar cosas, a mí aquello me fascinaba. Yo quiero hacer esto, yo quiero contar cosas, yo quiero que la gente cuando ponga el aparato de radio, el dispositivo que sea, me escuche a mí y yo cuente cosas. Tiene algo. Ahora, si me pides que te lo defina, es que no sé definirlo.
"Cuando escuché mi primera narración en televisión aguanté diez minutos, era insoportable"
PeriodistaEres un narrador con mucho prestigio, ¿qué valoras tú en la narración? Es algo muy complicado de hacer.
Yo lo que más valoro es ayudar al espectador, tanto en el narrador como en los comentaristas, en el global de la retransmisión. En el caso de la televisión, de una manera, y en el caso de la radio de otra, porque evidentemente en el caso de la televisión lo están viendo. Aunque las distancias se han acortado, yo sigo creyendo en que hay una narración de radio y una narración de televisión. Darle al espectador algo que no tiene y que cuando acabe la retransmisión diga, 'Pues mira, habiéndola visto con este señor, con estos señores, yo me he hecho una idea mejor, he aprendido algo, me han ayudado a comprender lo que pasa'. Porque una cosa es verlo y otra comprender lo que pasa.
Evidentemente los narradores no somos siempre narradores, durante más tiempo en nuestra vida somos espectadores que narradores, porque no lo podemos narrar todo. Siendo espectador yo es lo que valoro, y es lo que intento hacer en el ejercicio de mi profesión.
Este verano, en la Eurocopa, hubo bastante polémica por la manera de narrar de Paco Grande, más clásica, también más televisiva, de lo que se estila ahora mismo y en esa pelea sobre las narradores radiofónicas en la televisión. ¿Cómo lo ves tú?
Yo creo que debe haber una distancia, debe haber una frontera, que es verdad que cada vez es más pequeña, porque la narración de radio se ha acercado mucho a la de televisión y la de televisión se ha acercado mucho a la de la radio, por diferentes motivos. En el caso de la radio, porque se ha dado por hecho que la mayoría de la gente que está escuchando la radio, además, está viendo el acontecimiento. Para mí no es real, hay mucha gente que no puede seguir el acontecimiento por sus circunstancias. Yo sigo creyendo en la narración de radio y sigo creyendo en la narración de televisión, y creo que hay una distancia entre ambas que, ya digo, se ha cortado, pero que entiendo que no deben confluir en ningún caso. En el caso de la televisión la gente está viendo el acontecimiento y muchas veces tendemos, yo el primero seguramente, a dar demasiados detalles de lo que ahí está pasando. Yo sigo creyendo en la diferenciación pero entendiendo que las distancias se han acortado, porque además en el caso de la transmisión televisiva, a diferencia de hace unos años, ahora se le hace llegar al espectador más como un espectáculo. Antes no era tanto espectáculo la narración de televisión, era una narración escrupulosa en la que se contaba lo que estaba pasando, ahora se tiende más a vender el espectáculo. Esa narración más, entre comillas, espectacular, es lo que la ha ido acercando a la radio.
Yo tengo una anécdota, que es que yo era narrador de radio, y la primera vez que narré en televisión fue un partido que se jugó, creo que a las 8 de la tarde, una cosa así, hora española. Era un partido de pretemporada, que jugaba el Tenerife contra San Lorenzo de Almagro, y me llamaron para retransmitir ese partido. Lo que hicimos fue locutarlo por la tarde, y luego se emitió a eso de la una de la madrugada, una cosa así. Locuté el partido, y me dio tiempo luego a irme y a ver en emisión lo que había hecho. Aguanté 10 minutos, no pude más. Insoportable, era insoportable.
Tú eres de esos periodistas que consigue llevarse bien, incluso tener amistad, con los protagonistas. No es fácil, porque muchas veces hay intereses contrapuestos. ¿Cómo lo haces?
Yo siempre les digo a las jóvenes generaciones, con las que tengo la oportunidad de compartir o bien clases o bien trabajo en mi medio de comunicación, que nosotros tuvimos mucha suerte en ese sentido, porque teníamos contacto directo con los protagonistas. Directo y diario. Siempre les digo que yo estaba más con los futbolistas de los equipos cuyos entrenamientos cubría que con mi familia.
A partir de ahí, ¿qué sucede? Pues que había más posibilidades de establecer una relación personal. Si no tienes contacto con un profesional del deporte es imposible establecer una relación personal, que es un poco lo que sucede ahora. Es complicado llegar de manera directa, que el protagonista te conozca a ti y que tú conozcas de verdad al protagonista. Eso ahora mismo es prácticamente imposible, salvo en casos puntuales y en situaciones muy concretas.
En nuestra generación teníamos las puertas abiertas de los clubes, las puertas abiertas de los entrenamientos, viajábamos con los equipos, compartíamos hotel, compartíamos concentración de pretemporada... Era muy sencillo establecer contacto con ellos y luego relativamente sencillo tener relación. ¿Qué es lo que ha pasado conmigo? Bueno, pues que yo siempre he intentado ser honesto con los jugadores, nunca jamás he traicionado a un off the record. Y luego ha habido momentos, es verdad, en los que he tenido que elegir. Yo no sé si lo he hecho bien o mal, desde luego muy muy muy mal no me ha ido, pero yo en esos momentos digamos delicados, comprometidos, me he inclinado por la amistad, por la no traición, por la lealtad.
¿He acertado o me he equivocado? No lo sé, no lo sé, pero lo que sí sé es que ahora, a día de hoy, sigo teniendo muchísimos amigos, contacto directo con protagonistas del deporte, entrenadores o directores deportivos o incluso directivos. Estoy orgulloso de ello, porque al final es enriquecedor. Y saber que has hecho lo que en cada momento has pensado que tenías que hacer.
Te has acercado a esos protagonistas, que son gente que vive en un modo un poco distinto al resto de la sociedad, sus vidas se parecen poquísimo a las del resto del mundo. ¿Qué ves en ellos? ¿Cómo es la vida de un futbolista?
Es difícil, no es nada fácil. Para un deportista de éxito, en este caso un futbolista, pero yo creo que vale para la mayoría de los deportistas, es complicado el día a día. Son gente muy joven que en muchos casos no han madurado por completo todavía, se han visto obligados a tomar decisiones importantes en su vida a una edad muy temprana. Seguramente ha habido casos incluso de tener que tomar decisiones para las que no estaban preparados o preparadas. No es fácil, porque se les acerca mucha gente todos los días proponiendo todo tipo de cosas. Tienen que seleccionar, tienen que triar dónde está el bien y dónde está el mal.
¿Qué personas de esas que se les acercan lo hacen de buena fe y con buena voluntad? ¿Y cuáles otras están buscando únicamente su fama, su dinero y demás? Es una situación muy comprometida. Yo no sé lo que sucede con otros periodistas deportivos, pero yo desde luego lo que siento por los deportistas de élite es en todo caso admiración. Admiración porque primero han conseguido ser algo que yo no pude ser y luego porque su vida es bastante más complicada de lo que parece.
Luego es verdad que tiene recompensas muy vistosas: el dinero, la fama, el que te reconozcan, el que te den una mesa en un restaurante donde hay una lista de espera muy larga y de pronto tú llamas, porque eres no sé quién, y tienes la mesa... todo ese tipo de cosas, pero no es fácil. Yo lo que he vivido, no de forma directa, pero sí de manera cercana con determinados personajes de este tipo, es complicado. A veces he llegado a pensar, si yo hubiera tenido que tomar con la edad que tiene este chico o esta chica, esta decisión o esta otra decisión, hubiera sido muy complicado. Hubiera sudado muchísimo y no sé si hubiera acertado.
"En momentos comprometidos con los protagonistas yo siempre me he decantado por la lealtad"
PeriodistaMe comentaron que eras amigo tanto de Casillas como de Karanka. En algún momento estuvieron cada uno en un lado de la trinchera.
Con Iker la relación se enfrió en su momento. Tuvimos una relación muy estrecha, muy buena, cercana, pero en su momento se enfrió por circunstancias X. Yo le sigo teniendo mucha admiración, creo que ha sido uno de los grandes deportistas de la historia de nuestro país. El mejor portero del mundo, sin duda, y sí es verdad que hubo un momento en el que teníamos muy buena relación. Con Aitor la sigo teniendo muy, muy, muy cercana.
Vives en Madrid desde hace muchos años, pero eres de Barcelona. Son dos clubes muy polarizantes, pero también son distintas las ciudades y su prensa. ¿Ves alguna diferencia?
Yo te diría que en general, en general, en Barcelona los medios son más cercanos a la información que genera el club, a las teorías del club, a las necesidades que tiene el club en un momento determinado de trasladar al aficionado cuestiones en el cómo y en el cuándo. En Madrid en ese sentido hay más variedad, evidentemente hay medios afines al club, pero en general yo creo que hay bastante más sentido crítico con respecto al Real Madrid, a todo lo que pasa en el Real Madrid y a las diferentes situaciones que se viven a diario en el Real Madrid.
Quería preguntarte por los informativos de televisión, que es también parte de tu vida. Da la sensación de que están muy de capa caída, cada vez menos tiempo, menos deporte, menos importancia.
Estamos en un momento en el que la evolución ha llevado a que el espacio que ocupan es bastante más reducido que el que tenían hace unos años. Yo recuerdo en mi etapa en Antena 3, por ejemplo, los bloques de deportes de los informativos duraban un cuarto de hora. Había 30 minutos de información general, 15 de información deportiva y teníamos unas audiencias brutales. Brutales. Creo que esto forma parte de la evolución y en cualquier momento puede cambiar, de la misma manera que en su momento, ya te digo, teníamos 15 minutos, y eso se fue reduciendo paulatinamente.
Luego apareció un formato diferente como el de Los Manolos, o el formato de Jugones en La Sexta, pues eso también puede ir evolucionando. Ahora mismo, desde luego, no es un gran momento para los bloques de deporte de los informativos. No hay más que ver la duración en cualquier cadena para darse cuenta de que no es un gran momento.
¿Hacia dónde puede ir? Pues la verdad es que no tengo ni idea, porque eso es que no depende de los profesionales que hacemos los bloques de deporte de los informativos. Tenemos una duración asignada y ahí poco podemos hacer más que intentar aprovechar los minutos que se nos asignan de la mejor manera posible para contar las cosas y para contarlas bien, o para intentar contarlas bien. No es fácil.
No sé mirar al futuro y ver qué es lo que puede pasar. Tampoco tenía yo la sensación de que se iba a llegar a este punto. El momento es complicado en general, a nadie se le escapa y evidentemente los bloques de deportes no pueden ser ajenos a eso, porque forman parte de las televisiones generalistas y están a disposición, por decirlo de alguna manera, de lo que dicte la situación en ese momento. Desde luego lo que sí creo, estoy firmemente convencido, es que la televisión generalista está en un momento complicado, es indudable.
Hablamos de 'Los Manolos' y de 'Jugones', que son casi informativos de autor. ¿Crees en ese formato? Porque es algo muy distinto a lo que tú y otros habéis hecho toda la vida.
Sí, pero yo creo que cualquiera formato tiene cabida. Primero porque son diferentes, son complementarios, lo que hacen es enriquecer al público de la información deportiva. También digo que no todo el mundo puede hacer un informativo de autor, ni muchísimo menos. Yo creo que lo fundamental es, por encima de cualquier otra cosa, la credibilidad. Incluso más importante que el formato. Siempre lo he creído y lo sigo creyendo. ¿Es importante el formato? Sí, pero lo más importante es la credibilidad. Si alguien intenta hacer un informativo de autor y la gente no se lo cree, el formato no vale.
Ya que hablamos de 'Jugones' y de Josep Pedrerol... tú trabajaste con él en Intereconomía, haciendo 'Punto Pelota', el programa del que surge 'El Chiringuito', que es un formato muy particular, exitoso, con detractores, pero que ha encontrado su lugar.
Creo que tiene un valor incalculable, porque llegó en un momento en el que nadie pensaba que pudiera aparecer un programa así. Un programa en el que se sentase allí una serie de gente, que diera su opinión, discutiera si había que discutir, debatiera si había que debatir, entrevistara también a protagonistas, diera noticias... Yo lo recuerdo desde luego como una de las etapas más bonitas de mi carrera profesional, primero porque trabajaba con amigos y segundo porque me parecía un formato, además de innovador, muy interesante.
"Recuerdo 'Punto Pelota' como una de las etapas más bonitas de mi carrera profesional, me parecía un formato innovador e interesante'
PeriodistaEn aquel momento, creo que era un programa muy completo. Yo siempre le decía a Josep, 'Esto es una locura maravillosa', y una de las grandes virtudes que creo que tenía aquel programa, al menos Punto Pelota porque yo en El Chiringuito no llegué a estar, era la imperfección. Que de pronto pasara uno por delante de una cámara cuando no tocaba, que de pronto se viera al cámara moviéndose... pasaban cosas que no eran estrictamente televisivas o no eran académicamente televisivas, pero pasaban.
Y era un programa, de verdad lo digo, muy completo. Recibió muchísimas críticas, muchas de ellas injustas, no tengo ninguna duda, porque era un programa muy completo, era un programa en el que efectivamente había debate, efectivamente había polémica, por supuesto que había polémica, en el que había una serie de personajes que tenían sus características, pero luego también había mucha información. Me parecía un programa muy completo, más allá de que yo estuviera dentro y que probablemente hable desde la subjetividad, pero yo creo que era un buen programa de televisión. Ocupó un espacio que, a la vista está, el aficionado no rechazó, ni mucho menos, todo lo contrario, lo aceptó como suyo y se fue propagando y se fue propagando hasta llegar a los niveles que tiene ahora. Sigo pensando que es una locura maravillosa.
Es un programa en el que el ruido aparece con frecuencia y es curioso tu papel ahí, porque tú no eres un comunicador ruidoso, más bien al contrario. ¿Cómo te adaptabas a ese ambiente?
Sí, pero bueno, al final tú formas parte de un todo y en ese todo hay variedad de personajes también. Tú lo que haces es adecuarte a ello y convertirte en una pieza más, de manera que, cuando hay que sentarse a mirar a la cámara y dar una noticia, te sientas, miras a la cámara y la das. Y cuando tienes que discutir con el de tu derecha o con el de tu izquierda, sea como sea, sea muy personaje o muy poco personaje, muy ruidoso o muy poco ruidoso, pues lo haces. Al final te conviertes en una variante dentro del programa que ya de por sí ofrece muchas posibilidades, tanto de información televisiva como de personajes. Yo creo que ese es otro de los éxitos de un programa, el ofrecer una variedad en la que evidentemente no todos sean iguales ni todos digan lo mismo, porque entonces, maldita la gracia de la tertulia.
Si tú montas una tertulia deportiva y todo el mundo dice lo mismo, aunque sea cada uno con su estilo y tal, pues evidentemente vas a tener dificultades para llegar al espectador y para que el espectador crea en eso. Si tú tienes un programa muy variado en el que cada uno tiene además de una tendencia, unos colores, una manera de ver las cosas, una manera también de expresarla, pues en la variedad está al gusto.
En los últimos meses se ha hablado del ambiente de trabajo de 'El Chiringuito' por una demanda contra Siro López. Ha llegado a haber un testimonio de Pablo Espinosa en un juzgado al respecto, hablando de un ambiente muy tóxico. Tú hace tiempo que estás fuera, pero conoces las dinámicas del programa y la figura de Pedrerol.
Te puedo hablar de mi relación con él. Mi relación con él es muy buena, éramos amigos antes de aquello, seguimos siendo amigos y lo seremos hasta que él quiera. Es que no puedo decir nada más, yo no he tenido ningún problema, quiero decir, en las dinámicas de trabajo pasan muchas cosas, en esa redacción y en todas. Te hablo de mi experiencia nada más, no de lo que está pasando ahora, ni de todos estos últimos acontecimientos. Yo no tuve ningún problema, cada uno tenemos nuestro carácter y tenemos nuestra manera de ser, de expresarnos y de dirigir grupos cuando nos toca. En mi experiencia no he tenido ningún problema, cada uno tendrá su opinión, yo puedo hablarte de mi experiencia.
Hablemos ahora de algunas de tus experiencias profesionales, las narraciones que marcaron tu vida. Cuando haces repaso por tu carrera, ¿cuál es el primer acontecimiento que te viene a la cabeza?
Yo te diría, por el acontecimiento que fue, por dónde se produjo y por cómo se produjo, la final de fútbol de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Era la primera vez que España organizaba unos Juegos Olímpicos, yo estaba en Onda Cero entonces, y eran en casa, en mi ciudad. Aquel partido yo lo recuerdo y se me ponen los pelos de punta.
Yo había estado narrando todos los partidos de la Selección de fútbol, después hice otras cosas también dentro de la cobertura, pero estaba haciendo el fútbol. El ambiente era extraordinario aquella noche en el Camp Nou, memorable, había gente por todos lados. Cuando se dice 'había gente hasta en el palo de la bandera', bueno, aquel día había gente en el palo de la bandera. Era una atmósfera de fútbol y de fiesta, de se va a conseguir entre todos algo grande. Recuerdo a los Reyes llegando, porque venían de la medalla de Fermín Cacho. Se empaparon enseguida de aquella atmósfera tremenda. Yo tuve el privilegio de narrarlo. El gol de Kiko, el que le da la victoria a España, es el gol que yo he narrado en toda mi carrera donde he lanzado más gallos por segundo, una locura.
Aquel partido siempre lo recuerdo como uno de los grandes momentos de mi carrera. Después ha habido muchos otros, Mundiales, Eurocopas, Champions... Cada uno tiene su rinconcito, su recuerdo, su buen recuerdo, porque todos son buenos recuerdos.
Yo he sido un privilegiado, afortunadamente, pero aquel partido a mí me dejó un recuerdo imborrable, porque además yo había seguido aquella Selección y creo sinceramente que aquella Selección es una de las más infravaloradas de la historia del fútbol español. Aquel equipo jugaba muy bien al fútbol y no se ha valorado lo bien que jugaban. Para mí no se ha valorado lo suficiente lo que hizo aquel grupo de jugadores y aquel staff.
Tú eres narrador. ¿Nunca te ha dado envidia el inalámbrico, que es el que está más cerca de los protagonistas?
No, no, nunca, nunca, nunca. Es tal la devoción y la afición que tengo por la narración que nunca he tenido envidia de mis compañeros. He valorado mucho su trabajo, me ha parecido siempre un trabajo espectacular el estar ahí, llegar al momento adecuado al jugador adecuado y hacer las preguntas adecuadas. Me parece un trabajo dificilísimo, de verdad lo digo, pero nunca me han dado envidia porque yo lo que quería siempre, lo que quiero siempre, es narrar. Además, estoy convencido que no lo haría bien, o no lo haría todo lo bien que es necesario.
¿Cómo despresuriza un narrador después de vivir un pico tan alto como un oro olímpico o una final de un Mundial? ¿Se baja a la zona de vestuarios a empaparse más del ambiente?
Yo en los Juegos Olímpicos no bajé porque no tenía acceso, mi acreditación no me daba acceso a las zonas de vestuarios. Pero en el caso, por ejemplo, del Mundial de Baloncesto, en China, sí. ¿Cómo transcurren las horas? Pues acabas todo tu trabajo con un post larguísimo, empiezas a recibir ítems acerca de lo que ha pasado, entonces te das cuenta realmente de la trascendencia que aquello ha tenido en tu país, en la otra punta del mundo. Porque tú estás en China y entiendes que aquello es muy importante, pero cuando empiezas a recibir mensajes de España, de gente conocida y de gente no tan conocida, te das cuenta de la enorme trascendencia que ha tenido. Has formado parte de la historia de alguna manera, sin ser protagonista, por supuesto, pero has estado contando la historia del deporte español. Luego llega el momento de la celebración, pero tampoco descansas porque ahí es donde compartes con los protagonistas el éxito conseguido. Yo recuerdo que en China hubo una celebración muy entretenida, muy bonita ahí con los jugadores, con los familiares, a la que estuvimos invitados.
No dejas de trabajar, porque también ahí tuve que hacer alguna entrevista para mi medio de comunicación y demás. Lo que haces, yo por lo menos, es darle muchas vueltas. Revivir, revivir mucho lo que ha pasado, recordar mucho lo que ha pasado, cómo ha pasado, la manera en la que ha sucedido. Eso sí me pasa.
"Los italianos, en Corea, nos decían 'A vosotros os va a pasar lo mismo' y nos pasó"
PeriodistaAntes decías que el equipo de los Juegos era uno de los grandes infravalorados de la historia del deporte español, y yo creo que algo así se puede decir también de los campeones del mundo en China. Ya no estaba Pau Gasol, era un equipo de perfil algo más bajo...
Yo con aquella selección siempre estuve convencido de que íbamos a tocar metal ahora, si me preguntas si yo creía que íbamos a ganar el oro en las semanas previas, pues te diría que no. Yo pensaba en metal en abstracto, pero no no concretaba. Era un equipazo en el que trabajaron mucho y muy bien. Además, fueron creciendo a lo largo del campeonato, que es lo mejor que le puede pasar a un equipo.
Llegar o no como favorito, pero ir evolucionando, ir creciendo a lo largo del campeonato, porque además se iban acumulando las dificultades. Había una fase intermedia en la que tocaba jugar contra Serbia, después eso te iba a derivar a jugar contra Estados Unidos o no jugar contra Estados Unidos, que los americanos aparecían como los grandes favoritos como casi siempre en este tipo de torneos. España fue ganando partidos, luego llegó para mí el gran partido del campeonato, que es la semifinal contra Australia, que yo creo que ahí es donde se gana el oro, más que en el partido contra Argentina. Es uno de los partidos de baloncesto más bonitos que yo he visto nunca y es seguramente el más bonito que yo he narrado. Aquella selección tuvo mucho mérito.
Por supuesto que podía ganar el oro, que tenía capacidad y jugadores. A mí me parece que aquello es muy histórico, no sé si sea infravalorado o no, no lo sé, pero desde luego lo que sí creo es que aquel triunfo es histórico.
¿Es diferente narrar clubes que a la Selección española?
Tú tienes que tener en cuenta, como narrador, al usuario al que te estás dirigiendo. En el caso de la selección das por hecho que prácticamente toda la gente que te está escuchando, quiere lo mismo, rema en la misma dirección. En el caso de los clubes, no. En el caso de los clubes tienes que tener en cuenta que hay sentimientos, y con todo lo que tú digas hay una ¿cómo te diría yo? una sensibilidad especial. Por cómo lo digas, cómo lo expresas. Eso hay que tenerlo en cuenta, sin ninguna duda. Es que hay mucho sentimiento en el deporte, en el fútbol en particular hay muchísimo sentimiento, y eso lo tienes que considerar porque tú te estás retransmitiendo para todos los que te escuchan.
En el caso de la selección, es diferente, sin que tengas que convertirte, desde mi punto de vista, en un forofo ni en un hooligan de tu selección tampoco, simplemente tienes que contar lo que pasa, pero sabiendo que tu espectador está en el mismo bando que tú.
Tú estabas en el equipo de Antena 3 que hizo el primer Mundial retransmitido en una televisión privada en España, el de 2002. Es el de la histórica derrota contra Corea del Sur.
Ese partido lo narré yo y fue una pena. Es un recuerdo triste. Estoy convencido de que esa Selección hubiera jugado la final del campeonato del mundo. Siempre que hablo con José, con Camacho, que es amigo mío, se lo digo. Creo que hubiéramos sido finalistas. Luego ya la final contra la Brasil de Ronaldo, de Rivaldo y de Ronaldinho, pues vaya usted a saber. Pero con Alemania en semifinales, que hubiera sido el rival de la selección española, se hubiera ganado. A mí aquella selección alemana me gustaba a lo justo.
España sí me decía mucho, pero bueno, aquella tarde es que todo salió mal, fundamentalmente el arbitraje, porque en el juego la Selección española no estuvo mal. Luego se llegó a la lotería de los penaltis que yo eso es que ni lo valoro porque creo que solo falla un penalti el que lo tira y solo deja de detener un penalti el que está debajo de los palos.
Nosotros teníamos el campamento base en el IBC de Seúl, justo enfrente de la RAI. Los días de partido viajábamos a la ciudad donde jugaba la selección española y allí nos encontrábamos con el resto del equipo de Antena 3. El día de octavos de final, después de Italia-Corea retransmitimos ese partido para España, porque de ahí salía el rival de la Selección española. Cuando acabamos la retransmisión, salí a los pasillos del IBC, me encontré con los compañeros de la televisión italiana, hablé con tres o cuatro y todos me dijeron lo mismo: 'A vosotros os va a pasar lo mismo, os van a hacer lo mismo'. Porque el arbitraje del partido de España fue muy polémico, pero es que el de Italia fue fue tremendo también. Yo tengo grabado aquello y cuando acabó el partido de la Selección española me acordé mucho de aquellos compañeros italianos que unos días antes me habían vaticinado que a nosotros nos iba a pasar lo mismo.
Narrando ese día, ¿percibías algo distinto?
No. Había mucho ambiente, pero era lo lógico, jugaba la selección de Corea, estaba el país completamente volcado. Pues lo lógico, en las áreas de servicio, en todas partes, había seguidores con banderas, con camisetas... para ellos era una fiesta el haber podido llegar a los cuartos de final de un campeonato del mundo. No noté nada extraño más allá de que, bueno, hubo una anécdota, que es que nosotros habíamos ido en coche desde Seúl y entonces una productora se nos acercó y nos dijo, 'Oye, si queréis, como la selección española, en el caso de que pase a semifinales, va a Seúl, os cojo plazas en el avión y voláis con ellos'. Le dijimos que sí y a mí aquello, por superstición, se me quedó. Pensé que igual habíamos hecho mal, estábamos siendo demasiado optimistas. No deja de ser una anécdota, para nosotros era un optimismo lógico.
¿Viste al equipo tras el partido?
Cuando acabó el partido bajamos a la zona del autobús, no tanto a la zona mixta. Sí, estaban lógicamente hundidos, además de muy enfadados. Fue un momento duro, porque aquella selección había trabajado muy bien. Más allá de que fuera nuestra selección, merecía como mínimo haber tenido la oportunidad de estar en semifinales.
Joaquín estaba hecho polvo, era muy joven, evidentemente, y acaba de fallar un penalti decisivo. Todo el mundo le daba ánimos, sin excepción, todo el mundo trataba de recomponer su figura, porque la figura de Joaquín en ese momento estaba deshecha. José [Camacho] estaba desecho a su manera, también, evidentemente, fue un momento muy duro, durísimo, y muy injusto, la verdad.
"En la Séptima, sobornamos al portero del hotel con unos pines del Madrid para entrar en la celebración"
PeriodistaPara terminar, ¿alguna noche más que recuerdes?
Tengo un momento que es la Séptima Copa de Europa del Real Madrid. Nosotros no teníamos los derechos de aquel partido, yo estaba en ese momento en Telecinco, y recuerdo de aquel partido que lo vimos en la grada, en la zona de prensa. Inmediatamente me tuve que marchar para hacer una conexión con Crónicas Marcianas, con Javier Sardá, desde los exteriores del estadio. El Real Madrid, por superstición, no le había dicho a nadie dónde iba a ser la fiesta.
La primera tarea que tuvimos después del partido fue averiguar dónde era. Yo era el jefe de deportes de Telecinco en ese momento y decidí que íbamos a trasladar todo nuestro dispositivo técnico al hotel en cuestión, una vez averiguado eso. Ni siquiera vi la entrega de la copa.
Cuando llegamos al hotel allí todavía no había nadie, no se había montado el dispositivo de seguridad. Sobornamos con unos pins del Real Madrid, al señor que custodiaba la puerta trasera del hotel. Él nos preguntó si estábamos autorizados por el Real Madrid y le dijimos que sí. Evidentemente no teníamos ninguna autorización de nadie. Lo que hicimos fue, por aquellas cocinas y por aquella puerta, además de entrar nosotros, tirar un cable largo para poder meternos dentro del salón
Metimos la cámara en ese salón, detrás de unas cortinas, nadie nos veía. Yo ya no pude salir del hotel, porque si salía del hotel no iba a poder volver a entrar, eso era evidente. Estaba con una compañera, los dos nos quedamos allí, con el cámara esperando a que llegara el Real Madrid. Estábamos, insisto, detrás de una cortina.
Llegó el Real Madrid, empezó la fiesta en el salón y tal, y entonces llegó el momento de intervenir en lo que por aquel entonces se llamaba Entre Hoy y Mañana, el informativo de madrugada. En ese momento yo lo que hacía era decirle a mi compañera, Maika Ramírez, que fuese a buscar a a Pedja. Y trajo a Mijatovic detrás de la cortina. Hicimos en directo un montón de minutos, desde allí. Hubo una pausa de publicidad y a la vuelta me habían traído la copa.
Cada vez que Maika iba a hacer una gestión le decían, 'Pero vosotros, ¿dónde estáis, qué hacéis aquí dentro?'. El resto de medios estaban fuera, en la puerta del hotel, diciendo 'Ahí dentro está celebrando en Real Madrid' y nosotros estábamos dentro, metiendo en directo a Lorenzo, a Pedja...
Ahora que lo dices, es posible que la gente no sepa la cantidad de sobornos que ha habido en el extranjero con pins y banderas del Real Madrid.
Sí, sí. Y del Barça. Eran muy necesarios, muy convenientes. Recuerdo un viaje a Moscú con el Barça, para hacer un partido, yo creo que era de Copa de la UEFA, contra el Dinamo de Moscú. Mi compañero y yo nos fuimos de compras el día del entrenamiento anterior al partido, que era el día del entrenamiento oficial. Se nos pasó la hora, se nos fue el autobús de prensa, que había ido ya hacia el entrenamiento y nos vimos de pronto en el centro de Moscú, a principios de los 90, pensando qué hacíamos ahí. Lo nuestro nos costó parar un taxi, pero una vez lo paramos y le dijimos, así intentando medio comunicarnos, qué éramos españoles, sacamos unos banderines y unos pins del Barça y todo fue muy fácil. El viaje fue rapidísimo al campo del Dinamo de Moscú. Llegamos, por supuesto, a tiempo de cubrir el entrenamiento. Y el hombre encima nos agradeció mucho que tuviéramos el detalle de darle aquellos obsequios de un club tan importante como el Barça.