El jugador que 'empezó' en un bar, "hacía cosas que no vi en mi vida" y no se adaptó al Madrid: así ha sido el renacer de Luis Rioja
El sevillano vuelve a enfrentarse a su Betis y el de su amigo Borja Iglesias. Llegó tarde a la élite pero hoy es un ídolo en Vitoria. "Ojalá podamos reencontrarnos algún día", nos confiesa el `Panda´.
Luis Rioja disfruta a sus 29 años del reconocimiento en Vitoria. Asentando en la élite, su llegada al fútbol profesional no fue fácil para él. Tras disputar 146 partidos en Segunda B con el Real Madrid C, Celta de Vigo B y Marbella, su gran oportunidad le llegó en 2018 cuando estampa su firma con el Almería en la categoría de plata. Quizás por aquello de llegar tardío al fútbol profesional, disfruta de cada instante con la naturalidad que le da el saber que ha sido muy difícil. Este fin de semana volverá a enfrentarse a su Betis.
"Conseguí que vinieran a su pueblo muchos equipos. Hacía cosas en el Cabecense que no había visto en mi vida. Era un artista. Lo quisieron muchos equipos: Celta de Vigo, Real Madrid e incluso el Betis. Él quería ir allí, pero el Real Madrid puso mucho dinero encima de la mesa para llevárselo", nos dice Rafa Rodríguez de la agencia Implica-T, su primer agente. "Es una pena que un jugador como él se le escapara a los ojeadores del Sevilla y del Betis", reflexiona Carlos Marchena, campeón del mundo y otro ilustre cabeceño.
Natural de Las Cabezas de San Juan (Sevilla), ese año en Segunda le bastó para llamar la atención del Alavés que firmó al sevillano a cambio de 2 millones de euros. Muchos años de constancia, de no venirse abajo, de luchar por ese sueño que todo niño que juega al fútbol tiene: llegar a la élite. "Sigue manteniendo esas ganas y esa ilusión de jugar cada fin de semana", nos cuentan desde su entorno.
Luis siempre recuerda que su gran escuela de vida fue la calle y los años que tuvo que compatibilizar los entrenamientos con el CD Cabecense, el equipo de su pueblo, y su trabajo durante cuatro años en el Bar Los Conejos de la localidad. Su turno, de 5 a 15 horas, le permitía seguir agarrado a su sueño de ser futbolista, sin más pretensión que la de practicar el deporte que ama. Como en muchas familias humildes, la crisis económica del 2008 hizo mella en su familia. Siempre tuvo ayudas para, por ejemplo, comprar botas que le permitieran seguir pegando patadas a su amado balón.
Con casi 20 años, aquel adolescente que no había salido de su pueblo pone rumbo a Madrid. Como otros muchos compañeros, tuvo que sufrir la soledad de estar alejado de su familia y su entorno pero le curtió para la vida. Compartió vestuario con Mariano, Álvaro Medrán o Gonzalo Melero entre otros, hasta que se marchó a Vigo, donde compartió ataque con Borja Iglesias. "A Madrid no terminó de adaptarse. Fue difícil para alguien que nunca había salido de su pueblo", nos cuenta Álvaro Vizcaíno, de la agencia Promosport.
"En Vigo lo tuvieron 6 meses sin competir. Lo pasó mal. Se marchó a la República Checa, aunque por algunos problemas regresó y fichó por el Marbella. Allí volvió a disfrutar del fútbol, aunque cuando mejor estaba sufrió una lesión de menisco. ¡Se recuperó en un mes! Eso es algo que sólo lo pueden hacer aquellos que están tocados por una varita", relata Álvaro. "Llegó tarde a la élite pero eso le permitió hacerlo con más serenidad". Con Fernando Estévez, actual técnico del Eldense, recuperó la ilusión y le dio continuidad. Eso le valió para llegar a Almería donde cambiaría su posición. "Con Luis llegó también Corpas y el por aquel entonces entrenador del Almería Fran Fernández, decidió que él jugara en la banda izquierda, algo que no había hecho nunca", relata Rafa Rodríguez.
Rivales hoy, amigos fuera del campo
Si en Madrid compartió vestuario con jugadores que posteriormente llegaron a la élite, en Vigo coincidió con Borja Iglesias. El delantero del Betis no pasa por su mejor momento goleador y podría comenzar el partido desde el banquillo. Aún así, atiende a Relevo para hablarnos de Luis Rioja. "Con Luis tengo buena relación. Nos hemos seguido mucho el uno al otro desde que no estamos juntos en Vigo. Compartimos buenos momentos en el campo porque nos entendíamos bien. Me dio varias asistencias. Compartimos también las subidas a la ciudad deportiva en el mismo coche, ya que éramos vecinos. Compartimos intimidades el uno para el otro en esos viajes. Le tengo mucho cariño", nos confiesa el 9 verdiblanco.
Mucho se ha hablado del futuro de Rioja. El ´Panda´ reconoce que le gustaría volver a reencontrarse: "Ojalá algún día podamos volver a compartir esos momentos. Era el jugador que se ve ahora. Muy incisivo, con mucho talento para desbordar y un descaro tremendo. Además, tenía mucha determinación de saber que era bueno y que iba a por lo que es ahora. Me alegro mucho por él".
Una persona muy apegada a su pueblo
Siempre que puede, Luis Rioja vuelve a Las Cabezas. Allí disfruta de sentirse como uno más, sin necesidad de recordar que es un deportista de élite. "Luis es un tipo muy querido en nuestro pueblo. Vive enfrente del campo de fútbol. Yo lo conozco porque todos los veranos organizaba un campeonato y él lo jugaba. Algún trofeo le he entregado", nos explica entre risas Carlos Marchena. Siendo un ídolo en Vitoria, este verano obtuvo uno de los reconocimientos más bonitos de su carrera. Fue homenajeado por la peña bética de su pueblo, un orgullo para él pero sobre todo para su padre, que le acompañó visiblemente emocionado.
Porque su padre es para Luis su ídolo. Y también el que le transmitió ese cariño por el Betis que nunca ha ocultado. "Soy feliz en el Alavés, pero algún día me gustaría jugar en el Betis", ha confesado en varias entrevistas. De momento, tendrá que conformarse con seguir haciendo goles y creciendo en un club en el que se siente como en casa y que precisamente se enfrentará a su Betis este domingo.