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Julio Alberto: "Se ha perdido el miedo a las drogas, quien consume se cree impune"

El exfutbolista estrena fundación para concienciar y ayudar a quienes sufren adicciones. Repasa su vida y secretos, la deportiva y la personal.

Julio Alberto: “Se ha perdido el miedo a las drogas, quien consume se cree impune”
Lorena González

Lorena González

El Atlético de Madrid y el Barça fueron sus dos grandes pasiones. La vida le llevó después a caer en las drogas, de donde salió y aprendió todo lo que pretende ahora enseñar. Desde entonces, Julio Alberto (Oviedo, Asturias, 07/10/58) tiene la necesidad vital de ayudar a quienes pasan por lo mismo. Por ello acaba de presentar la fundación Relife.

El ex futbolista mantiene una charla de lo más profunda con Relevo desde su casa de la montaña de Candás, su pueblo, donde vive con sus perros. Advierte que la sociedad ha perdido el miedo a las drogas, que apenas se habla de sus consecuencias. Recuerda las anécdotas más entrañables con Luis Aragonés, Cruyff o Maradona, y quiénes fueron los que le sorprendieron al tenderle una mano en sus peores momentos.

Has vuelto al origen de todo. ¿Cómo fue tu infancia?

Fue muy dura, pero aprendí mucho porque es complicado cuando unos padres se separan, un niño de siete años no entiende por qué se pelean tanto y te apartan de ellos. Lo primero que piensas es que nadie te quiere. Pero cada día de los ocho años que pasé en orfanatos, me ha servido para sobrevivir solo. Aprendí que sólo podía confiar en mí y en Dios. Le pedí ayuda todos y salí adelante, hasta que pude reencontrarme con mi madre, que era más débil.

Empezaste a jugar a fútbol bastante tarde.

Empecé a jugar con 15 años y por casualidad. No fui yo quien eligió el fútbol, fue el fútbol el que me eligió a mí para salir adelante. Eché dos solicitudes al periódico donde venía el anuncio para hacer las pruebas en el Atlético y en el Real Madrid. Mandé primero al Atleti y me contestaron muy rápido. Mientras tanto, yo estaba trabajando de botones y paseando perros. Así ayudaba a mi madre y a mis hermanos, con quienes vivía en un hostal.

¿En ese momento pensaste que podía irte bien en el fútbol?

No, yo empecé a jugar con muchas ganas, me preguntaron qué era y dije delantero por decir algo. El primero año ya fui el máximo goleador en el Atlético de Madrid B. Tuve de entrenador a Víctor Peligros, y acabaron pasándome al lateral. Yo veía mucha competencia, hasta el punto en el que dos meses antes de debutar en el Atlético, le dije a Víctor que lo dejaba, que necesitaba trabajar. De los15 a los 18 había estado estudiando para ser arquitecto y me pagaban muy bien los planos. Estuve una semana que no fui a entrenar hasta que me dijeron: 'No la cagues ahora'. Al poco me llamó Aragonés. Él sabía que éramos una familia muy pobre. Cuando fui para firmar con el primer equipo, se sinceró conmigo. Yo era un niño de 18 años, me dijo que sabía lo que yo necesitaba y que iba a ir todo bien. Estaba Vicente Calderón, Luis Aragonés, Víctor Castillo… Yo estaba muy nervioso. Me ofrecieron un contrato de 200.000 pesetas y fue la leche, pudimos coger una casa más grande, y un sueldo de 68.000 pesetas. Fui a comprar equipamientos a mis hermanos, les puse de punta en blanco. A mi madre le compré un albornoz, un camisón y zapatillas. Fue la primera vez que vimos un filete en la nevera. La felicidad no consiste en cuánto tienes, o cómo de grande es tu casa… Aquel fue uno de los momentos más felices de mi vida

"Me ofrecieron un contrato de 200.000 pesetas, fue la primera vez que vimos un filete en la nevera"

Julio Alberto Exfutbolista
Julio Alberto: “Pude llenar la nevera, por primera vez. Eso es felicidad”.EDICIÓN VÍDEO: FERNANDO FRAILE

De entre todas las vivencias con Luis Aragonés, ¿alguna te marcó especialmente?

Me había metido un gol en propia puerta, había dado un mal pase que había acabado en gol del Atlhetic… Había estado llorando en el partido y Luis lo sabía. Volviendo en tren desde Bilbao, se sentó a mi lado: "Quiero que me hagas el análisis de los próximos tres partidos", me pidió. Tras esas semanas, volvió a preguntarme: '¿Tienes la culpa de haber perdido o empatado en estos últimos? Coge el papel y dime cuántas veces han fallado tus compañeros'. Le expliqué. Me respondió algo que me sirvió para siempre: 'Nadie es imprescindible, todos somos necesarios. Y todos fallamos, incluso yo. Lo que tienes que aprender es a equivocarte las menos veces posibles'.

Julio Alberto, en un partido con el Atleti.  Getty
Julio Alberto, en un partido con el Atleti. Getty

¿Seguiste en contacto con él a lo largo de los años? ¿Podías hablar en confianza?

Con Luis sí. Me encontré al salir del programa, estaba entrenado al Mallorca y le iba a ver. Era como siempre 'hijo de puta este que no me corre, le voy a dar una hostia…', tenía unos detalles... Cuando vino a entrenar al Barça, aquel año le hice cada putada… Lineker era muy callado en el vestuario, no hablaba. Luis le preguntaba cada día '¿Me entiendes lo que digo?', pero no había manera. Luis necesitaba que le contestaras. Un día se presentó con unos guantes de boxeo, y otros para Lineker. 'Entra ahí que te voy a matar'. Lineker no entendía nada, nos preguntaba '¿Me va a pegar?'. Terminó dándole un beso y un abrazo. Le motivó tanto que salió al campo como un avión. Se ganaba a todos los jugadores, tenía la habilidad para dar vuelta a un vestuario. Me cogía de la oreja y me decía 'Hoy te vas a comer a Butragueño'. Siempre ponía el alma encima de la mesa.

Julio Alberto, sobre Luis Aragonés: “Pone el alma encima de la mesa”.EDICIÓN DE VÍDEO: FERNANDO FRAILE

Cuando empiezas a vivir en la vorágine del éxito, ¿es cuando vienen los problemas?

Se pierde el valor de las cosas. Vives entre el estorbo de vivir entre tantas cosas innecesarias. Para qué quieres tener dos coches, meterte en según qué negocios, perder el tiempo con alguna gente, etc. Lo importante es la familia. Vivir con responsabilidad y compromiso. Y el amor y la amistad es eso. Pierdes la esencia de dónde vienes y el sacrificio de tus padres. La fama y el dinero que crean distancia con las personas más queridas. A veces, también envidias. Dejé de ir a comer a casa porque ya no tenía tiempo y eso no lo puedes hacer. Ahora me toca enseñar a otros a que no pierdan el tiempo, porque tu madre siempre te está esperando con un plato en la mesa.

"Dejé de ir a comer a casa porque ya no tenía tiempo y eso no lo puedes hacer"

Julio Alberto Exfutbolista

Distanciarse de la raíz y empezar a cometer errores. 

Al principio sigues unido a la familia, se cometen errores cuando te crees intocable. Cuando tenemos mucha fama y nivel adquisitivo, eres tú mismo el que se empieza a distanciar. Hay indicadores que van dándose, como cuando te llama un familiar y le responder que le llamas mañana. Y no, hay que escucharles. Ahí estás empezando a equivocarte, y un error lleva a otro. Te das cuenta después y dices, ya lo arreglaré. Pero no, hay que hacerlo en el momento.

¿Cuál fue tu momento de mayor plenitud?

El día que firmé en el Atleti aquel viernes por la tarde. Y cuando me presentaron en el Camp Nou ante 70.000 personas, al lado de Maradona. Me estaban presentando junto al mejor del mundo. Y con mi íntimo amigo Marcos Alonso. Le dije a Diego: "si necesitas cualquier cosa, me lo dices". Nos echamos a reír y ahí empezó una relación preciosa. De todos los títulos, me quedo con la Copa del Rey que le ganamos al Madrid en el último minuto, con pase de Diego a mí. Y con la liga 84-85, después de 14 años de sequía, con la Eurocopa de Francia y el Mundial de México con la Selección, por supuesto. Estar con Cruyff, Menotti, Aragonés, Miguel Muñoz, Luis Suárez…

¿Cómo era Maradona en las distancias cortas?

Diego era un diez como compañero. No tuve relación fuera del fútbol, pero como amigo y compañero era muy generoso, cercano, muy buena persona, se preocupaba por todos. Físicamente era un súper dotado.

Julio Alberto, junto a Maradona, en una presentación del Barça.  Getty
Julio Alberto, junto a Maradona, en una presentación del Barça. Getty

¿Qué aprendiste de Cruyff?

A trabajar con presión, a vivir en el límite. Con él y su familia he tenido siempre una relación maravillosa. Se portó muy bien conmigo, me quería un huevo, y me lo demostró hasta el último día. Cuando terminé el tratamiento, le dije que quería estudiar, me pagó dos máster, colaboraba en su fundación, íbamos a comer mucho juntos… Aunque le hice muchas putadas al principio. Llegó al Barça después del motín del Hesperia. Carrasco y yo teníamos unos contratos desorbitados y me dijo que tenía que bajarlo. Le contesté que él debía comprarse una casa para comerse el turrón allí. Carrasco se marchó y yo me quedé, así que fui con un papel en blanco para que me pusiera la cantidad que creía que yo debía cobrar. Al día siguiente me dieron la oferta, firmé sin mirar, aunque me lo había bajado bastante. El primer año sabía que tenía una lucha con él, pero en el segundo, me llamó para darme con una invitación en un sobre. Al abrirlo vi que era un cheque suyo con la diferencia de lo que me había quitado. Ponía 'Esto es por tu trabajo'. Yo quería quedarme en el Barça, y sobre todo con él. La única vez que en mi infancia fui a un partido de fútbol fue para ver a Beckenbauer, a Cruyff y a mi ídolo Paul Breitner, me gustaba su pelo.

Julio Alberto, sobre Cruyff: “Tenía que jugar psicológicamente con él”.EDICIÓN DE VÍDEO: FERNANDO FRAILE

¿Sientes que el mundo del fútbol sí ha estado a la altura y te han ayudado?

Hay gente que no tenía tanto trato y aún así, se han comportado como muy buenas personas. El que más me ha sorprendido porque además no me conocía de nada, ha sido Joan Laporta.

"El que más me ha sorprendido, porque no lo concía de nada, ha sido Joan Laporta"

Julo Alberto Exfutbolista

Cuéntanos cómo funciona Relife.

Hay involucradas muchas instituciones públicas y privadas. Nuestra misión es educar desde la prevención. Llevo 20 años con la idea. Cuando salí de mi programa de rehabilitación, una de las cosas que le pedí a Laporta, cuando me metió a trabajar en el club, fue poder estudiar e implicarme en esos casos de personas con problemas de adicciones. El fútbol es una pasión, no puede vivir sin él, pero tampoco podría vivir sin estar ayudando a otras personas con las conferencias, talleres y programas que llevamos a cabo.

¿Crees que puedes tener más llegada a los demás por haber sido futbolista?

Yo creo que sí, el fútbol abre tantas puertas… Está muy bien que me echen una mano dese el Barça, Atleti, Selección…Me introducen en una universidad y me escuchan el primer día.

¿Quién te ha apoyado más?

Te sorprenderías. No hay nadie que nos haya dicho que no. Cuando le preguntamos a la gente, todo el mundo tiene un familiar o amigo con ese tipo de problema. Ya sabemos que los menores tienen acceso a las drogas, tienen dinero para gastar, etc. Es un mundo muy fácil de entrar y muy difícil de salir. Hemos dejado de hablar de las drogas. Deberían hacerse talleres durante todo el año en los colegios, por ejemplo. Con todo el mundo con el que me he reunido, incluidos políticos de todos los partidos, me han dicho que me apoyan.

Llevas años dando charlas sobre adicciones en cárceles, centros de menores… ¿Cuál es el denominador común que te encuentras?

Que no tienen miedo a las drogas. No ven el otro lado. Creen que no pasa nada, que a ellos no les pasará, que no están enganchados. La sensación de impunidad que tiene todo el mundo que consume es muy grande. Y es mentira. Hay que enseñarles la realidad.

Entonces la falta información del peligro de las drogas es clave.

De todo. Qué son las drogas, cómo han llegado, por qué se toman… Yo pregunto '¿por qué consumes?' y me suelen decir 'porque me lo paso mejor'. ¿De la mano de quién? Todos dicen lo mismo: un amigo, amiga, pareja… Pasárselo bien no es ir hasta el límite sino ser consciente de lo que está pasando. Hoy se llega más fácil a las drogas y hay que reeducarles para que sepan decir No. Eso se lo dará la formación que haya recibido sobre el tema. Les enseñas a identificar el peligro, cuándo te debes retirar.

En los últimos años, ¿se ha perdido más el miedo a las drogas?

Sí, nos hemos acostumbrado a noticias que han incautado tantos kilos de drogas, accidentes con positivos… La vida es tiempo, es un regalo. Se puede disfrutar, pero no así.

¿Qué es lo que más puede ayudar a alguien a salir de las drogas?

Lo más importante es la familia, volver a ver a tus hijas, padres, amigos hermanos, etc. Volver a ir a un partido de fútbol. Eso fue lo que me ayudó a seguir.

Tenemos la tendencia a pensar en grandes cosas y cuando sales de una situación como la que yo estuve, que queremos volver a tener una casa, etc. Pero son las pequeñas cosas del día a día lo que te da estabilidad. Es primordial saber que no hay prisa. Nadie te pone fecha para jugar los cuartos de la Champions. Lo que pretendemos es enseñarles a volver a andar aunque ya no sean niños y hacerles ver que la vida no está en contra de ellos.

¿Cuáles son los sentimientos más feroces en ese momento?

El de culpa es muy grande. Dijo Octavio Paz que "no hay espacio en el mundo más grande que el dolor". La culpabilidad es muy jodida de sobrellevar. Y el miedo se convierte en tu compañero de viaje.

¿Cuál es el mayor impedimento para pedir ayuda?

Los padres pueden sentir vergüenza por pedir ayuda para sus hijos y estos te dicen que saldrán solos. Hay mucho miedo a los tratamientos a los que se van a someter. Tienen pánico a aislarse de todo.

Julio Alberto, en un partido de la selección española.  Getty
Julio Alberto, en un partido de la selección española. Getty

Imagina que te contacto para confesarte que tengo un problema de adicción. ¿Qué pasos debería dar después?

Lo ponemos encima de la mesa, preguntamos a familiares, amigos y conocidos suyos. Vemos el plano general de todo, lo ponemos en mano de los especialistas que tenemos y se toma la decisión mejor., si es una urgencia, ver los recursos económicos de la familia, etc. Tenemos centros asociados para ello. Somos como el barco que da auxilio a los que no saben dónde ir o que no se fían. Yo quiero estar ahí y contestar a todas sus preguntas.

¿A ti qué te suelen preguntar?

En los últimos 20 años lo más recurrente es preguntarme '¿Cómo has salido tú y cómo es posible que estés así?'. Me han llamado amigos de más o menos mi edad para pedirme ayuda por su hijo/a, para que hable con ellos. Les prometo ayudar si me firma un contrato. Me ceden los derechos para denunciar a un juez, si recae, e ingresarle en una clínica, con la firma de sus padres y la suya. Tú cumples, yo cumplo.

Julio Alberto: “Me contactan para ayudar a su hijos”.EDICIÓN VÍDEO: FERNANDO FRAILE

La gente con adicciones suele tener dificultades, económicas no está bien. ¿Qué pasa si no se lo pueden costear?

Para eso tenemos unos presupuestos para costear los gastos de esa persona. Es más, uno de los graves problemas que nos encontramos es que cuando acaban los programas, no tienen dónde trabajar. Ya tenemos convenios con empresas de Madrid y Asturias para que cuando salgan, tengan trabajo. Y les hacemos seguimiento en esa reinserción, incluso tienen que traernos los tickets de todo lo que gastan. Si sales de un programa y vuelves al barrio, duras un mes.

"Si sales de un programa y vuelves al barrio, duras un mes"

Julio Alberto Exfutbolista

¿Hoy en día, esta sociedad estigmatiza menos al exadicto?

Esta sociedad no es justa. No es justo cometer un error y que te cueste la vida. Alguien que engaña a su mujer y a sus hijos con normalidad, es un campeón.

¿Cuánto has tardado en recuperar la credibilidad ante los demás?

30 años.

¿Y todavía tienes que demostrarla?

Vivimos en un país donde es difícil equivocarse. Un error se paga muy muy caro, en el tiempo y en todos los sentidos. Es una pena.

¿Qué consejo prefieres dar a esas personas que recurren a ti en busca de ayuda?

Siempre les hago una pregunta: "¿Qué tipo de persona quieres ser mañana, tú eliges?". No sé cómo estamos educando. Cuando traigo a alguien a mi casa y me gusta llevarles a un refugio de montaña y les enseño el valle, dónde nacen los ríos, y por qué somos unos privilegiados… Llego a la conclusión de que la vida es lo más importante. Se me acaba de ir uno de mis mejores amigos, Marcos Alonso, en los últimos años hablábamos de venir aquí y salir a correr con los perros. La vida es esto.

¿Pudisteis hacerlo antes de que muriera?

No…. La verdad es que no sé qué piensa la gente, la vida es un regalo. El tiempo es el regalo.