La Junta de Pedro Rocha tiene miga: pugna en la RFEF, fe en LaLiga, mosqueo del Madrid y miedo en el CSD
El presidente corresponderá a los 14 barones fieles, hará guiños a Tebas para temor de algunos y dejará en la pole a un sucesor de garantías por si el Gobierno le suspende.
Pese a que Pedro Rocha fue proclamado oficialmente el pasado viernes como nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol, la rueda sigue girando y se esperan muchos e importantes movimientos en unos días. Esta crisis, aunque se vayan resolviendo algunos enredos por el camino, no ha llegado a su fin. Próximamente llegará el nombramiento de una nueva Junta Directiva (seguramente este lunes), la convocatoria o no de elecciones para septiembre (con la tensión que una negativa a dar ese paso ya podría desatar) y la resolución de la Comisión Directiva del CSD el próximo martes para decidir qué hacer con el expediente que abrió el TAD por falta muy grave contra el dirigente extremeño y la Gestora. Los 26 miembros que dirigieron la institución desde la dimisión de Luis Rubiales hasta el último proceso electoral.
Y si algo tiene claro Rocha es que, una vez superado el match ball de esta semana que acaba, ahora su objetivo es blindarse con la ayuda de FIFA y UEFA y una durísima carta con ultimátum incluido contra los planes que el Gobierno tiene para él tras enviar a la Ciudad del Fútbol a una Comisión de Supervisión, Normalización y Representación que no tiene ni miembros definidos ni funciones concretas. Se siente más fuerte que nunca y las amenazas de estos organismo acerca del futuro de los clubes europeos y del Mundial 2030 si el CSD le toca le beneficia por completo. Como publicó Relevo, hay en marcha todo un órdago contra ese tutelaje -que no intervención- anunciado para estos meses en la RFEF a ojos de todo el mundo. El nuevo presidente sabe que José Manuel Rodríguez Uribes necesita su cabeza para justificar sus duras declaraciones contra la dirección de la RFEF ("es impensable que el representante de nuestro fútbol sea un investigado") y la hoja de ruta que le ha llevado a un callejón sin salida ya que no ha podido ejecutarla hasta ahora como realmente pensó.
Rocha ya tiene diseñada su Junta al completo. Y según su entorno no será tan numerosa como eran las de Villar y Rubiales. De hecho, a algunos directivos de su máxima confianza que le felicitaron desde el viernes ya les ha hecho saber que estarán en ella y que muy pronto la conocerán al completo. En un principio pensó no incluir a nadie que tenga cuentas pendientes con el TAD, por si son suspendidos próximamente como le puede suceder a él (algo cada vez menos probable) y el órgano de gobierno se queda descabezado. Sin embargo, ha querido tener un gesto con los 14 presidentes territoriales que se han mostrado firmes a su lado y no firmaron la carta al CSD que consensuaron los 9 restantes. Estos escuderos, siendo importantes, sólo serán algo más de la mitad de la Junta, por lo que si fueran suspendidos por haberse excedido en sus funciones en la Comisión Gestora, aún habrá otros perfiles "limpios" que se se mantendrían sin problemas en la Junta y al frente de la nave si fuera necesario.
Ahí es donde hay una pugna entre diversos barones para estar bien posicionados, como vicepresidentes de la Junta, por si Rocha no continua en ella en algún momento y ellos también se han salvado de la quema. Rafael Louzán (Galicia) es el que más activo se muestra como autoproclamado líder de esta corriente durante tantos meses, sin importarle que sus problemas judiciales como expresidente de la Diputación de Pontevedra (con el PP) podrían enfadar más al Gobierno si aparece en primera línea. Pablo Lozano (Andalucía), por su parte, ha recuperado el pulso una vez que barrió en las elecciones de su Territorial y ha vuelto a centrarse en esta trinchera después de un importante desencuentro en el pasado con Rubiales que le restó poder. Hasta Rafael del Amo (Navarra) se ve con opciones de estar ahí en las posiciones más privilegiadas, ya que lideró la Gestora y ha estado dando aliento a Rocha en los peores momentos. Y Eduardo Bandrés (tesorero que en su día lideró el Real Zaragoza) también permanece en ese grupo de cabeza. Pese esta pugna e interés los asesores de Rocha le recomiendan que deje como vicepresidente primero a alguien que no tenga ninguna amenaza judicial. Y estos cuatro, la tienen.
Grandes cambios respecto al pasado
Esta parte de la convocatoria ha sido sencilla para Rocha. Donde más vueltas le ha dado es con los otros 10-12 puestos a repartir. Ahí quiere dar cabida a perfiles menos conocidos que son de su máxima confianza desde que era presidente de la Extremeña, dirigentes que sean del gusto de LaLiga, con la que hay ahora excelentes relaciones, que recojan algunas recomendaciones deslizadas por Alejandro Blanco (COE) y Javier Tebas tras su apoyo público y notorio, y que intente tener en cuenta la paridad (complicado) y a poder ser que no solivianten a los grandes clubes españoles como son el Real Madrid y Barcelona, que ya dimitieron de la Gestora hace meses tras la salida de Rubiales. Un deseo que será difícil de lograr en su totalidad porque querer cumplir tantos requisitos sin que nadie se moleste parece una tarea imposible. El Madrid, muy mosqueado con los arbitrajes y con la nueva relación LaLiga-RFEF, está tan vigilante con todo como pesimista y expectante.
El CSD es, de todas las instituciones con protagonismo en este barullo, a la que más tensa se le ve. Meditó suspender a Rocha antes de ser proclamado, analiza sin desmayo cómo poder hacerlo legalmente ahora ya nombrado y empieza a ver y asimilar que, aunque no le guste, va a tener Rocha para rato en Las Rozas o a un perfil muy parecido llegado el caso pese a que prometió que iban a cambiar el panorama de arriba abajo. Entre otras cosas porque a ese hipotético sucesor lo elegirá Rocha y nadie más, como ha venido ocurriendo a lo largo de la reciente historia de la Federación: Villar, Larrea (en funciones), Rubiales, Rocha... El Gobierno bastante tendrá con convencer a perfiles de peso para que formen parte de esa Comisión que sobrevolará la RFEF.
Al CSD le gustaría que Rocha convoque en las próximas horas las elecciones que se celebrarían en septiembre e inmediatamente dimita para que se cree una Comisión Gestora con seis miembros de la nueva Junta y seis de la Comisión Delegada. Otra vuelta de tuerca donde el presidente interino designado (de su cuerda) sería el presidente de esa Gestora. Sin embargo, Rocha no parece dispuesto a aceptar y convocará cuando le apetezca. La realidad es que, por mucho que se intentó cambiar la Orden Ministerial y el Gobierno quiera mandar con amagos sin ejecutar, la Federación mantendrá sí o sí al frente a un hombre de la casa estos meses hasta después de la Eurocopa y los Juegos. Y que, por mucha oposición que haya, deseos y precandidatos con ganas de marcha, también se extenderá salvo sorpresa para los próximos cuatro años. Rocha o uno de los suyos. Ya no se espera otra cosa.