'QUIERO SER COMO'

Leire Baños: "Para tomar la decisión de ir a la Real lloré mucho... ¡porque me cagaba!"

La futbolista del Levante fue la invitada de la segunda edición de 'Quiero ser como', el programa de fútbol femenino en el Twitch de Relevo.

Leire Baños, jugadora del Levante, en 'Quiero ser como'./RELEVO
Leire Baños, jugadora del Levante, en 'Quiero ser como'. RELEVO
Bor González

Bor González

Leire Baños, pieza clave del Levante UD, visitó el plató de 'Quiero ser como' cogiendo el testigo de Lola Gallardo, la invitada en la primera edición del programa. Criada futbolísticamente en la Real Sociedad, como buena guipuzcoana, contó cómo vivió el momento en el que recibió la llamada del equipo txuriurdin: "La llorera que me pego...".

En su memoria, el recuerdo sigue intacto: "Me llama Garbiñe (Etxeberria), me cuelga y voy donde mis padres y les digo: 'Me acaban de llamar de la Real para fichar...'. Pasaba a segundo de bachiller y yo: ¡'Que no, no puedo, que no! Cuatro entrenamientos, fines de semana fuera... No puede ser'. Pero sí fue, obviamente que sí. Para tomar la decisión lloré mucho... ¡porque me cagaba!".

Una atleta en un terreno de juego

El primer deporte que practicó la centrocampista granota fue el atletismo, debido a que su hermana hacía triple salto y salto de longitud y Leire "iba con ella a entrenar", pero no le acabó de enganchar, así que a los 11 años empezó en un equipo de fútbol. Curiosamente, confesó que "hasta los 16 no sabía que había una liga femenina, porque hace 10 años no había referente como ahora ni había en la tele fútbol femenino".

Su primera toma de contacto con el primer equipo de la Real Sociedad fue como espectadora: "Me acuerdo que fui una vez con mi padre a un pueblo a ver a las chicas de la Real, pero nunca me había imaginado que me fuesen a llamar a mí".

El punto de inflexión de la Copa de la Reina

El momento más dulce vivido como jugadora fue la conquista de la Copa de la Reina con la Real, que supuso un salto para el club: "A nivel de conocernos en la ciudad, en Donosti, fue brutal. Cuando llegamos de Granada, ¡no sé las personas que habían en el ayuntamiento para recibirnos! Íbamos en el autobús y decíamos: '¡No puede ser que estas diez mil o no sé cuántas personas estén esperándonos a nosotras!'. Y, a partir de ahí, era salir por Donosti y un montón d eniñas te pedían fotos, firmas... Fue un punto de inflexión".