El canterano José Marsà lucha por tirar a abajo la etiqueta que persigue a los centrales de La Masia: "Es difícil de borrar"
El central catalán, ahora en el Mechelen belga, estuvo 12 años en La Masia antes de jugar en el Sporting de Portugal, el Real Sporting y el Andorra. Repasa su pasado y su presente en Relevo.

Más de media vida en el Barcelona es mucho tiempo. José Marsà (Esplugues de Llobregat, 2002) estuvo más de doce años en la cantera azulgrana. Entró en edad prebenjamín, fue capitán del juvenil y llegó a debutar con el filial. Pero en 2021 hizo las maletas y puso rumbo al Sporting de Portugal del ahora cotizado Rúben Amorim, que le permitió debutar en la élite. Tras aventuras edificantes en el Real Sporting y en el Andorra, ahora goza de regularidad en el Mechelen de Bélgica, donde se está convirtiendo en un central diferente del que se moldea en La Masia.
Tras un inicio complicado el Mechelen está en buena dinámica.
Empezamos con partidos más difíciles y nos costó un poco más, pero conforme han ido avanzando las semanas el equipo ha sido más sólido y marcando más goles.
Y dejando la puerta a cero en una defensa en la que usted es protagonista y lo ha jugado casi todo.
No me esperaba que todo fuera bien tan rápido. Es un país diferente, idioma nuevo, el fútbol cambia respecto a lo que venía jugando… pero la verdad es que me siento muy cómodo, y el cuerpo técnico y los compañeros me lo han puesto muy fácil.
¿En qué es diferente la liga belga respecto a la española o la portuguesa?
En España es un juego más táctico y posicional. Hay pocas idas y venidas, esto es más vertical, como la Premier League. No es un ataque tan organizado, sino que cuando se puede atacar van para arriba sin pensárselo. Físicamente también hay jugadores muy fuertes y muy rápidos.
¿Cómo le afecta personalmente ese cambio?
Me siento muy cómodo. Creo que soy un central rápido y no tengo problema a la hora de correr hacia atrás. Con balón también me siento bien porque tengo tiempo para pensar, y lo vengo asimilando desde siempre.
En sus años en el Barcelona jugaba de central en una defensa de cuatro, pero desde que salió en casi todos los equipos forma en línea de tres, también ahora.
Me siento bien saliendo a presionar hacia adelante porque, si hay dos centrales más, estoy más protegido. Con balón también tengo más libertad para subir líneas porque las espaldas están bien cubiertas. Con dos centrales, si sube uno, solo queda otro.
De los centrales del Barça se dice que les cuesta adaptarse a otros equipos porque son un perfil concreto: buen trato de balón pero con problemas para defender.
A los centrales del Barça se nos pone la etiqueta de que con el balón muy bien pero defendiendo nos cuesta más. Eso es difícil de borrar, pero no creo que sea así. Es verdad que en categorías inferiores del Barça no nos exigimos tanto defensivamente porque somos muy superiores a los rivales, pero en Portugal ya mejoré mucho en este aspecto. También en Gijón, Andorra y ahora aquí. Tenía que mejorar y creo que lo he hecho.
Más allá de la etiqueta, su estilo se asemeja al de Cubarsí, Eric García o Mika Mármol. De hecho, fichó por el Andorra para reemplazar a este último.
Obviamente, es lo que se nos enseña de pequeños. Tiene el beneficio de que te exige jugando con superioridad y eso hace que con el balón sea mejor. Pero en el fútbol profesional cuesta más esa adaptación.
"La situación actual del Barça hace que ahora no sea tan difícil jugar para los canteranos"
Eder Sarabia, su técnico en el Andorra, destacaba su salida de balón, pero decía que tenía que mejorar en el aspecto defensivo.
Es cierto, debía mejorarlo. Este año se me está viendo más sólido y tengo más protagonismo defensivamente y menos con el balón.
¿El Andorra de Sarabia era como jugar en el Barça B?
Por estilo de juego era muy parecido porque intentábamos mantener la posesión el máximo tiempo posible. Fue una etapa difícil porque no se dio el año como esperábamos, pero me ayudó para el futuro.
¿Piqué le dio algún consejo de central a central?
No. No tuve la suerte de hablar mucho con él individualmente.
Ahora estamos viendo muchos canteranos que aparecen en el primer equipo del Barça, pero también hay carreras, como la suya, que a veces requieren de un paso atrás para dar dos hacia delante.
La situación actual del Barça hace que ahora no sea tan difícil jugar para los canteranos. Antes si necesitaban un central, fichaban al mejor del mercado, y eso ha cambiado. Pero no considero que haya sido un paso atrás. Siempre he intentado ir hacia adelante, me he ido a buscarme las castañas y soy jugador profesional, lo que quería de pequeño. No me arrepiento de nada.
¿Hasta qué punto influye la suerte o el momento determinado para asentarse en el primer equipo del Barça?
Está claro que influye mucho el momento del club. También va a gustos, a un entrenador le puedo gustar más o menos. Ahora hay muchos jóvenes que están arriba y me alegro mucho por ellos. Están haciendo un papel muy bueno.
¿Se ve haciendo el camino de Dani Olmo y volver al Barça?
Es mi casa y siempre es bueno volver. Esto es largo y nunca se sabe.
¿Cómo es el último día siendo futbolista del Barça después de 12 años en la casa?
Es muy difícil, no solo por el club. También estaba mi día a día, mi casa, mi familia… Pero había que buscarse el pan en otro sitio.
Se habló de que su salida fue porque no aceptó una oferta a la baja.
No fue por eso, no tiene nada que ver con un tema económico. De hecho, antes había tenido una oferta con más dinero y no la cogí. Pero después prioricé el proyecto deportivo. El Sporting de Portugal, para mí el mejor equipo del país, me ofrecía empezar con el filial y tener continuidad con el primer equipo.
Debuta en 2022 con el primer equipo y aparece en la siguiente temporada, pero no se asienta en el once.
Quizás me esperaba más continuidad. Sabía que era difícil, pero estoy contento con la decisión porque era otra vía para acabar donde estoy.
Jugaba en la defensa de tres en todos los perfiles.
A Amorim le gustaba que jugara en el medio. Yo siempre había jugado en la izquierda, pero me daba igual, lo que quería era jugar.
Amorim.
Solo tengo palabras buenas para él. Es un tipo cercano, directo y con las ideas claras. Le gusta tener el balón pero es bastante directo hacia la portería contraria.
En la cantera del Barça coincidió con Ansu Fati, Fermín, Balde... ¿Mantienen contacto?
Voy hablando con algunos, sobre todo con Balde y Fermín. Nos enviamos algún mensaje, pero no diariamente.
¿Se enviaron alguno después del Clásico?
No [ríe].
Como central, ¿qué le parece la forma de tirar el fuera de juego del Barça de Flick?
Me parece algo positivo. A mí me gusta jugar con la línea avanzada. Soy rápido y no sufro tanto a la espalda, además te da la ventaja de que el equipo está más compacto.