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Aitana Bonmatí explica la distancia entre soñarlo y tenerlo: "Cuando ganaba Messi lo veía increíble, ahora estoy ahí y lo veo normal"

La jugadora del Barcelona charló con Relevo y otros medios en la Joan Gamper después de sumar su segundo premio.

Aitana Bonmatí, este jueves, en la estadio Johan Cruyff de la Ciutat Esportiva Joan Gamper. /FC BARCELONA
Aitana Bonmatí, este jueves, en la estadio Johan Cruyff de la Ciutat Esportiva Joan Gamper. FC BARCELONA
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Llega sonriendo, como un torbellino. Y eso que son las 15:25 y a las 16:00 debe estar en el centro de Barcelona, en un acto de Adidas, esa marca con la que firmó recientemente "y me cuida tan bien". Tiene que sentarse ante diez periodistas, entre ellos Relevo, y hablar. Como ha hecho anteriormente con las televisiones y las radios. Como hizo el lunes en el Teatro de Chatelet de París después de levantar su segundo Balón de Oro, este algo más inesperado. "El año pasado sabía que ganaba y me preparé el discurso, y el de este año fue de aquella manera...", explica, mientras en la silla de al lado reposan junto a las grabadoras los dos galardones.

Aitana le da normalidad a algo extraordinario y su reflexión es paradójica: cuando alguien ve desde la televisión recoger un Balón de Oro genera unas expectativas que luego no se acaban de traducir, o de digerir, cuando ella es la protagonista: "Lo veo con normalidad, no es extraordinario, no pienso. Cuando pasen unos años y me retire y esté en mi casa, le daré más valor a lo que hemos conseguido, porque me gusta hablar del colectivo". Y le insisten, y ella replica: "No le doy más vueltas. No sé qué decir. Sinceramente, no lo veo extraordinario. Desde fuera quizás veía a Messi levantarlo y era increíble, pero estando dentro le das normalidad, aunque sea fuerte".

La futbolista de Sant Pere de Ribes, que unos días antes de la gala estuvo "con unos amigos en La Garrotxa" esperando el momento de viajar a París y los días posteriores "no he hecho grandes cosas", reconoce que tiene de vez en cuando que detenerse y pensar, reencontrarse, aburrirse y cuidarse, porque, si no, la rueda de la alta competición, de los eventos y el resto de quehaceres acaban atropellando a una: "No he hecho mucha cosa, me lo tomé con calma, debo cuidarme. Estoy aprendiendo a gestionarlo. Especialmente los momentos después de ganar premios o con los patrocinadores; necesito descansar porque el lunes llegamos a las 4:00 y luego entrenamos".

Esa vorágine lleva a Aitana a no alejarse de sus orígenes, aunque en ocasiones tenga que hacer sobreesfuerzos como ella misma confiesa, y a los que se ha acostumbrado: "Intento ser la misma que hace 15 años. Ribes me ayuda, mi gente, mi entorno. A veces hablo con mi amiga María, y todo es muy fuerte, tengo zapatillas personalizadas, me dan lo que quiero... pero en el día a día le das normalidad y me hace seguir igual de tranquila. Quizás me conocen más, y eso a veces... Cuando tienes un mal día debes poner buena cara, aunque no tengas ganas. Eso cuesta quizás, es un sobreesfuerzo, pero lo acepto". Después de la entrevista, Aitana no para de hacerse fotografías con sus galardones con todos los que se le acercan.

La insatisfacción de Aitana y el aprendizaje que peor lleva

Aunque cualquiera se pondría en la piel de Aitana Bonmatí, la mejor jugadora del mundo y quien ya lo ha ganado todo en este deporte, ella reconoce que no acaba de disfrutarlo, que hay momentos de agobio, que la velocidad es elevada y todo gira demasiado rápido. Se lo confesó a Pep Guardiola en una charla recientemente y también este jueves ha insistido en, por ejemplo, cómo fue la Gala del Balón de Oro y las oportunidades que se pierden.

"No tuve tiempo ni de hablar con Natalie Portman. Es agobiante, es a full, pero es un orgullo. El año pasado me lo dio Djokovic, así que me lo han dado figuras importantes. Natalie apuesta por el fútbol femenino, así que es algo que recordaré para siempre". Una insatisfacción que intenta controlar: "Me pongo como objetivo disfrutar de los momentos únicos, que son efímeros, pero a veces cuesta, pero no significa que no me lleve buenos recuerdos. Lo idílico es llegar antes, dormir allí, comer un croissant...", bromea aunque realmente lo sienta.

«¿Qué problema hay con el catalán? Cuando hablo inglés nadie...»

Como ya hizo en la pasada edición, Aitana Bonmatí habló en catalán, en castellano y en inglés en su discurso, y recibió algunas críticas por referirse en su idioma materno. Ella, que reconoció que lo escuchó por terceras personas, defendió de nuevo el uso de la lengua catalana: "Siempre que hablamos es lo mismo. Es mi lengua, me siento cómoda. Cuando hablo en inglés nadie dice nada... ¿Qué problema hay con el catalán? Cuantas más lenguas hables, mejor, es positivo, es un tema cultural. Pero en algunas zonas no es bien recibido, pero no cambiaré. Hablo de la forma más cómoda".

Del idioma salta al juego Aitana, que pretende seguir mejorando y sabe dónde están sus puntos débiles. Ella misma, sin querer explayarse y dejando claro que "no me preocupa el Balón de Oro, porque primero es el equipo y hacerlo bien y si llega es consecuencia de...", explicó en lo que pone ahora el acento: "No soy perfecta, es imposible hacerlo todo bien. Hablamos de lo individual y vemos vídeos, y siempre hablo de mi lanzamiento que puedo aprovecharlo más y ser más incisiva. Dentro del área intentó recortar, y a veces debo lanzar, no tengo esa mentalidad. Es algo con lo que me molaría mejorar, con vídeos y me costaría hablar de eso".

No podía escaparse Aitana sin una pregunta, aunque fuera indirecta y sin citar, sobre la ausencia del Real Madrid al saber que Vinicius Júnior no iba a ganar el Balón de Oro. Ella lo tiene claro: "Este año no se sabía hasta el final, pero si hubiera sabido que no ganaba, yo hubiera ido por respeto".