Alexia Putellas no quiere escuchar el "ha vuelto" por un puñado de razones

El domingo, contra el Levante, hubo un par de veces que Alexia Putellas bajó a recibir el balón al centro del campo, se paró en el semicírculo del lado rival, pisó el balón, y levantó la mirada, como diciendo: "Por dónde empezamos".

Basta con mirar los mapas de calor del curso. Especialmente, el del partido citado anteriormente: es todocampista. Se mueve por absolutamente todo el verde, con la seguridad, fuerza y confianza de quien se conoce mucho más.

En la segunda jornada liguera, en la victoria por 3-1 ante la Real Sociedad, Pere Romeu alineó a sus cuatro centrocampistas de gala a la vez: Keira Walsh, Patri Guijarro, Aitana Bonmatí y Alexia Putellas. Una probatura en forma de declaración de intenciones. Si las cuatro están bien y el contexto lo permite, ¿por qué elegir?

En lo que va de curso, Alexia Putellas ha disputado todos los partidos ligueros, es la sexta jugadora con más minutos (437), suma cuatro titularidades en siete encuentros y acumula seis goles, la segunda máxima goleadora blaugrana. Además, se ha desempeñado como interior zurda (su posición habitual), falsa extremo del mismo lado, misma posición en la banda contraria y una especie de mediapunta (en el encuentro en el que jugaron las cuatro fantásticas).

La dos veces Balón de Oro derrocha confianza y confía en lo que le dicen. Tras un pasado curso convulso -en el que se llegó a sentir extraña en su propia casa-, todo es calma. Su estado físico -nadie quiere ni oír hablar de las lesiones-, su condición contractual -ya resulta-, su lado personal y su status de estrella en el club y en la selección son indudables. Un puñado de razones para no mirar atrás.

Fuera del campo, se sigue cuidando igual o mejor (si es que había margen de mejora): los descansos, la nutrición, etc. Respecto a lo primero, por ejemplo, suele hacer coincidir sus actos con los días de carga mínima en sus entrenamientos. En cuanto a lo segundo, en su dieta son habituales los recuperadores musculares. De hecho, es habitual verla aparecer en las entrevistas o actos públicos con un bote recuperador. Por ejemplo, en una atención a medios de comunicación con la Selección -una entrevista con TNT Brasil- apareció con el bote.

Tampoco quiere ni oír hablar de la lesión, de que "ha vuelto", de que "está superada", etc. Propio de quien quiere normalizar su situación actual, enterrar los fantasmas del pasado y luchar por ser la mejor del mundo.