El Barça también se cansa y el Levante también sabe jugar al fútbol

Y 80 partidos después, el Barça 'pinchó' en el Johan. Las de Jonatan Giráldez empataron ante el Levante (1-1) y, por primera vez desde que juegan en ese estadio, no sumaron una victoria. Si bien es cierto que no fue el mejor partido de las culés, sí que fue uno de los más completos de las de Sánchez Vera. Sólo así puedes plantarle cara al Barça. Las granotas se emplearon en defensa y supieron mantener la mente despejada cuando les llegó la oportunidad. Mientras tanto, al Barça se le notó -en exceso- el cansancio y acumularon imprecisiones en su juego.

A pesar de que Giráldez alineó a su once de gala, muchas jugadoras estuvieron lejos de ofrecer su mejor versión. O, al menos, la más brillante. Es lo que tiene cuando, prácticamente, en cada partido, rozas la excelencia. No fue la mejor tarde de Graham, por ejemplo, ni de Mariona o Irene Paredes. Durante la primera mitad, el Barça fue superior y el balón fue suyo. Sin embargo, la posesión fue estéril y apenas se materializó en ocasiones -claras- de gol.

Mientras tanto, el Levante, que dibujaba una línea de cinco con Silvia Lloris actuando de central, iba acumulando fe y ganándole minutos al crono. Las granotas plantearon un bloque bajo, acumulando futbolistas por dentro y obligando a atacar a las culés por fuera. A pesar de que los precedentes no jugaban a su favor -el último enfrentamiento entre ambos equipos se saldó con un doloroso 7-0 para las culés-, aprendieron de sus errores y mostraron una versión muy alejada de la de aquella fatídica noche del 20 de enero.

Y con el 1-0 en el marcador, Sánchez Vera siguió con su plan. Una estrategia que pasaba por aguantarle al Barça en la primera mitad e intentar dar un paso adelante -siempre y cuando el marcador lo permitiese- en la segunda. Así fue, las granotas se estiraron y llegó el empate. Érika, la MVP del partido, le dio medio gol a Alba Redondo. En una asistencia perfecta, la mundialista le ganó la espalda a Irene Paredes y perforó la meta defendida por Cata Coll, que acumulaba 15 porterías seguidas a cero.

Montse Tomé lo vio por la televisión. La seleccionadora nacional, que mañana da la lista para la Final Four de la Nations League tenía pensado asistir al partido, pero un retraso en su vuelo le obligó a quedarse en Madrid y a presenciar el Atleti - Real Madrid.

El Levante comenzó a jugarle de tú a tú a un Barça que no estaba cómodo en el partido y al que se le notaba fatigado en muchas de sus acciones. Esta vez, Giráldez tardó en variar el plan de partido y tan sólo Vicky López estuvo a punto de romper el empate. Sin embargo, Tarazona -partidazo también el suyo- evitó el tanto.

El pitido final mostró la cara y la cruz del resultado. Mientras que las granotas se abrazaban y gritaban de alegría -incluso en algunas de ellas asomaban las primeras lágrimas-, las culés se retiraban del césped contrariadas y sabedoras de que no había sido su mejor partido.

Para el Levante, que está atravesando por una de las temporadas más difíciles de su historia, el empate fue una victoria. Y una inyección de moral. Un resultado que les sirve para seguir demostrando su profesionalidad y su valía deportiva. En el otro lado de la moneda, el Barça. Si bien es cierto que el empate es anecdótico y que ni mucho menos debería hacer saltar ninguna alarma, el Barça no mostró su mejor versión.

La acumulación de encuentros -desde el 13 de enero están jugando partidos cada cuatro o cinco días- hizo mella en las culés. Al Barça todavía le queda por librar una batalla más antes del parón de selecciones y será ante el Atlético de Madrid (el domingo, a las 13:30h, en DAZN). "Lo importante va a ser ver la reacción del equipo", afirmó Giráldez tras en el encuentro.