LIGA FEMENINA

El Ayuntamiento niega al UD Granadilla hacer las obras que exige la liga: "Nos pondrán a parir pero no es nuestra culpa"

El cambio de gobierno en el Ayuntamiento retrasa las obras. "Ya nos gastamos el 3'% en focos, marcador...", dice el presidente del club.

Imagen del campo del UD Granadilla. /GRANADILLA
Imagen del campo del UD Granadilla. GRANADILLA
Sergio Delgado

Sergio Delgado

"El ayuntamiento nos pone todos los obstáculos, y es el gran beneficiado. Es una situación cuanto menos paradójica", explica a Relevo Sergio Batista, presidente del UD Granadilla Tenerife, equipo de la Liga F que a un mes de empezar la competición ha visto negada por parte del ente público la solicitud para acometer las obras que se requieren desde la propia Liga y que deben estar completadas antes de final de año.

La Liga Profesional de Fútbol Femenino (LPFF) exige que a finales de este año los equipo acometan una serie de mejoras en sus instalaciones y para ello "la LPFF nos comunica a los clubes que hay una partida de los fondos europeos dedicada al fútbol femenino y en concreto destinada a mejorar las instalaciones", explica el presidente del club de Granadilla de Abona.

Entre las mejoras exigidas están los marcadores, la iluminación, los vestuarios, y la instalación de césped natural, algo "imposible" en el campo donde se entrena y juega el Granadilla sus partidos, La Palmera. "Estuvimos a punto de irnos de Granadilla porque vimos las dificultades que entrañaba hacer las obras", explica el presidente, pues el campo es propiedad del ayuntamiento y está compartido con otros clubes de la zona. Sin embargo el club presentó los proyectos para todas esas reformas, incluida la del césped.

"Esos presupuestos y proyectos fueron redactados y aprobados y solo falta la ejecución", explica Sergio Batista, que asegura que "incluso el dinero nos fue ingresado en cuenta corriente, aproximadamente 1,4 millones de euros". "Al ver la imposibilidad de llevar a cabo las obras por el tema del césped estuvimos a punto de devolver el dinero", confirma a Relevo el presidente.

Sin embargo, el club junto al CSD consiguió este pasado mes de mayo la autorización para instalar un césped híbrido "homologado por la FIFA y la RFEF, que es de última generación, que está a la vanguardia y que se utilizará en el futuro en los grandes estadios", explica Batista. Así se solucionaba el mayor problema de esta reforma; se instalaría en La Palmera un césped apto para jugar en la Primera División Femenina pero que al mismo tiempo podría ser usado por cualquiera de los otros usuarios de las instalaciones ya que no requiere el mismo cuidado que necesitaría un campo de césped natural.

Problemas después del cambio de gobierno

"Una vez tuvimos esa autorización en mayo, nos pusimos en contacto con el Ayuntamiento de Granadilla para intentar ejecutar esas obras", asegura Batista. En ese proceso de mandar las solicitudes se produjo el cambio de gobierno tras las elecciones municipales y "cuando los anteriores nos dijeron que sí, los nuevos nos dicen que ese no es el cauce administrativo adecuado", explica Batista.

"Eso se subsanó con la mayor rapidez, en el mes de julio se volvió a presentar todo lo que nos pedían, y ahora nos encontramos con esta resolución que dice que no hemos justificado el interés social de la obra", explica el presidente del club. " Con toda sinceridad creo que no son argumentos sólidos porque seríamos nosotros los mayores perjudicados", reclama Batista.

La resolución del Ayuntamiento establece que no es compatible la obra que pretende hacer el UD Granadilla Tenerife "con el uso o disfrute del campo por otras entidades deportivas y, especialmente, por los jóvenes que practican fútbol base en el Municipio". Sin embargo, el presidente de la entidad defiende que "el beneficio es para el municipio, para los usuarios, para el barrio… para todos". Aunque reconoce que "habrá una incomodidad en el tiempo de ejecución de las obras, estas nunca llegarían a los dos meses".

"Está claro que si las obras se inician ahora, tendremos problema al inicio de temporada", reconocen desde la entidad chicharrera, que no se explica porque la decisión de retrasar la resolución. "Si se hubieran iniciado en tiempo, cuando se hizo la primera solicitud, estarían acabadas antes de finalizar agosto y no pasaba nada", reclama Batista.

De hecho, el propio club, en previsión de que se llevaran a cabo estas obras durante el verano, decidió alquilar otras instalaciones en la isla para llevar a cabo la pretemporada. "Además, a nuestros dos equipos filiales los hemos trasladado a otro municipio para dejar el espacio libre y que las obras se pudieran llevar a cabo", explica el presidente.

Desde el club también explican que el actual césped de La Palmera "no aguantará más de dos años". Cuando llegue el momento del cambio "lo tendrá que costear el ayuntamiento y por tanto saldrá del bolsillo de los vecinos, cuando este dinero que tenemos ahora viene de Europa, no digo que venga caído del cielo, pero como si lo fuera", indica el presidente, asombrado ante la negativa del ayuntamiento.

Los problemas con el Ayuntamiento, sin embargo, vienen de lejos. "Tenemos levantadas 13 actas de infracción en las que se nos imponen 5.000 euros de multa en cada partido", declara el presidente del club, que explica que "Se necesita hacer una obra para adaptar el recinto al protocolo de seguridad de la ley del deporte". Una adaptación que debe acometer el Ayuntamiento al ser el propietario de las instalaciones y que "por no cumplir con su obligación de adecuar el recinto a las medidas de seguridad nos multan a nosotros porque somos los organizadores del evento", señala Batista.

Problemas económicos si no se resuelve antes de final de año

El problema que se plantea con la negativa del permiso para ejecutar las obras es que el club debería devolver, con intereses, los 1,4 millones de euros que ha ingresado de los fondos europeos, "el problema es que ya nos hemos gastado un 30% en adquirir el césped, los focos o el marcador", explica Batista que no duda en que, llegados al caso, tendrán que exigir responsabilidades.

"Es evidente que nos crea un quebranto económico importante. Somos un club modesto e independiente y esta situación nos causa un grave perjuicio", indica el presidente del club canario, uno de los pocos de Primera División que es independiente y por tanto no tiene detrás una estructura para sustentar económicamente estas pérdidas que se ocasionarían. "Nos criticaran, nos pondrán a parir, dirán que el campo es tercermundista pero espero que la gente entienda que no es culpa de nosotros como club", afirma el presidente con resignación.