Las jugadoras del Barça abren un melón necesario... pero cuidado con las mezclas, las formas y las culpas

Era una patata caliente a punto de explotar. El paso que han dado las jugadoras del Barça en su reunión con la presidenta de la Liga F, Beatriz Álvarez, abre un melón, o varios melones, que son muy necesarios. Aunque admito estar sorprendida por las formas, tras el Clásico (0-3), y discrepo por la mezcla de varios temas que tienen que tratarse por separado.
El 'modus operandi' es raro. Lo extraño hubiese sido que este gesto, que espero que sea un punto de partida de una reflexión más profunda, no escociera a rivales que incluso se han dado por aludidos. Con esto al margen, me preocupa que, aunque todo este bajo el mismo paraguas, se terminen solapando dos temas diferentes.
Por un lado, queda la superioridad del equipo azulgrana en Primera que poca solución tiene a corto plazo. Es el mejor equipo, con las mejores jugadoras -dos de ellas, Aitana Bonmatí y Alexia Putellas, han ganado el Balón de Oro- y el problema no está en que no haya rivales a su altura. No los hay ni en España ni en Inglaterra ni en Alemania...
Obvio que no es culpa del club culé, que apostó lo que debía y como debía. Tampoco se puede criminalizar al resto. Al menos, no a todos. Pues solo unos pocos, que en realidad son un buen puñado, pueden proporcionar el marco del Barcelona con un presupuesto que, en su sección masculina, no es más que calderilla.
Esto desemboca en el otro dilema: genera tanto como para invertir una gran suma. Lo ideal sería decir que sí, pero la realidad es que, de momento, no. Aunque con asteriscos. El Barça, por ejemplo, ha demostrado que sí se puede, siendo la única sección del club que no daba pérdidas. Siembra y recogerás tus frutos, dijo Xavi Llorens allá por 2015 -se profesionalizó la sección en el club catalán-. Fue un loco cuyas ideas han pasado a ser magia años después. Su genialidad no fue aislada. Hubo muchos locos y locas que le acompañaron -más tímidamente- en aquellos años. Aunque no todas las buenas ideas cuajan igual. Por contexto, inercia y hasta por suerte. Todo cabe en el saco del éxito y no es tan sencillo como parece.
Quién esté libre de culpa...
Por otro lado, se pone sobre la mesa un asunto de suma importancia y rebuscada solución. Porque somos/son muchos los que llevan avisando un tiempo de que el fútbol femenino coquetea con dudas peligrosas. La Liga F, con el pinchazo en el caso Finetworks y las guerras -ahora apagadas- con la RFEF de fondo, no ha terminado de cuajar. Al menos, con las expectativas que generó su puesta en escena como Liga profesional. No obstante, el problema va más allá y también salpica al resto de competiciones femeninas (Copa de la Reina o Supercopa) y a muchos clubes que quieren pero no pueden. Hasta en la RFEF, que no se libra de caer en el error -hasta en el más absurdo- con la Selección.
Hay algo que está fallando. No es tan concreto e identificable. Ojalá lo fuera. Es imposible encontrar a un solo culpable, pues es parte de todos. De los clubes, de la competición, de los medios de comunicación, desde los que podemos dar más y mejor... incluso de una sociedad que sigue mirando con recelo al fútbol femenino. Ni ganando un Mundial o una Nations League se ha logrado acabar con los fantasmas de la duda que siempre han acompañado al fútbol femenino. Ni aunque volviéramos de París con el oro al cuello lo conseguiríamos. Forma parte de todo. Siempre habrá que demostrar más y, por el momento, el reto no se está consiguiendo.
La mejora es palpable, pero no hay una sola tecla en la que tocar para que este crecimiento sea ideal. Aun así, como en todo, el primer paso es la autocrítica. Pese a que me dé pena que tengan que ser las jugadoras del Barça -las que menos necesitan que esto siga con buen rumbo- las que aprieten las tuercas. Su inconformismo es envidiable.
Lo hicieron en la Selección, siendo el núcleo duro de las diferentes luchas contra la RFEF, lo han hecho ahora, en la Liga F. Puede que su reunión con Beatriz Álvarez genere polémicas, dudas, señale culpables, muestre un lado egocéntrico... E incluso que se aproveche para buscar excusas desde el club azulgrana por si algo sale mal en su planificación deportiva, con un "no es mi culpa si se van o no vienen". Quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra, les diría. Con todo, no me podréis negar que es una conversación que está pendiente porque algo no va bien.