Quince meses de heridas y cicatrices que han desembocado en el Clásico: "Estamos en un punto de respeto mutuo"
Real Madrid y Barça se miden con las aguas más calmadas, pero destacan: "Un Clásico es un Clásico".

En los últimos 15 meses, el fútbol femenino español ha sufrido la transformación más grande de su historia. Una transformación que se originó con 'Las 15' y que culminó con un movimiento social sin precedentes, el #SeAcabó. Una transformación que se llevó por delante la salud del fútbol femenino español y la relación entre muchas de sus futbolistas. Y evidenció una brecha entre el Real Madrid y el FC Barcelona nunca antes vista.
Esa división vivió numerosos capítulos. Uno de los más sonados fue, precisamente, el Clásico de ida del curso pasado. Un partido que se saldó con un 0-4 a favor del Barça en el Di Stéfano y que destacó por su intensidad y por los cruces de declaraciones posteriores entre las jugadoras de ambos equipos. Esta tensión alcanzó su punto álgido al final del encuentro, cuando Aitana y Misa tuvieron sus más y sus menos.
El 'tercer tiempo' tampoco calmó las aguas. En esa ocasión, las redes sociales se convirtieron en el escenario del otro Clásico. Misa expresaba: "Esto sigue, orgullosa de ser madridista, de los valores de este club, humildad, respeto y corazón. Lo siento por no ser capaces de estar a la altura en estos partidos, pero lo estaremos, esto es el Real Madrid. Lo que hoy es dolor y frustración, en un futuro se convertirá en triunfos y alegrías. Toca levantarse". Mientras, Aitana publicó: "0-4, líders i Madrid és blaugrana. Visca el Barça".
Olga Carmona fue otra de las jugadoras que se pronunció tras el partido. "Qué difícil y costoso debe ser tener que mejorar valores como el respeto, la educación y la humildad entre personas", escribió la campeona del mundo en su perfil de X.
Las aguas más calmadas
Aquella tormenta quedó atrás. "Un Clásico es un Clásico. Estamos en un punto de respeto mutuo entre jugadoras", comentaba Mariona en la previa del partido. "Dejando a un lado años anteriores o este año, estamos igual de motivadas y queremos los mismos resultados del año pasado", añadía, refiriéndose a las polémicas ya mencionadas. A ella, se sumaba su compañera en el cuadro culé Patri Guijarro: "Son partidos que motivan y que estás deseando que lleguen".
Para llegar hasta este punto, ambos bandos experimentaron un proceso de curación que se inició en las semanas previas al Mundial, con las jugadoras del Real Madrid mostrando su predisposición a que sus compañeras del Barça volviesen, si así lo decidían, a la Selección. Poco a poco, las aguas se iban calmando, hasta que lo hicieron de forma definitiva en el Mundial.
Durante todo el torneo, las 23 convocadas hicieron especial hincapié en que eran un equipo. Una piña. "Lo especial de este equipo es que es un equipo", destacaron tanto Jenni Hermoso como Irene Paredes en varias zonas mixtas y ruedas de prensa en Australia y Nueva Zelanda. Con las 23 focalizadas en ganar y con una unión que hace tan sólo unos meses parecía -absolutamente- imposible, se proclamaron campeonas del mundo.
El #SeAcabó y el Balón de Oro de Aitana
La estrella les unió más que nunca, viendo su herida totalmente sanada con el #SeAcabó. Tras lo sucedido en la final del Mundial, las 23 internacionales -y muchas más, incluidas las que quedaban de 'Las 15'- mostraron su cohesión como nunca antes lo habían hecho. Fueron todas a una y alzaron la voz en contra de lo que consideraban una injusticia en el 'Caso Rubiales'.
Todas ellas vivieron momentos críticos, con varios comunicados y una convocatoria forzosa en la Selección. Una tensión que se relajó tras la cumbre en Oliva y de la que se liberaron tras ganar a Suecia (2-3) y explicar todo lo sucedido a los medios de comunicación. Querían poner un punto y aparte para centrarse en el fútbol mientras se trabajaba en todos los cambios acordados con la RFEF.
Durante todo este proceso, las jugadoras se mostraron unidas, con muy buen ambiente entre ellas en el vestuario de la Selección. Una muestra de ello fue el Balón de Oro de Aitana Bonmatí, a la que felicitaron varias de las jugadoras del Real Madrid que suelen ir convocadas con España. Olga Carmona, capitana en el equipo blanco y de La Roja, incluso posó con el trofeo junto a la exmadridista Esther. "Lo tomamos prestado", le decían en una publicación de Instagram a la actual mejor jugadora del mundo.
Este domingo, tanto Olga, como Aitana, como el resto de compañeras en la Selección se volverán a ver las caras. No como compañeras, sino como rivales. Aunque, sin duda, la rivalidad ha rebajado su tensión y se presenta con "respeto" y motivación. "Ahora que se acerca el partido, ya no se habla. Antes, alguna bromita sí, pero ahora ya cada está una centrada en lo suyo", bromeaba Salma Paralluelo en el Media Day del Barça. La joven atacante culé evidencia que será un Clásico de máxima rivalidad, pero sólo en el campo.