La nueva Nahikari tras sus momentos más duros: "Me llené de demasiadas responsabilidades y no podía disfrutar de jugar"
La estrella del cuadro vasco, convertida en una de las líderes del vestuario, repasa su momento actual en la previa a recibir al Barça en La Catedral.
Nahikari García disfruta en Bilbao. Le ha costado, como en cualquier cambio, pero la delantera rojiblanca está plenamente adaptada a la ciudad y a un vestuario en el que su experiencia y su inteligencia son dos elementos claves. Lo dice cualquier persona que le conozca y que sepa cómo se desenvuelve lejos de los focos. Tranquila y serena, pero ambiciosa al máximo. No se conforma. Y esa es una de las claves de este Athletic Club que camina firme en la Liga F persiguiendo un sueño que hace un año sonaba raro, pero que cada vez es más real: pelear por estar en la próxima Champions.
Para conseguirlo, envites como el que tendrán este sábado en San Mamés ante el Barça es la mejor receta. Así lo cree que la ex jugadora de Real Sociedad y Real Madrid, que tiene muy claro la dificultad del reto, pero que responde firme y contundente en cuanto se le pregunta por ello. "Tenemos un vestuario muy joven que ojalá viva escenarios similares durante mucho tiempo. Y eso pasa por estar o vivenciar este tipo de situaciones", reflexiona en esta charla con Relevo.
Llega a la cita puntual. Saluda cariñosa y educada, antes de sentarse en la zona mixta de San Mamés, escenario de grandes noches y donde vivió una victoria el curso pasado ante el Madrid CFF que aún le pone los pelos de punta. Repasa temas de actualidad, como la posibilidad de una Supercopa en Arabia Saudí que no le hace demasiada gracia y que cree que habría que tratar si los planes toman forma en el futuro próximo. Se moja siempre, con un discurso cuidado y una facilidad de palabra que impresionada. Estudiante de medicina, apasionada por el mundo de la salud física y mental, dice estar viviendo su "mejor momento" en esta temporada en la que pese a la eliminación copera tienen aún muchos retos por delante. El primero, enfrentar al invencible Barcelona de Aitana.
¿Cómo estás en lo personal, ya con año y medio desde el cambio de vida y tu llegada a Bilbao?
Bien, la verdad que yo creo que es mi mejor momento. Como dices, los cambios siempre son complicados. Pensamos que no, que al venir otra vez cerca de casa y de la familia el proceso va a ser mucho más fácil, pero la realidad es que siempre acabas cambiando de equipo, de vestuario, de ciudad, de casa… Y bueno, con todo lo que eso supone, intentas adaptarte lo más rápido posible, pero es verdad que para mí el año pasado fue un año en general de mucha transición, tanto en lo personal como en lo profesional. Venía del último año sobre todo complicado en Madrid y coger otras dinámicas diferentes para mí fue importante. Ahora estoy con mucha más estabilidad, tengo todo mucho más a mano, mucho más accesible, lo conozco más y estoy en un muy buen momento. Estoy muy contenta.
¿Y físicamente? Te perdiste el partido de Copa ante el Cacereño y tuviste minutos ante el Espanyol. ¿Estás para jugar el sábado titular?
Bueno, ahí vamos, estamos en un proceso un poco de intentar coger mejores sensaciones, al final venía un tiempo ya arrastrando una tendinopatía isquiotibial y pensamos que el partido contra el Cacereño era el mejor momento para poder hacerlo. Los tendones son un poco lentos, estoy intentando acelerar el proceso lo más rápido posible pero siendo consciente de que es importante que toda esta segunda vuelta tenga la mayor continuidad posible y esté en las mejores condiciones. Se vienen muy buenas cosas y me gustaría estar lo más preparada posible para eso.
Aunque la victoria contra el Espanyol fue muy importante, imagino que la derrota ante el Cacereño fue un palo muy duro porque ya sabemos cómo se vive la Copa en Bilbao. ¿Ya lo habéis superado?
Sí, la verdad que sí, fue algo sobre todo inesperado. Por las sensaciones y las formas fue complicado. Creo que en parte puede, bueno, nunca viene bien derrotas así, y menos en una eliminación, pero ahora tenemos que poner el foco en todo lo que nos queda en la liga. Como dices, el partido contra el Espanyol fue importante por varias cosas: uno, quitarnos de la mente ya ese partido, y dos, porque esa noche dormimos por primera vez después de mucho tiempo en puestos de Champions. Y creo que eso también es importante, que nos sintamos cada vez más cerca de todo eso que queremos conseguir. Esa victoria sigue marcando la línea ascendente que llevamos hablando desde la temporada pasada y creo que es lo que tenemos que seguir insistiendo.
Te pregunto ya por el partido del Barça en San Mamés. ¿Cómo lo enfocáis? Lo digo porque desde fuera parece un bonito premio jugar en San Mamés, pero al mismo tiempo es el rival más complicado que podéis tener.
Creo que el año pasado rompimos muchas barreras mentales de jugar en San Mamés porque creo que no habían ganado todavía nunca aquí. Los nervios de la primera vez, mucha gente joven que llegaba y que debutaba... Una vez que ya has pasado eso, creo que afrontar los partidos contra el Barça siempre tiene su qué. Son las mejores del mundo, así lo han demostrado en los últimos años y eso siempre te implica o te ayuda a tener que mostrar tu mejor versión. Creo que es como nos lo tenemos que tomar, seguir con nuestro proceso de crecimiento, como un reto por supuesto que importante para testear tu nivel y saber moverte en escenarios grandes, que es lo que nos gustaría poder repetir con mayor continuidad.
¿Qué significa jugar en San Mamés y más aún en una ciudad tan apasionada y que siempre ha apoyado el fútbol femenino?
Es una pasada, cualquiera que lo haya podido vivir, creo que es un escenario perfecto para disfrutarlo y vivirlo. Al final, el Athletic, creo que lo bueno que tiene es que no es un sentimiento hacia un jugador o hacia una época, es un sentimiento hacia un escudo, independientemente de quién lo vista. Si es una mujer, un hombre, o quien sea. Todo eso genera que cuando hay 11 camisetas dentro de San Mamés, independientemente de quién las vista, la gente quiere acercarse, y eso me parece súper bonito. Para mí, de los mejores partidos en cuanto a disfrutar fue el año pasado en la Copa contra el Madrid CFF. Era un partido en el que se te ponían los pelos de punta. Ojalá la gente se anime a poder repetir situaciones así, que apoyen al equipo, que nos empujen, que al final, en partidos tan complicados como los del sábado, creo que juegan un papel muy importante. Este año, de momento, vamos a tener la oportunidad de jugar tres partidos y nos encantaría poder generar esa unión.
Sé que os lo preguntan mucho, pero me interesa tu opinión porque has jugado en Real Sociedad, Real Madrid y Athletic. ¿Eres de las que piensa que un Barça tan fuerte y casi imbatible hace bien al fútbol español o que resta interés a la Liga F?
Yo creo que al final el Barça es el espejo o la consecuencia de muchos años de inversión, tanto por parte del club como de las propias jugadoras. No hay que olvidarse que esas jugadoras llevan muchísimos años apostando por estar allí, trabajando duro, y creo que fueron las que iniciaron el cambio de ese salto profesional que hablamos siempre, que implica mucho más que el título de profesional. Hablo del comportamiento, del entrenar más, el cuidarte más, cuidarte mejor… Son un reflejo importante donde todas las jugadoras y todos los clubes tenemos que mirar y aprender de eso porque te marcan el nivel. Al final, cuando el de al lado sube el nivel te implica que el tuyo también vaya subiendo y esto es un poco una escalera. Creo que en eso tenemos que seguir, que al final nadie se le olvide que el Barça estuvo también muchos años apostando sin ganar ligas y ahora están teniendo el premio de esa insistencia. Ojalá las jugadoras y los clubes también seamos capaces de seguir insistiendo a pesar de no obtener resultados a corto plazo.
En el caso del Athletic, ¿el Barça es un espejo real? Lo digo porque con la filosofía del club no sé si es posible alcanzar esas cotas. Si ya en el masculino hay un salto importante, en el femenino, con las diferencias salariales, da la sensación de que es más complicado evitar 'fugas'.
Por supuesto que es complicado. En el masculino se puede ver cómo cuesta cada vez un poco más, pero creo que el Athletic, con esta nueva junta directiva, lleva unos cuantos años haciendo una apuesta importante por el fútbol femenino. Muchas veces ya no es sólo el propio jugador, sino los medios que se ponen alrededor y lo que se genera para que se dé el crecimiento de la jugadora. En ese sentido creo que estamos trabajando muy bien y tenemos la suerte de tener una cantera muy bien trabajada. Muchas veces, lo que no te da el poder fichar a gente de fuera te lo da el sentimiento de la gente de dentro. No sólo se juega con la calidad, sino también con el sentimiento y yo soy partidaria y fiel defensora de que un vestuario que cree, que confía y que encima trabaja muy bien puede llegar muy lejos. Esa tiene que ser nuestra mentalidad.
¿Cómo se le puede intentar ganar a este Barça? Es la teoría de la manta corta… Si vas a presionar quizá te 'maten' con espacios y si les esperas atrás es cuestión de tiempo que su calidad aparezca.
Es una combinación de hacer muchas cosas bien y, sobre todo, que ellas también fallen, que no tengan su mejor día. Pero sobre todo, como he dicho, creo que para nosotras nos tiene que suponer un reto de seguir testeándonos, de seguir mostrando nuestro nivel, ser valientes y ser nosotras mismas, que es lo que llevamos trabajando este tiempo. Tener esa identidad, no esconderse, dar pasos adelante… Tenemos un vestuario muy joven que ojalá viva escenarios similares durante mucho tiempo y eso pasa por estar o vivenciar este tipo de situaciones. Tiene cosas positivas medirte a este Barça, nos ayuda a seguir creciendo y creo que así nos lo tenemos que tomar. Con la mayor ambición posible, porque eso seguro que es algo que tenemos dentro del vestuario, que es esa ambición por seguir creciendo y mejorando.
Hablando de esa ambición, en 'Quiero ser como' decías que las más jóvenes te miraban con algo de extrañeza y también ilusión cuando hablabas de pelear por Champions. ¿Te siguen mirando raro?
(Se ríe). Siguen haciéndolo… No raro, pero con esos ojos de ilusión, cada vez que puede salir la palabra Champions dentro del vestuario creo que genera mucha ilusión. Y al final las personas nos alimentamos de eso, de retos, de ilusiones, de emociones que nos generan, y creo que eso es positivo. He repetido muchas veces, tenemos un equipo muy joven con mucho potencial y al final lo que tenemos que intentar generar es que esa gente joven quiera seguir eligiendo quedarse aquí porque siente que puede seguir creciendo. Y el crecimiento pasa por estar cada vez más cerca de los puestos de arriba. Las que más años llevamos y que más experiencias hemos vivido tenemos que intentar acompañar y ayudar también en ese proceso. Hay un futuro muy prometedor y ojalá podamos seguir hablando de esto durante mucho tiempo.
¿Se puede decir ya que la Champions es el objetivo real?
El objetivo seguir creciendo. El año pasado conseguimos esa quinta plaza y ahora queremos seguir creciendo porque sabemos que esto es un proceso y que no se llega del cero al diez en un solo día. Hay que construir unos cimientos sólidos, que eso también es muy importante, construir una base de trabajo, de mentalidad, de ambición y por supuesto de estilo de juego y a partir de ahí yo creo que las cosas van surgiendo. Esto no siempre es causa-resultado, hay que confiar, hay que hacer muchas cosas bien, aunque no está asegurado el resultado, pero sabiendo que haciendo todo eso estamos más cerca de conseguir lo que nos propongamos.
Decías que el año pasado fue de transición; ¿Cómo te ves ahora en este vestuario tan joven en el que pese a tu edad eres ya una veterana? ¿Cómo te sientes en ese rol de ser un poco líder para ellas?
Este año estoy más cómoda. Los cambios siempre son complicados, aunque tengas más experiencia en Primera en muchos sentidos, al final este es un vestuario muy cercano y muy cerrado, porque son chicas que llevan prácticamente toda la vida jugando juntas, se conocen, son amigas, son casi como familia, y al entrar desde fuera en un vestuario así hay que hacerlo con pies de plomo. Es cierto que yo desde el primer momento tuve esas ganas de poder aportar, de poder ayudar en este proceso de crecimiento que tienen. Me quedé gratamente sorprendida con el potencial que había, y a mí me encanta poder transmitir o ayudar con lo que yo haya podido vivir. Es lo que intento centrarme, soy una persona muy ambiciosa y sé que mi rendimiento pasa por mi trabajo, pero todo lo que pueda aportar a la gente que está a mi alrededor bienvenido sea. Además, nos vamos juntando cada vez más gente con experiencia, con Magui, Mariasun… Vamos haciendo una combinación interesante de gente con muchos años en primera división con gente que está empezando.
En esa ambición que dices tener, ¿cómo evalúas tu rendimiento en el Athletic?
Este año estoy empezando a sentirme mucho más yo. Mucho más la Nahikari que me gustaría. Es verdad que siento que mi mejor momento todavía está por llegar, porque siento que todavía tiene que explotar todo eso que yo veo en el día a día y en el entrenamiento, pero en competición, que al final es lo que la gente ve y el resultado con el que se queda. Pero la verdad que esta temporada estoy muy contenta de cómo me estoy sintiendo, de cómo estoy trabajando y tengo confianza en que la mejor versión esté por llegar. Una versión mucho más madura, con más comprensión del juego y de las necesidades de las situaciones. Tengo esa confianza de que vaya a llegar.
En tus reflexiones veo que le das mucho peso a la confianza y al papel de la estabilidad mental.
Sí, creo que es importante, y más cuando tienes más edad. Una vez escuché que cuanto más años cumples, más piedras tienes en la mochila. Y creo que es la verdad. Creo que la gente joven que viene lo hace con esa inconsciencia sana de no importarle las situaciones y, en cambio cuando te haces más mayor tienes más responsabilidades. Quizá yo en un momento dado me llené de demasiadas responsabilidades y ha habido momentos en los que no he podido disfrutar tanto de jugar, del día a día o de cómo me encontraba. Ahora sí. Al final todo es una repercusión y por supuesto que me quiero encontrar bien emocionalmente, pero eso también pasa por encontrarme bien físicamente. Y el rendimiento creo que es una consecuencia de todo eso. Creo que soy una persona que el trabajo ya lo da por hecho, que siempre lo tengo ahí, entonces hay que intentar complementar con el resto de cosas que se mueven alrededor.
¿Cuando dices que te llenaste de responsabilidades o hablas de los peores momentos, te refieres a tu etapa en el Real Madrid o también aquí en Bilbao?
No solo en Madrid, mi último año en la Real también fue complicado. Desde que empecé con el momento de las lesiones en el 2020 con el tema del tobillo, ahí fui arrastrando una época donde se me fueron tambaleando un poco las cosas. Físicamente ya no me encontraba tan bien, emocionalmente al final acabas también estando con mayores problemas... Por supuesto que la etapa del Madrid tuvo muchas cosas menos positivas, pero también tuvo muchas positivas. Siempre lo digo, para mí ha sido una etapa muy importante de mi vida, donde he disfrutado de muchas cosas, donde he cumplido muchos sueños y al final es una reconstrucción constante. El año pasado no fue lo más fácil del mundo, pero creo que es lo que me hizo estar este año en la situación en la que estoy. Es una constante evolución. Creo que lo que buscamos es estar en el mejor momento que se puede actualmente y yo en eso estoy.
¿En quién te apoyas cuando hay esos momentos más inestables?
Mi familia es muy importante. Creo que lo mejor que tengo es la gente que me rodea, han sido muy importantes en todo mi desarrollo deportivo y personal. Han estado en todos mis momentos, cuando me fui a Madrid, cuando les he necesitado, en mis momentos de la Real y por supuesto aquí ahora estoy mucho más cerca. Soy una persona muy familiar, necesito mucho de mi familia y tengo la suerte de sentirlos siempre cerca.
Vendrán el sábado, entiendo.
Sí, sí, sí, además estos partidos les gustan, los disfrutan mucho.
Te quería preguntar también por tu vida fuera del fútbol. ¿Cómo va esa carrera de medicina?
Todavía no la he acabado, estoy ahí.
Pero es algo que tienes en mente, ¿no? No sé si cuando te retires te gustaría ejercer.
No sé si ejercer de médico como tal, pero sí que es verdad que me gustaría poder poner en práctica todo lo aprendido durante mi carrera deportiva. Al final vivimos muchas situaciones y yo soy fiel defensora del deporte, de la alimentación, de la parte mental, como decías, y es verdad que tengo un enfoque de la salud muy dirigido desde ese sentido. Estoy terminando la carrera, pero también me gusta ir formándome en otras pequeñas cosas, voy haciendo cursos, másters... Sí que es verdad que cuando acabe mi carrera deportiva me gustaría poder englobar en alguna idea todo este conocimiento y todas estas vivencias y aprendizaje que voy teniendo. No creo que esté aquí solo de paso, sino para exprimir esto al máximo. Me gustaría poder transmitir esto a la gente, poder ayudarles y veremos en qué acaba, pero sí que es verdad que hoy tengo esa mentalidad.
O sea que les debes dar una 'brasa' a los médicos del club…
(Se ríe) Sí, sí, pero para todo. Siempre que surge algo nuevo, da igual, viene el ortometrista, viene el fisiólogo, viene lo que sea con ideas nuevas que quieren implementar con nosotras y siempre les pregunto: 'pero a ver, explícame esto, por qué, cómo…'. Sí, la verdad que soy bastante pesada, pero bueno, ya me conocen, lo dan por hecho y saben que voy a ser de las primeras en proponerme voluntaria y también en escuchar el porqué.
Precisamente, el club ha crecido mucho en ese apartado, ¿no? Tanto en el departamento masculino como en el femenino.
Sí, yo lo dije desde el primer momento en que llegué: yo vine al Athletic porque creo que nos necesitábamos los dos en ese momento. Sobre todo en la parte deportiva, pero una vez que entras en dinámica, todo lo que me encontré en cuanto a infraestructura, en cuanto a recursos, en cuanto a acercamiento de la gente, del Presi, que siempre está muy cerca del equipo y de lo que necesitemos, de las facilidades que se pone para todo… El crecimiento pasa por tener mayores recursos, por tener mayor inversión y porque esos recursos se aprovechen bien, y creo que en ese sentido el Athletic lo está haciendo muy bien. Y el femenino estamos entrando también en toda esa estructura de crecimiento que quieren implementar y estoy encantada, creo que estamos en un contexto donde sí se puede hablar de profesionalidad con respecto a nosotras y nosotras con respecto al club.
Volvamos al partido de este sábado. Te reencuentras con ex compañeras, como Aitana o Alexia. No sé si has podido hablar con ellas.
Últimamente no, pero al final llevo toda la vida conviviendo con Patri, con Aitana he compartido con Alexia, con Mapi en la absoluta. No me sorprende el nivel que han conseguido porque les conozco y conozco cómo iba trabajando Aitana muchos años... Al final es fruto-resultado, por supuesto, de su calidad y de su nivel, pero también del trabajo que viene detrás. La vida en general trata de eso, de encontrarse en el momento adecuado, con la gente adecuada y en el contexto perfecto. Creo que es súper positivo para el fútbol femenino español y creo que tenemos las mejores representantes en eso. Ahí están, balones de oro, en once de la FIFA... Ya no solo son la gente que gana, sino la gente que está también ahí, como Irene que lleva muchísimos años a un nivel espectacular.
¿Si te dicen hace diez años que las últimos cuatro balones de oro iban a ser españolas, te lo hubieses creído?
(Se ríe). La verdad tengo que decir que cuando España ha acabado ganando el Mundial y se han dado todos estos resultados no me ha sorprendido excesivamente porque llevo conviviendo con eso durante muchos años y yo creo que era cuestión de tiempo. En categorías inferiores, cada vez que jugábamos, España siempre era dominante, siempre había jugadoras que destacaban, y era cuestión de tiempo y de proceso que eso llegase al máximo nivel. Y que el contexto favoreciese a que eso se fuese a dar. Pero creo que el nivel del fútbol en España hoy en día lleva muchos años trabajándose muy bien y la liga española tiene muchísimo nivel. Es verdad que hay otras ligas que quizás se venden mejor en cuanto a marketing y en cuanto a envoltorio, pero la realidad es que aquí tenemos mucho nivel. Si estuviese un poquito mejor trabajado, mejor rodeado o envuelto, es una bomba explosiva muy potente.
¿Tienes el sueño todavía presente de la Selección?
Sí, sin duda, yo creo que si no tuviese ese objetivo y ese sueño, podría retirarme ya. Al final mi ambición pasa por ser mejor cada día y por seguir creciendo. He compartido vestuario con ellas durante muchísimo tiempo y es decir, ¿por qué no? El sentirme cada vez mejor, volver a tener esas sensaciones que tenías antes. Es un sueño, una idea que siempre está ahí, que creo que no se me va a apagar. Se apagará el día que decida retirarme. Sabiendo que es más o menos difícil, es algo por lo que voy a trabajar porque me motiva y me genera ese sentimiento de emoción.
¿Cómo viviste el Mundial? ¿Se te quedó la espinita? Además, con todo lo que pasó…
Sí, sí, fue un poco complicado, ¿no? Con todo el ruido que se generó alrededor, creo que todas las jugadoras nos sentíamos como en esa situación y en esa tesitura de decir, están haciendo las cosas, pero… Por supuesto al final con ese cariño y ese aprecio que tienes a la gente que está ahí, que sabes el trabajo que hay detrás y que al final te alegras también de esas cosas y en parte te sientes partícipe. Es como todo, si antes no hubiesen habido otras, si antes no se hubiesen jugado otros mundiales… El Mundial anterior en el que estuve creo que también tuvo mucha importancia para seguir ese crecimiento y sin él quizá hoy no estaríamos donde estamos. Yo hago la reflexión muchas veces, si otras no hubiesen empezado hace muchísimos años aquí mismo en el Athletic, yo no estaría vistiendo esta camiseta hoy en día.
Te tengo que preguntar también por la Supercopa. En el masculino ya hay muchas críticas y hemos visto lo sucedido con el Mallorca, pero en la RFEF se habla de la posibilidad de llevar la Supercopa femenina a Arabia Saudí. ¿Qué te parece?
Son hipótesis que hasta que no están hechas parece que generamos mucho ruido, pero no hay nada concreto y sobre eso es difícil hablar, ¿no? Pero, ¿qué vamos a opinar nosotras? No tenemos opiniones diferentes a lo que pueda tener cualquier persona de a pie. En parte, nosotras somos las protagonistas porque somos las jugadoras, pero también somos las mandadas. Tenemos muchas veces poco que hacer, aunque intentamos hacer fuerza desde la posición que nos corresponde. Creo que todos somos conocedores de la situación del país, de la situación de la mujer allí, y nos pone a las futbolistas en una tesitura complicada. Son hipótesis que se tendrían que ver, que si se dan se tendrían que hablar muchas cosas y ver situaciones y contextos, que se nos expliquen y a partir de ahí poder opinar con cosas encima de la mesa.
Sois mandadas, como dices, pero en el fútbol femenino hemos visto cómo la unión de las jugadoras sí puede cambiar las cosas. Así como en el masculino hay inacción, vosotras habéis demostrado que sí os reveláis juntas.
Sí, es que es inevitable, a mí me parece imprescindible en cualquier ámbito de la vida. Al final cada uno cuando va en una lucha individual es muy difícil conseguir cosas, en cambio cuando se va en unidad creo que es mucho más fácil avanzar. Por eso te digo que en el momento en el que algo así se pudiese decidir, creo que entre todas nos tendríamos que juntar, escuchar y decidir qué es lo que queremos. Porque como te digo, al final no deja de ser una tesitura complicada para la mujer.
Antes hablabas de que en Bilbao no importa quién vista la camiseta rojiblanca y que lo importante es el escudo. ¿Crees que si sois capaces de levantar un título en los próximos años habrá 25 camisetas rojiblancas en la Gabarra y serán las vuestras?
Por supuesto, no tengo ninguna duda de que si se tuviese que dar la situación se daría, estamos hablando de que hay muchas cosas que han cambiado, que el femenino cada vez tiene un mayor peso dentro del club, y este año lamentablemente creo que no se va a poder dar porque ya no nos queda ninguna competición para que pueda ser así, pero ojalá en un futuro que podamos vivirlo. Y que no sean 25, que sean 50, y nos juntemos el masculino y el femenino, porque significaría que hemos ganado algo los dos algo. Eso sería la leche.