La polémica por las entradas visitantes vuelve a rodear el Clásico femenino
El Barça podrá denegar el acceso a hinchas con símbolos del Madrid. Una medida que se extiende a todos los rivales.
Aún quedan casi tres meses para el partido de la Liga F entre el Barcelona y el Real Madrid en el Johan Cruyff. Y la polémica ya empieza a cocerse fuera del verde. El motivo son las entradas para este nuevo Clásico femenino, las cuales no podrán ser adquiridas por aficionados del equipo blanco. Una medida que se mantiene para todos los rivales, aunque en ninguno tiene el calado mediático del Clásico, y que no es excepcional del Barça (otros clubes, incluso el propio Madrid, indican también esto en la venta de entradas en sus respectivas páginas web). Pese a esto, esta norma ha generado desconcierto al informar de que podrá haber problemas para entrar a cualquier grada si se posee simbología de otro club.
"Prohibida la compra para aficionados del Real Madrid. Se denegará el acceso al estadio a aficionados con vestimenta o emblemas del Real Madrid", se notifica a través de un mensaje emergente a la hora de acceder a la compra de entradas para este partido, para el cual no hay ni fecha ni hora definidas. Desde el equipo azulgrana profundizan en esta medida señalando que, si se accede al estado con simbología de un equipo visitante, la persona podrá ser expulsada o reubicada, lo que ocurre en muchos estadios para no mezclar aficiones.
De hecho, desde el club azulgrana aluden este motivo, asegurando que el fin de esto es salvaguardar "la separación efectiva de aficiones" y mantener la seguridad en las gradas. De este modo, y según confirmó Relevo con el propio Barça, los aficionados del equipo visitante sólo podrán adquirir sus entradas a través de su respectivo club. Un hecho que se extiende a todos los partidos e instalaciones de equipos del Barça (filial, femenino...) y con todas las aficiones. En cada caso, el Barça y el club en cuestión pactan unas entradas visitantes cuyo número será el mismo tanto para la ida como para la vuelta. Este protocolo es muy común en el fútbol español.
En el caso de enfrentamiento ante el Madrid se remarca más la medida con el mensaje emergente al intentar comprar la entrada. Con otros rivales (Betis, Villarreal, Atlético....) no hay mensaje emergente avisando de que se podrá denegar la entrada...
En esta línea, hay que señalar que aún no hay ni fecha ni hora para el encuentro, pero las entradas aparecen agotadas. Incluso para aficionados del Barça. "Se ha alcanzado el límite de aforo establecido. En este momento no hay entradas disponibles para la venta, inténtalo más tarde", se expone. De este modo, se espera el lleno en el Johan Cruyff (6.000 espectadores) para un encuentro que sigue acaparando todos los focos mediáticos. Sí que hay boletos, aunque pocos, para el encuentro ante el Atlético una jornada después. En este caso, el Barça notifica la medida de no poder adquirir entradas como visitante con un mensaje: "Sólo para aficionados del Barça".
Esta leyenda también se puede ver en otros partidos ante otros rivales de la Liga F. Se trata de una medida que ha generado gran controversia, sobre todo en la advertencia de que se podrá denegar la entrada al estadio a aficionados con otras camisetas, pues es muy común ver aficionados del Barça en las gradas de clubes como el Real Madrid o el Atlético.
El runrún con las entradas se repite en el 'Clásico'
Así, el conflicto con las entradas visitantes vuelve a repetirse con motivo de la celebración de un partido entre Real Madrid y Barça. En la ida en el Alfredo Di Stéfano (victoria azulgrana por 0-4) ocurrió algo similar, aunque desde el club madrileño permitieron la entrada al estadio y a la grada general a cualquier aficionado, llevase la camiseta blanca o azulgrana. Según informaron a Relevo desde la entidad blanca, sólo se impediría la entrada en los casos que incumplan con la normativa general de acceso a los estadios, como el llevar simbología prohibida o pancartas que superen un tamaño determinado o lleven algún objeto que pueda afectar a la seguridad (palos, barras...).
En aquella ocasión, desde el Barça alegaron haber recibido un cupo de entradas "muy, muy pequeño" para protocolo y equipo. Para afición nada. Y esto ocasionó un gran malestar en el club catalán, que asegura no haber tomado esta medida de manera puntual y que es algo común a otros partidos. Todo ello con el objetivo de evitar problemas de seguridad en la mezcla de aficiones en la grada. Por lo pronto, a tres meses del Barça-Real Madrid en el Johan Cruyff y con un duelo entre ambos equipos en las semifinales de la Supercopa (19 de enero), la polémica está más que servida.