La obsesión de Athenea por el Real Madrid que explica su "nunca jugaría en el Barça, ni aunque fuese el único equipo del mundo"

No hay una fuerza más grande que la que forma la unión entre la cabeza y el corazón. A Athenea del Castillo poco le quedaba por decir o hacer para demostrar su sentimiento madridista, ese que la ha acompañado desde que era pequeña y que le llevó a confesar a su padre cuando tenía seis años que su sueño era jugar en el Real Madrid, cuando ni si quiera existía el equipo femenino. Ayer, lo volvió a dejar claro en una entrevista con 'EFE', pero esta vez la pregunta llevó el nombre del eterno rival y su respuesta corrió como la pólvora: "Nunca jugaría en el Barça, ni aunque fuese el único equipo que quedara en el mundo, porque mi sueño es jugar en el Real Madrid".

Sus palabras prendieron la mecha. Por un lado, la de la hinchada madridista, que presumía orgullosa de una de sus jugadoras franquicia. Por otro, el de la afición culé. Y se convirtieron en la penúltima declaración de amor de la extremo cántabra hacia el Real Madrid.  

 En 2021 la llamada del club blanco cambió la vida de una niña de Solares (Cantabria) que por aquel entonces militaban en el Deportivo de A Coruña. "Me lo contó como si fuera una niña pequeña, con una ilusión tremenda", recordó en Relevo María Méndez, jugadora del Levante y una de sus mejores amigas dentro del mundo del fútbol con la que compartió vestuario en el conjunto gallego.

Ese sentimiento madridista que perdura en el tiempo ha jugado a favor de Athenea y del club en ciertas ocasiones. Con su futuro todavía sin confirmación oficial, aunque su renovación hasta 2028 con la entidad blanca estaría más que encarrilada según pudo saber Relevo, su pasión por el color blanco ha ayudado a que la extremo solo tenga ojos para el Real Madrid y pueda llegar a un acuerdo con el club de una manera más sencilla. "Ojalá pueda retirarme en el Real Madrid y estar toda mi carrera allí", confesó en la entrevista con la agencia.

Sus impulsos, que también le han llevado a estar bajo el punto de mira, hicieron que fuera a abrazar a Alberto Toril cuando las aguas bajaban revueltas en la sección femenina. El conjunto blanco se despidió de la Champions League y perdió ante el Barça por 5-0. La afición recibió al técnico del equipo con pitos y gritos de dimisión, cuando Athenea, en medio del ruido, marcó el 1-0 frente al Sporting de Huelva y corrió a la banda para abrazarle y dedicarle su gol. Una imagen simbólica mientras el resto de compañeras se abrazaban juntas en el área rival.

"Soy muy cabezota, quiero ganar muchísimas cosas con esta camiseta", confesó en una entrevista con Relevo durante el anterior parón de selecciones. Un extra que hay que añadir a su sentimiento hacia el club. Ese continuo quiero y no puedo del conjunto blanco para dar un paso definitivo en todas las competiciones motiva a jugadoras ambiciosas como Athenea. Sus muestras de frustración cuando las cosas no salen o el Real Madrid femenino pierde, son un claro ejemplo de ello.

"Estoy cumpliendo el sueño que tenía la niña de seis años de: 'papá quiero jugar en el Real Madrid' y quiero que siga siendo así por muchísimos años", añadió Athenea en la entrevista con Relevo. "El club quiere que esté y yo quiero estar", finalizó quitándole hierro al asunto sobre su renovación con el club. Además, siempre tiene pequeños gestos dedicados al Real Madrid femenino, como acompañar en cada foto de Instagram el texto con un corazón blanco -rara vez no lo pone- o agarrarse el escudo con rabia en las victorias del conjunto de la capital.