Las andanzas griegas de Iborra y Quini: "Ha sido duro: el cese de Diego, cuatro técnicos, las 'volatas' de Mendi y una final imposible"
Junto a Fran Navarro, no inscrito en la Conference, forman el bando español en el vestuario de Olympiacos y resumen en Relevo cómo su equipo ha superado todos los obstáculos.

En este Olympiacos españolizado que jugará mañana la final de la Conference League bajo la dirección de un cuadro técnico hijo legítimo de la Liga española (Mendilibar, Toni Ruiz y Fran Rico), tres futbolistas ayudan también a reivindicar la cada vez más extendida emigración del fútbol patrio por todos los rincones del mundo. Son Vicente Iborra, Quini y Fran Navarro, aunque este último, cedido por el Oporto en enero, por problemas burocráticos de inscripción, no ha podido disputar la competición europea en curso.
El Mendilibar team no es el primer cuadro técnico español en sentarse en el banquillo rojiblanco de los del Pireo. Tampoco, por supuesto, el triunvirato de futbolistas ha sido los primeros en vestir su camiseta. Es más, después de los brasileños (28), los argentinos (26) y los portugueses (23), la colonia hispana es la cuarta 'cantera' histórica del club griego (22). A saber: Sergi Canós, Pep Biel, Pipa, Miguel Ángel Guerrero, Nahuel, Alberto de la Bella, Botía, Roberto (portero), Miguel Torres, Javito, Pablo Orbaiz, Javier Yeste, Iván Marcano, Albert Riera, Javier Fuster, Moises Hurtado, Óscar González, Raúl Bravo y Dani García.
Entre los entrenadores, además, se puede hablar de marcar huella y ayudar a escribir a base de títulos la historia de este club, que celebrará su centenario en marzo del año próximo. Son los casos de Pep Segura (2008), que en tres meses, ganó la Liga y la Copa griegas; Ernesto Valverde, que en dos etapas (2008-09 y 2010-12) amasó tres SuperLigas y dos Copas y Míchel, con dos Superligas y una Copa, también en dos épocas diferentes (2013-15 y 22-23). Con menos suerte, pero cumpliendo con su trabajo: Víctor Sánchez del Amo (2016); Carlos Corberán (2022) Óscar García (2018) y Diego Martínez (23-24).
El presente se llama Iborra y Quini. Quini e Iborra. Ambos viven los momentos previos a la final con emoción y con la incertidumbre de no saber qué será de ellos más allá de mañana. Los dos llegaron al Olympiacos después de sendas experiencias en Segunda división con Levante y Granada. Firmaron por un año, acaban contrato y son conscientes de que con los actuales responsables técnicos, Darko Kovacevic en la dirección deportiva y Mendilibar en el banquillo, se va a producir una profunda reestructuración de una plantilla que no fue edificada por ellos a principio de temporada. Entonces estaban los también españoles Antonio Cordón y Diego Martínez como máximos responsables y que fueron los que los ficharon. Tampoco Kova ni Mendi intervinieron en el posterior lavado de imagen que realizó el equipo técnico portugués que llegó al club en diciembre y saltó en febrero.
La experiencia de Iborra
A sus 36 años, y con cuatro Europa League en las vitrinas de su casa valenciana, tres con el Sevilla y una con el Villarreal, Iborra no desmerece esta Conference League. "Ha sido un año complicado, tres técnicos más el interino que estuvo por medio; tres proyectos; muchos jugadores, de unos y de otros... Muy duro. No era como para pensar que nos íbamos a meter en una final. Suena extraño. No ha sido fácil. A mí me trajo aquí, a principio de temporada, Antonio Cordón con Diego de entrenador. Después de todo lo que nos ha pasado, lo normal hubiera sido que la temporada no acabara tan bien como ha terminado, independientemente del resultado de la final.
"Los compañeros me preguntan por las cuatro Europa League que he ganado y les tengo que contar algo, pero yo no soy de batallitas ni de vivir del pasado"
Jugador de OlympiacosVicente, de verbo fácil e ideas claras, no quiere sacar pecho por su pasado, pero es el único miembro de la plantilla con un palmarés tallado a base de títulos. "Tengo esa suerte. Los compañeros, la verdad, me preguntan mucho por las Europa League que he ganado. Ninguno tiene, creo, ningún título europeo y me preguntan mucho. Yo no soy mucho de batallitas y tampoco me esmero en las explicaciones. No me gusta vivir del pasado, pero tampoco me puedo cerrar a contar mis experiencias y contarles cosas que quieren saber sobre cómo se viven estas finales. La verdad, es que el equipo está muy emocionado con la final. Es la primera del club en su historia. Son muy pasionales. Sería especial para mucha gente del club y para los aficionados".

Tirando del camino hacia la final, considera que el momento de inflexión fue cuando el equipo perdió en octavos, en casa, contra el Maccabi (1-4). "Todos pensaban que éramos favoritos y nos metieron cuatro en casa. En la vuelta marcamos seis y lo más importantes es cómo lo hicimos. Entonces, el equipo se dio cuenta de que podríamos competir a cualquier rival que nos viniera. Y así fue. Ganamos a Fenerbahçe, al Aston Villa. Ha sido un camino muy variado. Las 'semis' contra los ingleses no fueron fáciles por mucho que el resultado fuera contundente en los dos campos. Era un equipo de Emery, que como técnico tiene una gran experiencia en los torneos europeos. Yo conozco bien su grado de competitividad y no le gustaría nada perder".
Como profesional, sobre su futuro, no quiere mirar mucho más allá de la final. Lo que tiene claro es que los 36 años no van a ser impedimento para seguir jugando donde le quieran. "Eso lo tengo claro. Físicamente estoy bien, así lo dicen los datos de los últimos partidos. El problema podría ser la lesión de hueso en el tobillo que me arrastra, pero estoy mejor, para jugar si el míster quiere. Mientras crea que puedo dar lo mejor de mí, quiero seguir jugando. La mente, en mi caso, es más importante que el físico, aunque según pasan los años el cuerpo también te habla. Lo que tengo claro es que no me quiero arrastrar y si ficho por un club, quiero dar lo mejor".
Si le dieran a elegir, Vicente no tiene dudas. "Mi ilusión sería volver al Levante. Aunque sea en Segunda. Es mi club. Llegué de niño, me formaron como persona, donde jugué por primera vez en Europa como ellos, tengo mi familia, mi gente... El Levante pesa más que todo. Sevilla fue algo especial, gané títulos importantes, en el Villarreal también hicimos historia con su primer título continental... Pero al Levante llegué con 15 años, me inculcó valores que intento inculcar a mis hijos. Conozco el club, con un espíritu luchador, sabe levantarse muchas veces y la vida es eso. Me siento involucrado. Y quiero ayudar con mi experiencia, con lo que me de el físico. Si el Levante me quiere... me iría. Aquí en Atenas estamos bien. Se vive bien. Futbolísticamente está siendo una buena experiencia, pero no me gustaría retirarme sin volver a vestir la granota".
"Mi ilusión sería volver al Levante. Aunque sea en Segunda. Es mi club.
Jugador de OlympiacosVolvemos al presente. Para un futbolista con 16 años de experiencia que ha trabajado con entrenadores de todos los estilos, cruzarse con Mendilibar en el camino tiene que haber sido, como mínimo, diferencial. "Todos los entrenadores son peculiares. A 'Mendi' hay que conocerle. A lo peor, los compañeros extranjeros no terminan de conocerle en estado puro, pero le van cogiendo el punto. Yo creo que está siendo él mismo, o por lo menos, la imagen que yo tenía de él. ¡Claro que me ha echado ya broncas! Y si no te las echa, preocúpate porque a lo peor es que no le interesas. Ya está muy metido en el equipo. Nos castiga con las volatas cuando hacemos algo mal. Me recuerda un poco a Emery en las reacciones. Tienen algo parecido, son vascos. Están tranquilos y de repente, estallan. De Biasi, un italiano que tuve en el Levante cuando era yo joven, también era muy caliente. Luis García tiene su punto...".
Y Vicente Iborra quiere ser como ellos cuando se retire. "Ser entrenador me ha llamado la atención desde siempre. Me gusta fijarme, preguntar, aprender, saber qué quiere el entrenador de mí y del equipo. Lo difícil del técnico es estar fuera y no estar dentro del campo. Y siempre he pensado que sería una ventaja tener alguien dentro que supiera bien lo que el quiere. Tengo mucha curiosidad en saber cosas, pero tampoco soy un pesado. Pregunto para aprender, no para cuestionar al entrenador, al analista, al preparador físico... Soy muy exigente conmigo mismo, pero también con mis compañeros. El éxito consiste en la exigencia. Y la exigencia bien hablada, siempre es bueno. No he tenido nunca ningún compañero que me haya dicho cállate o déjame en paz. He sido ya capitán en varios equipos, pero el brazalete no me ha cambiado nunca. Pido a mis compañeros que se hable, un equipo que se habla es un equipo vivo, que transmite... Cuando me retire, haré los cursos que me quedan por hacer".
Quini y su estreno en Europa
De un valenciano de Moncada a un andaluz de Córdoba. De un todocampista a un lateral de ambos lados que comenzó de extremo. A Joaquín José Marín, Quini, dos años más joven que Iborra, también se le está haciendo larga la cuenta atrás para la final. "Ésta ha sido mi primera experiencia fuera del fútbol español. En 2017, cuando el pase del Rayo al Granada, había tenido una posibilidad de ir a jugar a Israel, pero al final no se dio y yendo al Granada tomé una de las mejores decisiones de mi vida. La realidad es que esta experiencia comenzó complicada. Destituyeron al técnico y al director deportivo que nos habían traído. Fueron momentos convulsos, inesperados. De incertidumbre. Estábamos en una buena dinámica, arriba en la Liga y todavía con aspiraciones de seguir en la Europa League. Tuve que empezar de cero. No fue fácil, pero seguí trabajando y aquí estamos, en una final".
Con la llegada de Mendilibar, el panorama ha cambiado para el equipo y también para Quini. "Después de Diego, vino Carvalhal. Ahora, con Mendi estamos viviendo una fase final de la temporada muy bonita y ojalá la rematemos ganando la final. No le conocía personalmente. Solo de enfrentarnos yo con el Granada y él con el Eibar. Cuando llegó me puse a su disposición por si él y su cuerpo técnico necesitaban algo y que supieran que podían contar conmigo para lo que fuese. Su mensaje fue y es claro: trabajar, entrenar duro y que creamos en nosotros mismos. Está dando resultados. Justo cuando él llegó el equipo se encontraba en una etapa de falta de confianza y los resultados no nos acompañaban. Hay que decirlo, no estábamos bien. Con 'Mendi' hubo un cambio. Incluso recuperamos las posibilidades de repescarnos en la Liga con esa fase final en la que te enfrentas otras dos veces a los que están luchando contigo y llegamos a los tres últimos partidos con posibilidades de ser campeones si los ganábamos. No pudimos con el AEK, que perdimos en el 90 y quedamos terceros. En la Conference, la eliminatoria contra el Maccabi fue un punto de inflexión. El 1-4 de la ida no había sido un resultado lógico y lo demostramos en la vuelta (1-6)".
"Claro que me he llevado broncas de 'Mendi'. A veces se crea una situación graciosa, el traductor no encuentra palabras para expresar lo que dice, los gestos... Ha caído bien en el equipo"
Jugador de OlympiacosSobre las famosos broncas del técnico de Zaldivar, se habla mucho en el vestuario. A los jugadores extranjeros, sobre todo a los pocos que no hablan español, les ha llamado mucho la atención. "Claro que me las ha echado a mí también. Pocos se libran, pero una vez que le conoces, sabes que es su forma de expresarse. Sus enfados son para mejorarnos, por el bien del equipo y hay que aceptarlo... Pero sí, son buenas regañinas. Hay veces que el intérprete que siempre lleva al lado no tiene palabras para describir exactamente lo que dice y se crea una situación graciosa, pero al final todos lo entienden. Ha caído de pie en el equipo, se ha ganado la confianza de la gente. Desde el primer día hemos creído en su estilo, en sus formas y además han ido acompañando los resultados, que siempre es más fácil que el equipo crea en sus ideas y en su estilo".

Tampoco Quini, como Iborra, sabe qué va a ser de su futuro. Firmó por un año, con otro opcional, pero las cláusulas para seguir el segundo no se han cumplido. "Tenía que jugar un mínimo de partidos. Llevo 32, que no son malos números, pero no he llegado al sesenta y pico por ciento de encuentros saliendo de inicio. Al principio jugué prácticamente todo. Luego con Carvalhal, dejé. Cuando llegó Mendi tuve una pequeña lesión en el isquio y una sanción. Total, que no he llegado a cumplir los requisitos para la renovación. Será complicado seguir aquí. Los puestos de lateral están bien cubiertos... Será difícil. Lo que sí tengo claro es que seguiré jugando al fútbol donde me quieran. Físicamente me encuentro como cuando tenía 26 y 27 años. Ni me planteo la retirada porque tenga 34 años".
Esta Conference League está resultando la primera experiencia continental de Quini. Una lesión de ligamento cruzado le impidió jugar la Europa League con el Granada en la temporada 20-21. "Salía de la lesión y viví toda la competición como acompañante. Viajaba incluso a los partidos de fuera, pero me quedaba en la grada. Lo vivía todo, lo hacía todo, menos saltar al campo, menos jugar porque no me inscribieron. Así que ahora lo estoy disfrutando mucho más. Es mi debut. Quién me iba a decir a mí que con 34 años iba a llegar a una final. Me pasa un poco como a Mendilibar. Se estrenó el año pasado y ganó la Europa League y ahora está en otra final".
Cuando mira hacia atrás, Quini no solo ve al Rayo y al Granada, con los que triunfó en Primera. Tiene también un espacio en su memoria para el Castilla en el que jugó dos temporadas (2012-14) en Segunda. "De aquella etapa en la cantera del Real Madrid queda el recuerdo de un chaval que ha ganado mucho en experiencia. Pero no creo que haya cambiado tanto como jugador. La esencia es la misma. Un futbolista de equipo, que se adapta a todo con tal de jugar. Comencé de extremo para pasar luego al lateral. En mi primer año estaban de laterales Fabinho y Juanfran y cuando jugaba, que era poco, ocho o nueve partidos, lo hacía de extremo. Fue duro la verdad. Toril me fue convenciendo para que jugara atrás y en el segundo año ya jugué ahí unos 30 partidos antes de irme al Rayo. La primera temporada era un equipazo. Estaban Casemiro, Casado, Nacho, Morata, Cheryshev, Lucas Vázquez, que estuvo los dos, Jesé, Álex Fernández, Mosquera, Borja García, Raúl de Tomás... En el segundo, descendimos, comenzamos con Toril y acabamos con Manolo Díaz, pero si te pones a mirar de ese año también hemos llegado lejos muchos de nosotros... Personalmente estoy muy satisfecho hasta donde ha llegado aquel chaval que llegó a la Ciudad Deportiva desde el Lucena...".
La final de la Conference League les espera. Somos muy de Olympiacos.