PORTUGAL

Muere Pinto da Costa, expresidente del Oporto y una de las figuras claves del fútbol reciente

Fue máximo mandatario del club durante 42 años, ganó dos Copas de Europa y bajo su dirección convirtió al club el más grande del país.

Pinto da Costa. /ARCHIVO
Pinto da Costa. ARCHIVO
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

El Oporto ha anunciado el fallecimiento de una de las figuras más importantes del fútbol internacional de las últimas décadas, su expresidente Jorge Nuno Pinto da Costa. El empresario dirigió el club desde 1982 hasta el pasado mes de abril, 42 años en los que convirtió al Oporto en el club de referencia del fútbol portugués y también en uno de los grandes del fútbol europeo. Las dos Copas de Europa logradas por el equipo (1987 y 2004) fueron sus mayores éxitos. La última de ellas es probablemente el último título europeo conseguido por un equipo de fuera de las grandes ligas. Tenía 87 años y llevaba tiempo luchando contra un cáncer.

El club, del que salió hace unos meses dejando paso, no sin bronca, a Andre Vilas Boas, expresó sus condolencias con un tuit y enlutó su imagen en las redes sociales tornando de negro el escudo de la entidad. "Una inspiración eterna. Un legado inmortal. Hasta siempre, presidente de los presidentes", rezaba el mensaje de despedida.

Pinto da Costa tenía fama de fiero negociador y de su presidencia, además de muchos títulos —23 veces ganó la liga portuguesa de fútbol, 15 la Taça, además de varios entorchados europeos— surgieron algunos de los nombres que han transformado en uno u otro sentido el fútbol continental en los últimos lustros.

Por poner dos ejemplos, quizá los más evidentes pero en ningún caso los únicos, sin Pinto da Costa no existirían no Jorge Mendes ni Jose Mourinho. El primero empezó a lograr sus amistades alrededor del mandatario luso, se aprovechó de la caída en desgracia de Veiga, asociado con el Benfica, y de la mano del presidente blanquiazul logró ir trabando las amistades que más adelante le convirtieron en el mayor agente de futbolistas del mundo.

Pinto da Costa fue, por ejemplo, quien le presentó a Augusto César Lendoiro, presidente que fue clave para su entrada en España. Lendoiro y Pinto da Costa eran grandes amigos, se conocieron incluso antes de que el gallego llegase al Deportivo, pues ambos se encontraron por primera vez en partidos de hockey sobre patines. Lendoiro presidía el Liceo, club señero de A Coruña, Pinto ya estaba al mando del muy polideportivo Oporto.

En el caso de Mourinho la asimilación es todavía mayor. El extécnico del Real Madrid fue el elegido para dirigir una de las mejores generaciones del club en su historia y este se lo pagó llevándolos a una Champions League, la de 2004, que se encuentra entre las más inesperadas de la historia. En aquel equipo se hizo un triángulo de poder que fraguó hasta lograr un éxito tremendo.

Las historias que acompañan a Pinto da Costa son variadas, no siempre positivas. Sobre él cayó la sospecha en la trama de corrupción Apito Dourado, en la que se habló de compra de árbitros en Portugal. También su final fue abrupto y feo, con una confrontación dura con el actual presidente, Vilas Boas, que antes había sido aliado y entrenador del club en la última Europa League ganada por el club.

Las anécdotas de Pinto da Costa, con más de 40 años a los mandos, se cuentan por centenares. Florentino Pérez podría contar unas cuantas de ellas, pues se han cruzado en muchas ocasiones y sabe que enfrente siempre tuvo un terrible negociador, uno que disparó el precio de Pepe por el Real Madrid en tiempos de Calderón hasta convertirle en aquel momento en uno de los centrales más caros de la tierra cuando todavía no era el jugador que más tarde se vio. La relación entre ambos clubes fue productiva, con varios traslados desde las orillas de la desembocadura del Duero hasta Madrid y viceversa.