El CTA abre una veda contra Mateu Lahoz que siguen otros exárbitros: "Hay que conocer su historia dentro del arbitraje español, su comportamiento con compañeros..."

La atmósfera del arbitraje español, ya de por sí caldeada, sufrió un aumento de temperatura en las últimas horas hasta volver a convertirla en otro fuego sofocante. La (pen)última mecha la encendió unas declaraciones de Antonio Miguel Mateu Lahoz, exárbitro que soltó el silbato y agarró el micrófono de Movistar Plus y de Cope. Fue en la cadena radiofónica, en su análisis del Atlético-Barcelona de la última jornada, donde defendió la labor de De Burgos Bengoetxea y en su elogio deslizó un pellizco que levantó en armas al Comité Técnico de Árbitros. El valenciano afirmó lo siguiente: "El equipo arbitral ha dado una lección de manejo. Es una lástima para él (De Burgos) no haber sido cliente de Javier Enríquez Romero (hijo de Negreira), porque aquellos que fueron clientes suyos hoy en UEFA les va mucho mejor (...) A día de hoy les ha ido mejor en UEFA a los que fueron clientes de Enríquez Romero desde la llegada de Velasco Carballo. Él tiene voz y voto, y son cosas que nos llaman la atención".

Este miércoles por la noche, el CTA mandó un comunicado en el que mostró su enfado por esas palabras de Mateu en las que cuestionaba la progresión de la carrera de algunos de los que fueron sus compañeros por unos supuestos vínculos con el hijo de Enríquez Negreira y le instaba a acudir a la Justicia para denunciar sus sospechas. "Es una lástima que intente generar odio", apuntó el escrito, en que se calificó las intervenciones públicas del excolegiado como "deshonestas y maliciosas".

El Comité Técnico, presidido por Luis Medina Cantalejo, se plantó, mostró su hartazgo por los constantes dardos de Mateu, evidenció el divorcio y, de paso, abrió una veda que siguen otros árbitros que ahora ven el fútbol desde la barrera. Alfonso Pérez Burrull (Comillas, Cantabria, 59 años), con 204 encuentros en Primera a sus espaldas, lleva casi más de cuatro décadas pegado al arbitraje. En distintos estratos y con diferentes obligaciones: colegiado, informador de Primera, Segunda y Primera RFEF, enlace sindical y, en la actualidad, analista arbitral en Radio Marca.

Él, por tanto, conoce los dos lados desde donde se tira de la cuerda. "Si te soy sincero me cabrea mucho oír a Toño (Mateu Lahoz). No me han gustado en absoluto sus declaraciones, para nada. Creo que utilizar, o insinuar cosas, con el tema Negreira... Que un propio árbitro use ese asunto para ir en contra de su Comité... Me parece que no ha estado acertado. Todos los que hemos sido árbitros de Primera, o hemos tenido el honor de estar en eventos internacionales, tenemos que estar agradecidos", manifestó a Relevo.

José María García Aranda (Madrid, 1956), en Primera desde 1989, internacional de 1993 a 2001 y diez años en FIFA, fue más absoluto si cabe. Decir que no comparte la opinión de Mateu Lahoz es quedarse a kilómetros de distancia de su núcleo: "Cuando uno hace sus comentarios es responsable de lo que dice. Tiene que haber respeto. Y lo que ha dicho es una barbaridad. Pero no me extraña nada que esas declaraciones vengan de uno de los personajes más negativos que ha tenido el arbitraje español. Hay que conocer su historia dentro del arbitraje, el comportamiento con compañeros, su forma de actuar". Cuando le solicitamos que arroje luz a tales acusaciones de largo alcance, insiste: "Sus compañeros le conocen, tiene cero compañerismo. Son ellos los que lo tendrían que aclarar, que son las personas que han convivido con él en el arbitraje". "Pero si usted no le conoce de primera mano, ¿no es demasiado osado manchar así la imagen de alguien?", le repreguntamos. García Aranda es rotundo y no se baja de su argumentario: "Entre los árbitros y los que hemos formado parte del colectivo y la organización, conocemos los comportamientos de todos. El arbitraje y la organización arbitral es una familia, en ocasiones mal avenida y en otras bien avenida".

Y zanja: "Si tiene algo que demostrar lo que tiene que hacer, como dice el CTA, es ir a un juzgado. Son acusaciones graves las que ha hecho que no benefician en nada al arbitraje. Es una forma de comportarse con sus compañeros indigna. Y si tiene pruebas, que vaya a un juzgado".

García Aranda también es vicepresidente de ANJADE-Dignidad Deportiva, Asociación Nacional de Jueces y Árbitros del Deporte Español (no sólo del fútbol) que puso en marcha Urizar Azpitarte (Bilbao, 1943) y de la que sigue siendo presidente. El vasco, un histórico que dirigió encuentros hasta los 47 años, también se posicionó en el bando del CTA y en contra de Mateu Lahoz, del que cuenta que cuando estaba en activo más de una vez le llamó a capítulo por algún texto suyo en La Otra Liga, una sección que firmaba en el Diario As y en la que analizaba la jornada. "A él le molestaba que escribiese y opinase sobre sus actuaciones. Esto es lo que pasa siempre. Ahora, uno cuando deja de arbitrar, si le llaman y le ofrecen alguna cosa, pues participa. Ahora él es el que está opinando. Con relación a lo de Negreira, las suyas son unas manifestaciones desafortunadas. Y lo que debe de hacer Mateu Lahoz es pedir disculpas al colectivo. Porque si de alguna forma, efectivamente, tiene los argumentos para demostrar lo que ha dicho, no tenía que haber tardado tanto tiempo en haberlo expuesto. Para mí hubiese tenido sentido si lo hubiera dicho estando en activo, pero ahora no sé a qué viene", apunta.

Urizar expone una anécdota para ilustrar el supuesto bajo umbral de tolerancia con las críticas que tenía Mateu mientras ejercía sobre el verde: "Cuando le invitamos al Colegio Vizcaíno, en el centenario, vino a dar una charla y de repente sacó un mural, un cuadro grande, con todos mis comentarios sobre sus actuaciones. No le debieron gustar mucho. Yo no le dije nada. Él consideraba que los árbitros, después de retirarnos, no teníamos por qué hacer comentarios sobre el trabajo de compañeros. Y es muy respetable, pero claro...".

Iturralde González (Bilbao, 58 años) debutó en Primera en 1995, se retiró en 2012 y lució el silbato por todo el mundo. Ahora es la referencia arbitral de la Cadena SER. Consultado anoche en El Larguero por esta batalla, no quiso profundizar demasiado, aunque sí dejó su firma: "Es un comunicado fuerte ante unas declaraciones indignas. Como dice el comunicado, si él sabe algo ahí tiene el juzgado. Lo que no puede tener ahora el colectivo arbitral son guerras. Yo no voy a contribuir a ninguna. Las cuatro personas que designan las finales de UEFA, Eurocopa … esos cuatro son los mismos que le votaron a él para pitar la final de la Champions. ¿Él lo hizo por amistad o por qué? Vlado Sajn, Björn Kuipers, Roberto Rosetti y Velasco Carballo son los que eligen los árbitros en Europa. Es muy grave que se diga que los que pitan en Europa lo hagan por esos motivos. El comunicado se me queda corto porque da para más. Lo que necesita el colectivo arbitral es que salga la sentencia del Caso Negreira y se limpie toda la mierda. No necesito contribuir a una guerra, es lo que no nos hace falta. Hoy es uno de los días en los que me siento orgulloso de formar parte de la familia del CTA".

Pérez Burrull, por último, no pretende despejar la crítica de la ecuación en la labor de comentarista. Pero amplía las funciones a algo más didáctico para dar a conocer más en profundidad el desempeño del trencilla y lo que siente. "Al trabajar en un medio tienes que asesorar en materia de arbitraje y, en segundo lugar, por encima de todo, tienes que hacer que la gente conozca cómo es un árbitro, lo que sentimos, lo que pensamos. No me gusta que el exárbitro siempre salga para criticar. Tienes que ayudar a tu colectivo a crecer estando en un medio de comunicación. A mí me importa cómo nos ven desde fuera". La fotografía no sólo está lejos del color de rosa, sino que cada vez tiene más manchas.