Unos aficionados del Madrid denuncian la agresión de radicales en los aledaños de Balaídos: "Es terrible, esto no me ha pasado en la vida"
Los seguidores han presentado un parte de lesiones y una denuncia en la Policía, a la que ha tenido acceso Relevo.

Un grupo de aficionados del Real Madrid ha denunciado ante la Policía una presunta agresión de un grupo de aficionados radicales en las inmediaciones de Balaídos en la previa que el equipo de Carlo Ancelotti disputó ante el Celta en la noche de este sábado. Según su testimonio, ya recogido por las autoridades policiales, les arrebataron una bandera de España con el escudo madridista mientras gritaban, entre otros cánticos: "Puta España, puta Real Madrid".
Los hechos, según relatan, ocurrieron del siguiente modo. Un grupo de cinco aficionados, de entre 50 y 60 años de edad, acudieron al hotel del Real Madrid para recoger sus entradas para el partido. "No somos jovencitos de 20 años que íbamos ahí provocando ni nada por el estilo", quiere aclarar una de las afectadas. Una vez en su poder, pusieron rumbo al estadio, transitando por la rúa Manuel de Castro, muy cercana al estadio del Celta de Vigo. Ya en las inmediaciones, un par de chicos que portaban camisetas del rival blanco este sábado les avisan para que anden con cuidado, ya que un poco más adelante de su posición se encontraba un grupo de seguidores que suelen causar problemas.
Los aficionados afectados hicieron caso y se cambiaron de acera en una avenida ancha con varios carriles de circulación. Sin embargo, al cruzar por delante de una conocida zona de bares, donde suelen reunirse hinchas pacíficos del Celta, aficiones visitantes y también algunos radicales antes de los partidos, un individuo cruza de acera y se dirige hacia ellos. "De repente 20 o 30 tíos empiezan con 'puta España', 'puta madridista', 'hijos de puta', como locos, haciéndonos cortes de mangas, sacándonos el dedo", desvela.
Una de las implicadas llevaba una bandera de España con el escudo del Real Madrid y, bajo su testimonio, se la arrebataron del cuello de forma violenta: "No les hicimos caso, pero vino uno detrás de mí y me arranca la bandera. Yo salgo detrás y me protejo y se la quito. Nos pegaron, nos amenazaron...". Esta se defendió y trató de recuperarla. Entonces, se produjo un tumulto al que se incorporaron más radicales desde la otra acera. Según cuentan y se recoge también en la denuncia policial a la que ha tenido acceso este medio, les golpearon, con varias patadas en las costillas, el bazo o la zona del pecho. También existe un parte de lesiones adjuntado en la denuncia policial a la que ha tenido acceso este medio, que acredita que efectivamente varios del grupo cuentan con zonas del cuerpo afectadas por las presuntas agresiones. "A mi amigo empezaron a patearle. A una amiga mía le metieron una patada en el pecho. Bajamos a donde la policía y nos dicen que no pueden hacer nada". Los partes médicos reflejan una de las afectadas sufre un traumatismo costal torácico; otra, un esguince en la muñeca derecha; otro afectado un politraumatismo en cadera derecha y abdomen...
Mientras todo ello ocurría, hubo varios gritos por parte de algunos de los allí presentes en los siguientes términos: "Puta España". Este cántico fue el más repetido, aunque no fue el único. "Puta Real Madrid" también se escuchó, entre otros. Los madridistas afectados denuncian también que mientras se producían las agresiones, desde la acera contraria algunos jaleaban: "Vamos, dale, putos madridistas".
Los implicados
Tras las agresiones, una de las afectadas apenas podía respirar. Como pudieron, salieron a la carrera mientras reclamaban a voces la intervención policial. Cientos de metros más abajo, se encontraban varias lecheras y los cuerpos de seguridad tomaron los datos del grupo de hinchas madridista. Pese a que se acercaron a la zona donde habían ocurrido los incidentes, la gran mayoría de aficionados ya se había disuelto porque el arranque del partido se aproximaba.
La Policía sospecha que los implicados, por comportamiento y zona de actuación, pueden estar vinculados a Celtarras, un grupo de radicales del Celta de Vigo que se disolvió en 2019 y que cada vez estaba menos activo. Pese a que ahora mismo este grupo no vive como tal, creen desde las autoridades que aún quedan algunos resquicios que actúan de forma individual o se reúnen en pequeños grupos. "Son un grupo de radicales, pero un grupo de radicales que saben quiénes son", apuntan.
Conviene aclarar que los afectados, con los que ha podido hablar este medio, matizan que los implicados en las presuntas agresiones vestían de negro y no portaban ningún símbolo que les vinculara ni con el Celta de Vigo ni con ningún grupo en concreto. También desconocen si a posteriori los agresores entraron al estadio o tenían restringida su presencia. "Estoy acostumbrada a viajar con el Madrid y esto no me ha pasado en mi vida, es terrible", nos cuenta una de las afectadas.
Además, matizan que ese incidente fue único, que no se repitió ni en los minutos de previa restantes, ni en el interior del estadio, ni en el postpartido. Y que el comportamiento del resto de seguidores del Celta fue correcto y agradable. "Nosotros viajamos a disfrutar y animar a nuestro equipo. El año pasado fuimos a Braga y vinieron un montón de ultras, fue terrible. Estaban en el estadio insultando. Hicimos fotos y lo mandamos al club", apuntan, en defensa de la tranquilidad y deportividad en ambientes futbolísticos.
La denuncia
Tras lograr reunirse con las autoridades que velaban por la seguridad de todos en los aledaños del estadio, dieron parte de qué es lo que había ocurrido y les ofrecieron ir a declarar y poner la denuncia pertinente en sede policial. También les informaron de que podían hacerlo en otro momento o incluso en Madrid. Con la entrada del partido comprada y el partido a punto de comenzar, optaron por disfrutar de su equipo y esperar a su regreso a la capital para proceder con el protocolo pertinente.
Con el paso de las horas, una de las afectadas comenzó a sentir más dolor en la zona del pecho, mientras otro se lamentaba del bazo. Un dolor fuerte, aunque esperan que no vaya a mayores. Por ello, su idea, como finalmente ocurrió, era presentar también un parte de lesiones, que revela que sufren problemas que requieren de cuidado y precaución, aunque afortunadamente no existe una lesión de alta gravedad. "Por ejemplo, uno tiene un moratón tremendo. Le duele un montón. También le han dado en el costado. Otro sufre dolor en la zona del brazo, no tiene hematoma, pero va a hacerse una radiografía", informan previo al momento de acudir al médico.
Este domingo, en su regreso a Madrid, acudieron a un hospital que acreditó que, efectivamente, varios de los aficionados desplazados sufrían lesiones. No hay que lamentar roturas ni dolencias especialmente graves. Tras recibir las noticias médicas, acudieron a una comisaría a presentar la denuncia pertinente. "Vas a pasar un rato agradable, esto es deporte. Vas con tu grupo de amigos a ver un partido, a animar a tu equipo y punto. No te lo imaginas, una chica que venía con nosotros tenía una ataque de ansiedad, no podía respirar. Los nervios, la tensión que pasamos...", lamenta. Ahora, la pelota está en el tejado de las autoridades para estudiar lo ocurrido y, si procede, continuar persiguiendo una lacra cada vez más frecuente. Los radicales siguen causando estragos en ambientes en los que solo el fútbol debería importar.