America is great again

Estados Unidos vuelve a tocar la máxima élite del fútbol, o dicho de otra forma: Estados Unidos es grande otra vez (America is great again, como se dice últimamente por el país del dólar). El conjunto de las barras y estrellas venció con autoridad a Irán (no sin una pequeña dosis de sufrimiento) y logra avanzar así como segunda de grupo a las eliminatorias tras ausentarse del Mundial de 2018 por caer eliminado. Berhalter tomó las riendas de EE.UU. con el objetivo de no repetir aquel fracaso de hace 4 años y lo logró. Una vez clasificado, se le puso el objetivo de pasar de ronda y lo ha conseguido.

Lo ha hecho, además, en un partido en el que ha mandado durante prácticamente 80 minutos. Los norteamericanos marcaron Pulisic mediante, pero pudieron hacerlo antes si Weah no llega a desaprovechar un remate solo ante el meta iraní o si el VAR no hubiera anulado un tanto posterior del propio Weah. Irán sorprendió por su planteamiento defensivo y si estuvo cerca de lograr el empate, Zimmerman sacó un balón bajo palos, fue más por corazón que por fútbol. Los de Queiroz se quedan sin avanzar a octavos y siguen con esa barrera que no han podido romper en toda su historia.

Esta selección norteamericana engancha y enganchará. El equipo de Gregg Berhalter dio la talla cuando tenía que darla y avanza de ronda habiendo sido superior a Gales, habiendo igualado en ritmo y calidad a Inglaterra y habiendo sido superior también a Irán. Con un once titular de una edad promedio de 24 años, 321 días, los americanos jugaron con la alineación más joven en la Copa Mundial de la FIFA 2022 hasta el momento. Y aún así vencieron y convencieron. Queda mucho que disfrutar de esta selección y ya no solo en este Mundial, sino en los próximos años. Con talentos como Yunus Musah, Christian Pulisic, Timothy Weah o Tyler Adams, la calidad está servida.

¿Qué pasó con Irán? Carlos Queiroz siempre se ha mostrado cómodo defendiendo en bloque bajo. Sin embargo, en este Mundial no le ha funcionado en ningún momento. Aplicó la fórmula ante Inglaterra y cayó goleado, la cambió ante Gales y venció con maestría. Todo hacía indicar que ante EE.UU. se vería a la Irán más valiente... Pero nada más lejos de la realidad. Los de Queiroz se pasaron los primeros 45 minutos embotellados en su área, vale que el empate les valía pero esa búsqueda del mismo solo les supuso una condena que les alejó de su objetivo. En la segunda mitad todo hacía indicar que darían un paso al frente... ¡Y Queiroz quitó un delantero al descanso!

Llegaba el partido cargado de suficiente polémica entre Estados Unidos e Irán, como para que algunos periodistas trataran de calentarlo más como lo hicieron en la previa del encuentro. Ante preguntas sobre racismo, importancia del 'soccer' en América o correcciones intransigentes, Tyler Adams mantuvo las formas, respondió en sala de prensa de manera ejemplar... Y respondió también de manera sobresaliente en el terreno de juego. El capitán norteamericano tuvo un 90% de acierto en el pase, fue el jugador que más veces tocó el balón (84) y ganó 6 duelos.

El deporte une a personas, rebaja tensiones y sirve para alentar las buenas causas. El Mundial está siendo un ejemplo al menos para Irán. Hoy dijeron adiós a la competición, pero lo hicieron dejando un acto de protesta ejemplar al no cantar el himno como apoyo a las reivindicaciones sociales de su país así como con una actitud tremendamente deportiva con sus 'rivales' estadounidenses, quienes también fueron más educados y deportivos de lo normal, teniendo en cuenta lo importante que era el partido para ambos conjuntos. El fútbol muchas veces es ejemplo y esta noche fue una de esas veces.

Tuvo un duro inicio de campeonato el cancerbero iraní quien chocó con un compañero en el duelo ante Inglaterra, se partió la nariz y tuvo que abandonar el terreno de juego completamente mareado tras sufrir una conmoción. El equipo sufrió su baja, pues sin ser una superestrella, al menos Beyranvand tiene experiencia en el fútbol europeo... Pues hoy no se quiso perder el partido y volvió bajo los palos pese al riesgo que eso suponía para su nariz, que no estaba del todo recuperada y cuajó una buena actuación evitando más tantos norteamericanos de los que recibió. Es más, hoy el golpe lo propinó él a Pulisic, involuntariamente, eso sí.

No lo iba a tener nada fácil el colegiado valenciano en un duelo marcado por la tensión, ya no solo por la tensión política mencionada, sino por la tensión futbolística, pues el equipo que ganara conseguía clasificarse para octavos. Pero Mateu consiguió lo que todo árbitro quiere en un partido de esta tensión: pasar desapercibido. El árbitro controló el partido, amonestó cuando tenía que hacerlo, dialogó cuando fue necesario y su participación fue discreta... En el buen sentido de la palabra. Ni siquiera un 'fake' penalti que protestó Irán en los últimos minutos 'coló' y el colegiado se mostró segurísimo de sí mismo.