Carlo Ancelotti y cómo lidiar con los jugadores con menos minutos: "Me gustaría ser una mosca para escuchar lo que dice un jugador cuando no juega y vuelve a casa"
El entrenador del Real Madrid fue el último invitado del podcast de Giacomo Poretti

Relajado y con la amabilidad que siempre le ha caracterizado, Carlo Ancelotti ha sido el último protagonista del podcast de Giacomo Poretti. El actor, comediante y director de cine italiano viajó hasta Valdebebas para compartir confidencias y recuerdos con el entrenador del Real Madrid. A sus 65 años y con contrato con el club blanco hasta el 30 de junio de 2026, el de Reggiolo no pone fecha de caducidad a su etapa en el Madrid. "Eso no lo decido yo, lo decidirá el presidente", señaló.
Entrenador más laureado de la Copa de Europa (5) y con un palmarés envidiable, Ancelotti ha recorrido los mejores banquillos del viejo continente. AC Reggiana, Parma, Juventus, Milan, Chelsea, PSG, Real Madrid, Bayern de Múnich, Nápoles, Everton y de nuevo Real Madrid, el técnico conoce de primera mano cuál es el comportamiento de esos jugadores que, por unas razones o por otras, tienen menos minutos.
"A veces parece que se nos valora poco. Me gustaría ser una mosca para escuchar lo que dice un jugador cuando no juega y vuelve a casa. Muchos jugadores han discutido conmigo", confesaba. "¿Alguno en concreto? Ya habrá prescrito", le preguntaba Giacomo. Él, con la elegancia que le caracteriza, ha preferido no dar nombres, pero sí recordar diferentes episodios.
"Muchos jugadores han tenido problemas conmigo, pero al final todo se ha solucionado. Había un jugador, no diré su nombre, que cuando hablaba en el vestuario, se ponía la toalla en la cara para no escucharme. Era al inicio de su carrera. Un día le dije: "No podemos seguir así". Hay jugadores que cuando los dejas en el banquillo, les cuesta saludarte por la mañana. Ahí confunden la persona con el jugador".
"Yo siempre digo: "¿Quién eres tú?". "Soy Giacomo y soy actor". No, tú no eres actor, tú haces de actor. Tú eres una persona que hace un trabajo que le gusta. Un futbolista dice: "Soy futbolista". Y no, tú juegas al fútbol. Yo no soy entrenador, hago de entrenador. Me pagan para tomar decisiones. Algunos jugadores confunden eso. Piensan: "Carlo es entrenador, no lo saludo". Pero si entienden que hago de entrenador, entonces me saludan. Se lo he explicado a algunos y al final me han saludado".
Los chicles de Carletto
La modernidad en el fútbol. Ese ha sido otro tema a debate entre ambos. El hecho de que cada vez haya más clubes en manos de grandes fondos inversores para Ancelotti eso el Madrid lo domina muy bien. "El Madrid ha sabido adaptarse al fútbol moderno. No hay un dueño como en otros clubes. Los propietarios son los socios. La tradición se transmite de generación en generación. Esto lo entendió bien Bernabéu y ahora Florentino. No hay nadie por encima del club".
Esa modernidad también ha llegado al mundo de los banquillos. "Ahora es mucho más complicado que antes. Antes, yo solo tenía un papel donde ponía: barrera defensiva, quién tiraba los córners, quién los penales, quién iba a rematar de cabeza, las marcas en los balones parados defensivos... y ya estaba. Ahora hay clips donde se muestra la posición de los jugadores en los balones parados, tanto en defensa como en ataque. Si sacas a un jugador y entra otro, tienes que decirle: "Mira, tienes que ocupar esta posición".
Sus famosos chicles también salieron a escena. Reconocido mundialmente por la cantidad que mastica en cada partido, para Ancelotti eso es una forma de liberar tensión. "Es solo una forma de quitarme un poco de estrés. Si algunos me critican por eso, pero para mí es una forma de... Porque cuando empieza el partido, mis pulsaciones están en 120, ahora por ejemplo las tengo en 63. Quizá el chicle me ayuda".