REAL MADRID

Ancelotti, mucho vaivén y poca meritocracia

El italiano ha utilizado 38 onces diferentes en 39 partidos esta temporada. Su gestión de los minutos genera dudas.

Ancelotti./Reuters
Ancelotti. Reuters
Jorge C. Picón
David Acosta

Jorge C. Picón y David Acosta

"A estas alturas de la temporada no sé cuál es el equipo titular", fue una de las frases de Ancelotti en una reciente rueda de prensa en Valdebebas. Lo cierto es que esta temporada es mucho más difícil anticipar un once del italiano en el Real Madrid y no queda del todo claro la línea que está siguiendo para decidir. Son 38 onces diferentes en 39 partidos de los blancos. Solo ha repetido una vez: utilizó el mismo contra el Atlético de Madrid en el Metropolitano y contra el Sevilla en el Bernabéu, ambos en LaLiga. En el resto de encuentros cambia, por lo menos, un jugador.

Registro muy diferente al que llevaba el entrenador a estas alturas de curso el año pasado. Entonces ya había repetido siete equipos titulares diferentes en un total de once ocasiones. La base, entonces, parecía más firme y había más jugadores insustituibles. Esa tendencia ha cambiado y ahora la sensación es que hay pocos titulares y muchas piezas intercambiables. Ni siquiera Kroos y Modric, fijos en los duelos más importantes, parecen tener ahora un puesto 100% asegurado.

A esto se le puede sumar el continuo baile de posiciones dentro de esos onces. Un ejemplo concreto es Camavinga, que ha ocupado en cinco partidos o más tres puestos diferentes. Muchos de esos cambios son debido a lesiones o a sanciones. Pero Carletto se ha visto en la necesidad de darle espacio a todos. Para ilustrar, Rüdiger ha sido central en ambos perfiles, lateral derecho y lateral izquierdo.

El calendario aprieta y hay que darle descanso a todos. Desde principio de curso Ancelotti y su cuerpo técnico asumieron que las rotaciones eran fundamentales para no llegar a final de año con la lengua fuera. Si bien es pronto para saber si esta nueva política da resultado o no (los títulos harán de jueces), la gestión en entrenador está dejando dudas incluso dentro del propio vestuario.

Camavinga ha hecho méritos para ganarse un hueco, pero no ha pasado lo mismo con otros compañeros como Nacho o Ceballos, que parecen estar condenados a un papel secundario pase lo que pase. Como informó Relevo, algunos jugadores del vestuario no entendieron el poco protagonismo de ambos en los primeros meses de competición. Ahora, que están rindiendo a un nivel superlativo, cada partido que no participan es mucho más doloroso. Por ejemplo, en el Clásico, en el que jugó Tchouameni, que no atraviesa su mejor momento, por delante del andaluz.

No es una tarea sencilla para el preparador de Reggiolo, que en el otro lado de la balanza tiene a algunos veteranos que no quieren verse como suplentes. Jugadores como Kroos o Modric, fundamentales en los éxitos del año pasado, quieren jugarlo todo. Cualquier suplencia, especialmente en duelos de alta intensidad, no se vería con buenos ojos por su parte.

Ancelotti ha repetido en varias ocasiones cuál es, para él, la fórmula del éxito: "Necesitamos la comprensión de los veteranos y la paciencia de los jóvenes". Es difícil tener contento a todo el mundo, pero a quien no puede enfadar el italiano es a la directiva. De ahí que, sea cual sea su gestión de la plantilla, su éxito dependerá única y exclusivamente de que los partidos salgan adelante.