ATHLETIC CLUB | ENTREVISTA

Ander Herrera y su momento más duro con un aficionado: "Si no hubiera venido grabando lo hubiésemos hablado"

El jugador del Athletic repasa el episodio del pasado verano y analiza la deriva de las redes sociales.

Ander Herrera, durante un partido con el Athletic./AFP
Ander Herrera, durante un partido con el Athletic. AFP
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Ander Herrera apura una carrera de leyenda a sus 35 años, con el vértigo lógico de ver la retirada cada vez más cerca, pero disfrutando del fútbol en Bilbao y con la tranquilidad de hacerlo en un entorno seguro que ha construido durante tantos años. No deja de sonreír durante esta larga charla con Relevo, en la que repite varias veces que es un privilegiado por dedicarse a una profesión que ama y, sobre todo, en la que deja claro que la madurez que le han dado estos más de 15 años de carrera profesional le permiten ver el fútbol, y la vida, desde otro prisma. Más distendido, filtrado, con las prioridades muy claras. Algo clave para convivir con un foco permanente que alumbra, pero que también deja sombras.

Precisamente, ese aprendizaje fue clave hace unos meses, cuando finalizaba la histórica temporada del Athletic Club al mismo ritmo que se iba esfumando el contrato que mantenía con la entidad rojiblanca. En la primera entrega de esta entrevista, el centrocampista explica al detalle ese proceso de renovación que acabó con su firma en un nuevo vínculo con la entidad bilbaína hasta 2025. Por el camino, hubo muchos rumores ante la posibilidad de regresar al Zaragoza, pero él mismo lo aclara en Relevo: "Estoy donde se me ha transmitido cariño e importancia".

Pero el ruido de esas dos semanas en las que se convirtió en noticia principal tanto en Bilbao como en Zaragoza lo revolvieron todo. Herrera tuvo que aguantar muchas críticas en redes sociales e incluso soportar un incómodo episodio con un aficionado maño que repasa en esta conversación. Sirve como punto inicial de un diálogo sobre la deriva de las redes sociales, donde los insultos y las opiniones anónimas, en muchos casos encarnecidas, forman parte de un paisaje cada vez más hostil con el que deben aprender a convivir los profesionales.

"Esto es así, es inevitable. El tema es cómo dejas tú que te afecte. Ahí está la pregunta, si quieres que te afecte, te va a afectar, porque si empiezas a leer yo sé que voy a tener insultos de todo tipo y de todo el mundo cada semana. Pero yo pongo un filtro porque a mí que una persona anónima se haga 10 cuentas y me insulte de 10 formas diferentes…", analiza el centrocampista.

Pregunta: Me gustaría que hablemos del incidente con ese aficionado. Sobre todo, porque siempre has sido una persona cabal, correcta y educada y, en ese momento, se te vio de una manera quizá desconocida. No sé si es porque estabas al límite.

Ander Herrera: "No, al límite no. Yo creo que me conocéis todos los periodistas y la gente del fútbol. Si a mí cualquier persona se me acerca a hablar, yo soy amable, educado e intento hablar. Pero me acuerdo que (el aficionado) venía grabando desde lejos, incluso insultando antes de poner el móvil a grabar. Yo ya había tenido unos segundos de paciencia, pero venía insultando y ya cuando graba lógicamente uno se levanta. En ningún momento se le agredió a esa persona porque no es mi estilo, pero sí que le tapé la cámara porque al final nosotros estamos expuestos en el día a día, en el fútbol, en el campo de juego… y lo entiendo porque es parte del fútbol, pero todo dentro de un límite sin rebasar a los insultos. Pero estar de vacaciones con tus amigos y que una persona venga a grabar y a provocar… Porque eso es lo que quería esa persona, quería notoriedad y darse a conocer. Sin más, como no hubo ningún tipo de agresión, simplemente, le tapé la cámara. No sé hasta qué punto es legal que te estén grabando en la calle y provocando, no lo sé. Me sentó mal que viniera grabando. Si no hubiera venido grabando, le hubiera dicho de hablar tranquilamente".

El centrocampista recuerda el episodio con un aficionado este verano.RELEVO

Aquel episodio, sucedido mientras el centrocampista del Athletic disfrutaba de unas vacaciones con su cuadrilla más íntima, fue la gota de unas semanas de mucha presión en redes sociales. Es un capítulo más de la parte negativa de la exposición a la que se han tenido que acostumbrar los futbolistas y que Ander, tras tantos años de carrera, gestiona a su manera. "Yo, por ejemplo, no tengo Twitter, más allá de que hay una persona dentro de la empresa que me representa que cuando yo tengo que dar algún mensaje lo hace. No tengo Twitter personal, no leo los comentarios de Instagram ni los mensajes directos. Yo expongo para mis seguidores, que seguro que son muchos bien intencionados que quieren saber de mí".

Hoy, referente de un vestuario como el rojiblanco en el que los jóvenes son mayoría, intenta aconsejarles para que no se dejen llevar por esa nube negra en la que muchas veces se convierten las redes sociales, como sucedió con Nico Williams hace dos temporadas. "Entiendo que a los chicos jóvenes les afecta. Yo les digo que no lean, que se quiten la red social. O que expongan ellos lo que quieran, pero que no le den importancia o que intenten no leer los comentarios porque es inevitable que de 50.000 personas que te ven, 50 te insulten". Ese mismo ejemplo es el que quiere para sus hijas, a las que quiere educar haciéndoles entender que "les tiene que afectar lo que realmente sea importante para ellas". "A una persona que te insulta con una cuenta falsa anónima qué valor se le puede dar".

Ese escudo protector también es ya inmune a la crítica de la prensa. "Veo mucho fútbol, pero leo muy poca prensa". Pese a que Ander estudió periodismo, está desencantado con la profesión más allá de algunas excepciones y ha optado por la misma solución que con las redes sociales: cortar de raíz. "No leo, cero. Absolutamente nada. Y también tengo la suerte de que el grueso de mi grupo de amigos no son de aquí, entonces me transmiten poco lo que la prensa dice de mí. Mi familia me conoce muy bien y tampoco me transmite nada", insiste, aunque reconoce que su relación con la prensa es buena.

"He llegado a un momento de madurez, en cuanto a lo que me afecta, que podría decir que me da exactamente igual. Yo mientras me vaya a la cama tranquilo con mi trabajo y con mi profesión, no puedo controlar lo que los demás digan de mí. Entiendo que la mayoría de vosotros lo hacéis con respeto, yo lo acepto, y si algún día en alguna rueda de prensa hay que compartir opiniones, lo hago encantado, con todo el respeto y la educación". Una manera de comportarse, centrado en el día a día de Lezama y en su familia que le permite vivir en paz y estar pasando por uno de los mejores momentos de su vida.