50 años de historia en un momento crucial para el Sevilla: "Aquí se forman campeones del mundo"
La ciudad deportiva José Ramón Cisneros Palacios cumple medio siglo de vida. Nada queda de aquellas instalaciones por la que pasaron Pablo Blanco, Polster, Maradona, Suker o Kanouté entre otros.

La ciudad deportiva José Ramón Cisneros Palacios cumple medio siglo de vida. Sobre ella, un sinfín de historias y jugadores que han permitido alcanzar al Sevilla cotas inimaginables en los últimos 18 años de vida. Unas instalaciones que se han ido transformando con el paso de los años y que, recientemente, han sufrido una profunda remodelación, lo que ha permitido contar con mejoras importantes en el día a día del primer equipo y la cantera. Una modernización necesaria. Adaptarse a los nuevos tiempos, pero sin perder la esencia del futbolista del sur. De ese que imagina la jugada antes de hacerla. Escuela sevillana y sevillista.
Las instalaciones, que hace cinco décadas empezaron con sólo tres campos de hierba para la práctica del fútbol, contaban también con pistas de tenis y hasta una piscina olímpica, lo que supuso un aumento notable del patrimonio del club. Se invirtió en un espacio a las afueras de la ciudad, aunque el crecimiento de la misma la han colocado en un enclave de primer orden urbanístico. Aun así, el Sevilla sólo ha procurado su crecimiento o mejora. Patrimonio incalculable en valor y también en sentimiento de los miles de niños que han pasado por aquellos campos y vestuarios. El primer entrenamiento como tal fue el 6 de febrero de 1974. Cómo ha cambiado todo.
No hay mejor embajador de la ciudad deportiva sevillista que Pablo Blanco. En su etapa como jugador, y posteriormente como formador, liderando la cantera, ha vivido todo el proceso de la misma. "El primer equipo solía entrenar en el Ramón Sánchez-Pizjuán. A veces, también acudíamos a Piscina Sevilla o Marqués de Contadero. La cantera en un principio, cuando yo entré, entrenábamos por detrás de Gol Norte. Había allí un campo de fútbol. Nos cambiábamos en Gol Norte y por la puerta de atrás accedíamos al campo. Fuimos también a Piscinas Sevilla o incluso al Portaceli", recuerda el segundo jugador con más partidos en la historia del Sevilla, sólo superado por el incombustible Jesús Navas.
Fue en 1968 cuando, el por aquel entonces presidente, José Ramón Cisneros Palacios, adquirió el cincuenta por ciento de los actuales 250.000 m2. La otra mitad se consiguió ya en la época de Eugenio Montes Cabeza. El club pudo adquirirlo a un precio bajo debido a que los dueños entendieron que aquella majestuosa obra revalorizaría el resto de terrenos de los alrededores, también de su propiedad. "Se supone que el Ramón Sánchez-Pizjuán tiene las mismas dimensiones que el entorno primero de la ciudad deportiva que todavía rodea el antiguo muro. Aquello fue un hito y se copió de las únicas ciudades deportivas que existían como tal en España: Lezama y Mareo. Fueron pioneras. A Raíz de 1975, ya nos ubicamos definitivamente allí. Tener a todos los equipos juntos fue un avance", recuerda Pablo.

Ya adentrándonos en una etapa más moderna, se produce, poco a poco, de la mano del crecimiento deportivo del club, la transformación de una de las señas de identidad sevillista, como nos cuenta el propio Pablo: "Una de las cosas buenas que ha dejado este siglo de títulos ha sido que el club invirtió mucha parte de sus ganancias en la ciudad deportiva. No tiene nada que ver con la anterior. Hoy en día, con las últimas obras, ya puede considerarse un centro de formación: todos los técnicos en las mismas instalaciones, campos con césped espectaculares, las oficinas… Si no tienes unas instalaciones acordes es imposible desarrollar una formación integral".
"Una de las cinco columnas que acompaña a un equipo son las instalaciones. Sería imposible desarrollar nuestro plan. Ahora mismo es un lujo. Nosotros, tal y como tenemos ahora mismo la ciudad deportiva, estaremos entre las cinco mejores de LaLiga. En totalidad, ubicación, metros, instalaciones, número de campos o comodidad, tenemos mejores instalaciones que el Barcelona. Las de Lezama están muy bien. Hay clubes que están trabajando muy bien como el Villarreal", prosigue.
Una última obra que espera dar sus frutos.
Desde hace un tiempo, Agustín López se ha convertido en la figura encargada de controlar el crecimiento de los canteranos. Criado en la casa, donde ha pasado por varios departamentos, e incluso ha sido entrenador, analiza para Relevo lo que ha supuesto esta última remodelación de la ciudad deportiva: "Las nuevas instalaciones han supuesto un salto de calidad en el trabajo, en la coordinación y en la comunicación entre las áreas. Ya tenemos 'Cool Working' para estar juntos y trabajar en equipo. Antiguamente, era llegar y salir al campo porque no teníamos ese tipo de zonas para poder dialogar, se hacía dentro de un vestuario. No era lo mejor. Ahora tenemos esas salas para analizar el trabajo antes, durante y después de cada entrenamiento".

"La ciudad deportiva, la Carretera de Utrera, es famosa porque somos un club que ha hecho de su ciudad deportiva su otra casa. Yo llevo desde 1997 en el club y sé lo que es no tener oficinas y estar en el albero. He vivido todo el proceso de cambio. De campos de tierra a césped de última generación. Para mí, es mi casa. Es como el Palacio de Buckingham. Es un lugar perfecto para crecer y se está haciendo, por ejemplo, en tema de digitalización, en equipamiento informático o en áreas como captación, estando todos juntos. En los próximos 5 años daremos todavía más frutos", continúa contándonos Agustín.
Una inversión que no tendría sentido sin la aportación de canteranos al primer equipo. Recientemente han irrumpido con fuerza Isaac Romero, Kike Salas o Juanlu, pero no debe acabar ahí. "Nosotros tenemos algo muy importante: en nuestra tierra salen muy buenos jugadores. Ahora, gracias a Dios, tenemos además muy buenos formadores. Si tenemos una política como club, firme en la apuesta por la cantera, daremos un salto en calidad. Apostar cada temporada por 5 o 6 jugadores con potencial y calidad para dar el salto al primer equipo. Será importante también en lo económico. Tener a jugadores en la primera plantilla que sientan el club, que supongan para la entidad una disminución de costes y que tengan arraigo, será vital en el fútbol mundial, y para el Sevilla es algo necesario. No podemos perder nuestra esencia. Esos 4 o 5 futbolistas nuestros deben ser los transmisores de nuestros valores, y hoy en día, por necesidad, y por política de club, estamos en un contexto propicio para conseguirlo", analiza el coordinar general de los escalafones inferiores del Sevilla.
Los recuerdos de un joven Carlos Marchena
A lo largo de la historia del Sevilla son muchos los canteranos que han podido jugar y triunfar en el club de sus amores. Otros lo pudieron hacer, dejando luego, en forma de traspaso, mucho dinero en las cuentas de la entidad. Así se construyó el gran Sevilla. Fichajes de jugadores pocos conocidos que a los años se convertirían en reconocidos en Europa y vendidos a precio de oro. Entre ellos también hubo jugadores de la casa. Reyes o Navas lo hicieron. También Carlos Marchena, en un momento terriblemente duro en lo económico para la entidad.

Desde Alemania, donde comenta la Eurocopa para TVE, nos narra sus recuerdos de la que fue su casa en plena adolescencia. "Yo llegué a la ciudad deportiva por primera vez en el año 89. Tenía 10 años, vine de Las Cabezas y llegué a unas instalaciones que para mí eran inmensas, con muchos campos, un poco desangelada, eso sí. Alguna vez me quedé encerrado. Cuando se iba todo el mundo, allí sólo se quedaba Florencio y su familia. Estaba muy incomunicado en aquellos años. Más de una vez me tuve que ir hasta Bellavista andando. Si cierro los ojos, recuerdo una pequeña cantina que había allí, con un teléfono. Los vestuarios eran muy antiguos, de la época, y también me acuerdo de las pistas del club tenis que había. Le han dado la vuelta entera, como un calcetín".
Un momento histórico marcado por la llegada de uno de los mejores jugadores en de la historia: "En mi época, me acuerdo mucho de admirar a la gente que estaba por encima de mí: José Mari, Lauren, Jesuli… A toda esa generación que consiguió llegar a la élite. Cuando llegó Maradona aquello fue un caos absoluto. Había gente por todas partes, coches por todas partes. Cada vez que había un entrenamiento del primer equipo se colaba todo el mundo. ¡Casi se metían en el vestuario! (sonríe)".
La ciudad deportiva Cisneros Palacios cobra hoy en día más importancia que nunca. En ella se deben forjar jugadores para el futuro y quién sabe si ventas que vuelvan a aliviar al Sevilla. A su entrada hay un cartel donde reza: 'Aquí se forman campeones del Mundo', con fotos de Jesús Navas, Olga Carmona, Sergio Ramos o el propio Carlos Marchena. El futuro inmediato del club de Nervión pasa por la gente de la casa. Un nuevo reinicio para un equipo que ha saboreado casi en exceso la gloria. Un lugar de formación, de volver a poner los pies en la tierra y donde siempre estará presente y presidiendo una figura, la de la zurda de diamantes, el eterno Antonio Puerta.