Araujo y Cristian Herrera impulsan a Las Palmas y cortan la buena racha del Getafe

La UD Las Palmas tenía un problema de gol cuando veía que Munir llegaba y no marcaba. Que Sandro generaba y no estaba fino. Ni siquiera Sory Kaba, ausente hoy, era capaz de meterla dentro de los tres palos. Nada mejor que dos invitados sorpresa, como Araujo y Cristian Herrera, para impulsar al equipo de García Pimienta hacia la zona noble de la clasificación.

El guion de partido estaba marcado incluso desde antes de que comenzara el duelo. Las Palmas dominó el balón desde el inicio del partido, con Kirian como amo y señor de la mitad de cancha. La frescura canaria se le percibe en cada contacto con el balón, en cada trote y en cada aplauso hacia sus compañeros cuando los suyos conseguían superar líneas desde el juego combinativo. El Getafe contemplaba, con una presión tímida que se acentuaba cuando la pelota se acercaba a la mitad de cancha.

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A pesar del dominio de los de García Pimienta, las ocasiones no llegaban. Eso hizo crecer al Getafe, que cada vez presionaba más arriba y robaba más balones. Aquella ambición por crecer en el encuentro generó un despiste atípico en defensa cuando Kirian se hizo con la pelota en tres cuartos y colgó el balón al área. Por allí pasaba Julián Araujo, actor inesperado para Alderete y Gastón Álvarez, que se vistió de nueve para poner por delante a Las Palmas.

El VAR fue protagonista en dos ocasiones, ambas para rectificar cartulinas. Primero con Óscar, a quien Busquets Ferrer había expulsado y tras ver repetida la acción la dejó en amarilla. Luego fue con Alderete, pero a la inversa. El central pisó a Loiodice en la primera jugada de la segunda parte y el árbitro le mostró la amarilla, pero tras acudir a los monitores tuvo claro que era roja. El Getafe jugó toda la segunda parte con uno menos, lo cual no hizo más que acrecentar la tendencia inicial del partido: mucho balón para Las Palmas y un bloque muy compacto del cuadro azulón.

Los de García Pimienta maduraron el partido durante la segunda parte y reposaron en los pies de Kiran y Perrone. Encontraron el picante necesario en las incursiones de Moleiro, que hasta marcó en los instantes finales pero vio como su tanto no subía al marcador por un fuera de juego previo de Araujo. La guinda la puso Cristian Herrera, que entró en el minuto 85 y apenas 7 minutos después sentenció el partido tras una gran combinación de Javi Muñoz y Mavin.

Las Palmas ganó el duelo de estilos. No porque uno fuera mejor que el otro, sino porque ejecutó mejor su partido. Las dudas que había sobre el equipo canario en las primeras jornadas se esfumaron rápidamente, porque nada mejor que responder a las críticas pisando la pelota y jugando al fútbol.