El Atlético de Madrid confirma la soledad de Vinicius pese a Benzema
El extremo brasileño volvió a ser el principal foco creativo de los blancos a pesar de no haber estado tan acertado como en Liverpool.

Había un guion no escrito que parecía estar clavado en la mente de Simeone en la previa del encuentro. Para tratar de contener el poder de Vinicius Jr., sumado a la exhibición en Anfield que multiplicaría el terror, el Cholo Simeone dibujó un plan de partido que buscó meter obstáculos constantes ante cada avance del brasileño. Llorente a una primera altura, Nahuel Molina en una segunda y Savic como último escollo. La patata caliente pasaría al resto de los atacantes. Y la jugada le salió a las mil maravillas al Atlético de Madrid.
La ausencia de Rodrygo es muy sensible llegado este punto del curso. No solo por su talento y nivel, sino porque es el único atacante capaz de dotar de dinamismo y velocidad a la zona central. Y eso sucede porque Benzema parece haber pasado a medir cada esfuerzo como si fuese el último, consciente de los achaques físicos que sufre. Se guardó 45 minutos de fútbol preciosista para Anfield para comandar la remontada y ante el Atlético de Madrid pareció que esa energía estaba apagada, como si el cuerpo que hubiese en el césped fuese solo un anexo. Simeone, leyéndolo, trazó un plan para que cada toque de Karim expusiese su debilidad actual, acentuando una rigidez impropia de uno de los jugadores más dúctiles del mundo.
Como el fútbol es un estado de ánimo, cada mal contacto de Benzema bajaba un poco más la confianza del colectivo en sus posibilidades, como si fuesen tomando conciencia de las limitaciones físicas de su Balón de Oro. Con el francés renqueante y un Asensio que solo es amenaza con tiempo y espacio, algo que el Atleti no iba a regalar, Vinicius quedaba expuesto constantemente, algo que este curso se está acentuando. A veces, da la sensación de que los ataques de los de Ancelotti se reducen a una mínima expresión, esperando que el brasileño resuelva situaciones en inferioridad como norma general. Y cuando de lo excepcional haces tu rutina, hay muchos partidos en los que el plan no sale hacia adelante.
La ausencia de Camavinga como lateral también es un hándicap. Nacho es un futbolista que brilla cuando vive en pocos metros y su zona está cerca del área, más como un central en banda que como un acompañante de Vinicius. A la que el Atlético de Madrid empezó a perder metros, Nacho no pudo aguantarle el ritmo al brasileño, obviando todavía más ese 2 y hasta 3 contra 1 que se sucedía en banda. El otro perfil, a pesar de tener superioridad constante, apenas pudo producir nada reseñable, con un Carvajal que no pudo sumar con balón y un Asensio incapaz de encontrar su golpeo ante tanta pierna.
El Atlético apenas sufrió situaciones en las que quedase desnudo. Con un 4-4-2 que recordó al de otros cursos, Simeone blindó las alas con el interior, lateral y pivote y buscó que todo pasase por dentro, una zona en la que, sin Rodrygo y con este Benzema, el Atlético tendría bajo control. Vinicius es un futbolista enorme al que, para ser todavía más grande, le falta encontrar otras rutas cuando el rival las corta, explorar nuevos caminos cuando le son prohibidos los que él domina. Por ahí pasará su evolución, y como todo en el brasileño, seguro que llega.