BARCELONA 1 - ESPANYOL 1

Un Barça cauteloso se estrella contra el Espanyol

Los blanquiazules rascaron un punto del Camp Nou en otra actuación memorable de Mateu Lahoz.

Lewandowski no tuvo su día./GETTY
Lewandowski no tuvo su día. GETTY
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Un partido a sol y sombra, como los de antes. Un derbi que empezó en las horas previas, como siempre. Y el show de Mateu, inabarcable, incomprensible. El Barça salió con cautela, con la intención de cerrar el año con una sonrisa. El Espanyol saltó con el objetivo de sobrevivir. Y aunque sus miedos y males endémicos le llevaron a recibir el primer balazo, encontró un resquicio entre el cancherismo y el letargo del Barça.

El Barça volvió a dormirse con un marcador a favor. Perdió verticalidad, se apalancó a cada pase horizontal de más que entregaba. Experto en jugar al azar, tiende a jugar con 1-0 en el marcador, dejando la sensación de que sólo restan minutos de la basura. Hasta que Joselu empató. Luego llegó la undécima obra de Mateu. Fue ya demasiado tarde para el Barça, que terminó desquiciado.

ANSU Y RAPHINHA

😥 ¡Vaya día!

Seis delanteros tiene Xavi. Y le juega tanto a favor como en contra que todos puedan ser titulares. A veces parece que la gestión es más por minutaje que por plan de partido. Raphinha y Ansu saltaron al Camp Nou con más necesidad que ganas de demostrar. Fue su condena. La ilusión se tornó en ansiedad, elevaron sus pulsaciones y les restaron la pausa para tomar buenas decisiones. Era su oportunidad para revertir la imagen que dejaron en Catar. Ansu se ofuscó en el uno contra uno. Raphinha miraba de reojo la presencia de Dembélé en el banco, sabedor que su tiempo sobre el campo siempre es finito. La competitividad tiende a mejorar a los equipos. A Ansu y Raphinha, en cambio, parece ahogarles. Duraron una hora sobre el campo.

JOSELU

😎 Me reafirmo

Xavi apostó por los centímetros de Christensen y Marcos Alonso para hacer frente al vértigo que da Joselu. Fue el encargado de suceder a RDT, que abandonó la obra de Diego Martínez antes de que ésta cobrara vida. El ex del Alavés es un facilitador, conversor cada domingo de agua en vino. Se inventó un penalti donde tan solo había un balón sobrevolando el Camp Nou sin ningún tipo de peligro. Joselu es uno de esos obreros del fútbol que trabajan en silencio. Cada vez más figura de culto en Cornellà, se le reza mirándole a los ojos para no tener que mirar hacia abajo, donde el descenso asusta y nunca se desvanece.

DE JONG

✅ Un tuit que me representa

Mientras que las respuestas se buscan fuera, De Jong ofrece a gritos su respuesta desde dentro. Quizá el error sea pensar en que existe un sustituto de Busquets. O alguien que se le pueda parecer. De Jong, junto a Pedri y Gavi, lideró al equipo durante el primer tiempo. No fue con el foco del Frenkie del Ajax de Ten Hag o de la selección de Van Gaal. Fue su versión más eficiente. Las apariciones justas para no retener demasiado el balón, para no dormir el juego, y dinamizar las posesiones.

EL ÁREA DEL ESPANYOL

🤔 Hay runrun…

El Espanyol tiene la fijación de dispararse en el pie. Insiste Diego Martínez en que el equipo debe hacerse fuerte en las áreas y es precisamente donde los pericos mueren. En la propia, el Espanyol se hunde, se le caen los puntos. Ni Lecomte ni Álvaro Fernández transmiten seguridad. Y ante el Barça, con el nervio del derbi siempre punzante, fue la defensa la que desapareció. Hasta tres cabezazos dio el Barça en el área blanquiazul en el tanto de Marcos Alonso. El Espanyol se abraza al pulpo que es Vini Souza para detener al rival antes de que pise el área. En el segundo tiempo perdieron el respeto al escenario y elevaron el nivel. Aun así, es la asignatura pendiente de los blanquiazules cuando el nervio del derbi no acuda a la cita.

MATEU LAHOZ

📀 Mi 'bonus track'

En Fútbol a sol y sombra, Eduardo Galeano reflexionaba sobre la figura del árbitro. "Su trabajo consiste en hacerse odiar. Única unanimidad del fútbol: todos lo odian. Lo silban siempre, jamás lo aplauden", escribió. Mateu Lahoz es una figura inefable, un ruletista. Segundos después de expulsar a Jordi Alba, tras un contraataque del Barça, Mateu corría hacia algún lugar con los dos brazos alzados, mostrando al mismo tiempo la tarjeta amarilla y la roja. Es el protagonista de su propia película, en la que actúa cada vez que salta al campo. Como dirían Pantomima Full, "si no es el protagonista se aburre".