EL AFTERWORK DE LOS VIERNES

El primer jefe de prensa de Laporta echa la vista atrás: "Si has salido del vestuario del Barça sin un mordisco de Messi es que no has hecho bien tu trabajo"

José Manuel Lázaro trabajó 18 años en el departamento de comunicación del FC Barcelona.

Lázaro en el Camp Nou. /JM Lázaro
Lázaro en el Camp Nou. JM Lázaro
Lu Martin

Lu Martin

A José Manuel Lázaro (Madrid, 6 de octubre de 1960) Joan Laporta le fichó para el departamento de comunicación del FC Barcelona cuando ejercía de periodista en Radio Barcelona, Cadena SER, porque le había conocido en los orígenes del Elefant Blau y sabía que era competente y al tiempo, intuía que era fiel. No se equivocó. De hecho, fue fiel al Barça con Laporta, Rosell y Bartomeu de presidentes y por el club se pegó -es un decir- con buenos amigos de la profesión hasta que Laporta, sí, el mismo que le había fichado, terminó por despedirle a su regreso al club. (Del despido de su compañera, meses después, mejor no hablamos).

Lázaro siempre tuvo fama de pitbull, pero mientras creó un departamento de comunicación profesional para el fútbol femenino, puso orden al máximo nivel en el primer equipo, gestionó el traslado a la ciudad deportiva -con todas las normas impuestas por Guardiola-, echó del avión a la prensa gracias al idiota que grabó a la madre de Luis Enrique días después de quedarse viuda -ese tiene nombre, y apellido madridista, por cierto-, quitó acreditaciones si fue menester y si pudo, ayudó a pringadillos y peleó con los poderosos.

Gestionó despedidas traumáticas como la de Guardiola o la de Leo Messi, porque su jefe estaba de vacaciones, o un funeral tan doloroso como el de Tito Vilanova. Pero también tuvo la suerte de ganar Champions, Ligas, Copas y vivir de cerca lo que es un vestuario como el del Barça. Y ahí, vio llegar, crecer y decir adiós a Leo Messi. De eso puede hablar, sin rencor y con orgullo, un tipo al que muchos tuvieron miedo y otros le dieron, por mucho, las gracias. Jubilado, habla con amigotes en tertulias de radio, y sobre todo prepara la merienda para Lucia, su nieta durante la semana, a la espera de que llegue el weekend para escapar a Palamós con su pareja... y a veces con sus hijas, Laura y Anna. Y comerse unas gambitas.

¿Por qué fue periodista... y director de comunicación del FC Barcelona?

Periodista, porque me lo curré durante muchos años a base de esfuerzo. ¿Sabes lo bueno? Que nadie en mi familia era periodista, o sea, fue algo que salió absolutamente vocacional. De hecho yo empecé a estudiar ingeniería de caminos, hice dos cursos y lo dejé, pero eso me facilitó poder entrar en periodismo en la Autónoma de Barcelona.

Pero usted nació en Madrid. ¿Cuándo llega a Barcelona?

En el 74, con Franco vivo. Y lo primero que me dijo mi padre fue: aquí se habla catalán, así que ya podéis espabilar. Así que en el colegio le dije a los tres amigos que hice al llegar que me hablaran en catalán, fue la manera que tuve de integrarme rápido y sin problemas. Pero yo cuando llegue ya me sabía un poco hasta el himno del Barça porque en Madrid tenía un amigo que era muy culé y, cuando jugábamos a fútbol en el descampado enfrente de mi casa, solía cantarlo, así que yo me lo había prácticamente aprendido.

¿Recuerda la primera vez que fue al Camp Nou?

Sí, en un Gamper, contra Boca Juniors, les metimos nueve. Fui con el carnet de una amiga que no pudo ir.

¿Y por qué vinieron ustedes de Madrid a Cataluña?

A mi padre lo destinaron aquí por su curro. Vendía maquinaria de obras públicas y estaban construyendo la autopista del Mediterráneo, así que vino a vender maquinaria. Llegamos un verano, alquiló un apartamento en Castelldefels. Luego ya cuando comenzó el cole nos instalamos en Sants, al lado de la Modelo, de la cárcel, cuando Xirinacs estaba allí acampado, y claro, cada vez que venía de la Facultad me encontraba movidas con los grises [la policía nacional de la época] y todos a correr, una época muy maja.

Lázaro junto a Unzué.
Lázaro junto a Unzué.

¿Y al periodismo cómo se incorpora profesionalmente?

En la Facultad me gustaba la radio, vi un anuncio y me presenté. Fui a ver a Argimiro Lozano, el padre de Víctor Lozano, que era jefe de programas en Radio Juventud. Presenté un proyecto de programa, que imagínate tú, no me hizo ni puto caso. Pero me dijo que iban a abrir Radio Minuto en el Tibidabo. Que preguntara por Rodríguez de Castro. Me hizo una prueba y ahí ya entré. Conocí a Agustín Rodríguez, a Carlos Losada, a Xavier Monfort, a Toni Clapés, a Tony Pérez, el de Max Mix, que me hizo la prueba de sonido... Empecé haciendo información general. De hecho me comí el atentado del Hipercor enterito. Tenía que entrar desde una zapatería que había enfrente, porque claro, no había móviles. Ahora hay un Burger King o un McDonald's. Pero antes había una zapatería.

Y desde allí entraba por teléfono a todos los boletines de Radio Minuto. Es que antes trabajábamos con tal precariedad que lo de ahora asusta. Recuerdo que el primer teléfono móvil que usé fue en un stage del Barça en Holanda, a finales de los 80. Un móvil que pesaba dos toneladas. No era un móvil, era una barca. ¡Pero si iba dentro de una maleta! Me lo alquiló Pedro Luis Salazar, el jefe de prensa del PSV Eindhoven, porque lo tenía que alquilar un holandés. Y desde allí llamaba todo Dios, el compañero de la COPE, Stoichkov, Cruyff, todo dios.

¿Es verdad que lo pagaba la SER y se lo dejaba a compañeros de tres emisoras diferentes?

No, lo usaba quien lo necesitaba, lo que sí compartíamos era el coche: SER, COPE, Ona Catalana y Catalunya Radio. Eso ahora es imposible, tres emisoras diferentes, el teléfono y el coche.

¿Y cómo acaba de jefe de comunicación del Barça?

Yo entro en el club con Laporta el 1 de diciembre del 2004, poco después de que gane las elecciones.

De hecho, usted estuvo en la cena donde nació eso del Elefant Blau.

Yo y muchos, no estaba solo. Había otros periodistas en aquella cena en la que sale el nombre del Elefant Blau, porque se hablaba de esperar al Elefante Blanco que salvara al club de Núñez, como se esperó en el Congreso al Elefante Blanco cuando el Golpe de Estado de Tejero y se hizo broma con aquello, pero no podía ser blanco y tal, y bueno, salió lo del Elefant Blau, sí... Bueno, pues cuando Laporta gana las elecciones, quiere gente de la que fiarse para el departamento de comunicación y en una reunión, una cena en casa de Albert Perrín en la que hay varios periodistas, me dice que si estaría dispuesto. Le digo que depende, al día siguiente me llama y ya pactamos las condiciones y entro. Económicamente, no ganaba mucho, te lo digo sinceramente. Pero era dar un paso que para mí fue, hostia, no puedo dejar pasar este tren, ¿sabes? Iba a conocer un mundo desconocido, porque era vivir algo que intuía desde el otro lado.

¿Y cuántas veces se arrepintió?

Nunca. No, no, lo que yo he vivido en el Barça, eso no me arrepentiré nunca. Es una experiencia enorme. Solo por haber vivido al lado de Messi desde que llegó al primer equipo hasta que se fue... perdona, pero eso no lo cambio por nada.

¿Cree que todo el mundo diría lo mismo?

No lo sé, pero yo me siento un privilegiado por haber vivido 17 años al lado de Messi. Por eso, y por mil cosas más, volvería a pasarme 20 años en el departamento de comunicación del Barça. Por eso y por la gente con la que he trabajado, claro. No te voy a dar nombres porque no me quiero dejar a nadie. Y te juro que si algo me ha dejado el paso por el Barça es la gente con la que he trabajado.

¿Entrenadores y futbolistas también?

Sí, te he citado a Messi porque es Messi, pero en general, sí. Y no es fácil, te lo aseguro. Además, he vivido un momento de cambio enorme en la relación prensa-vestuario, tremenda. Pero he visto llegar a Leo Messi con 16 años y estuve en su rueda de prensa de despedida.

¿Y cómo era Leo con 16 años?

Pues tímido, como ahora, pero con la diferencia de que ahora tiene... 35 años y eso se nota claro.

¿Le hacía caso?

¿A mí? Escuchaba mucho. Eso sí, escuchaba. Leo es muy listo. Mucho. Tuvo una época que claro...

Claro, ¿qué?

Pues que era muy joven, y que el club tuvo que preocuparse de que estuviera centrado porque era importante que hiciera caso a la gente que realmente le aconsejaba bien y siguiera buenos ejemplos. Como el de Jorge, su padre, sin ir más lejos. Pero Messi creció como futbolista y como persona. Como mis hijas, que no son las mismas ahora que con 16 años. No es el mismo Leo el que aparece en el vestuario que el Leo que se va del Barça, claro, es mucho más maduro. Messi cambia, entiende que las cosas a veces no son siempre como él quiere. Pero a Messi había que tenerle siempre en cuenta, porque tenía una personalidad muy fuerte.

Alguien dijo que si pasabas por el vestuario del primer equipo y salías sin un mordisco de Leo es que no habías hecho bien tu trabajo o no habías pasado por el vestuario del Barça. Lo que siempre estuvo claro es que yo no iba con tonterías. Yo estuve un año sin hablarme con un jugador porque no quería salir a una rueda de prensa cuando le tocaba. Me dijo: "Me van a preguntar por esto, si me preguntan ¿qué?". Y le dije: "Pues tú mismo, pero te toca salir y si te preguntan, pues tú mismo". Total que le preguntaron, no recuerdo qué dijo, pero al día siguiente Miguel Rico le calzó una hostia en el SPORT de tres pares de cojones... y la culpa fue mía. Un año sin hablarme estuvo. Ahora me da unos abrazos que no veas. Esto hay que vivirlo. No pasa nada, él hacía su papel y yo hacía el mío. Y el mío fue a decirle que tenía que dar la cara en prensa y ya está.

Lázaro entre Messi y Suárez.
Lázaro entre Messi y Suárez.

¿Leo es el más grande?

Futbolísticamente, sí, es el más grande. Pero sin duda alguna, o sea, no... Ya puede decir Ronaldo, CR7, con su amigo Edu, lo que quiera. El más grande es Leo Messi. Se pongan como se pongan. Por muchas cosas, porque es una línea continua, un no parar.

¿Es más difícil manejar a los directivos o a los jugadores?

El directivo no gana nada, gana solo el ego de estar allí. Y como los jugadores tampoco quieren mucho directivo alrededor... el tema es que el directivo suele pensar que aprovecha su estancia en el Barça para hacer cosas o no es nadie. Porque el jugador sale, marca goles, juega. En fin, participa de una actividad. Pero el directivo que llega al Barça, ¿qué pinta? En mi opinión debería ser desconocido. El Barça funcionará mejor el día que los periodistas no tengan el teléfono del vicepresidente o del presidente. Ni del directivo de turno. Que sea todo profesional, con ejecutivos que se dediquen a ejecutar y un departamento de comunicación que funcione como Dios manda, que canalice todo. Pero eso es muy difícil, porque cada uno tiene su agenda y es imposible.

¿Y los entrenadores?

No he tenido problemas con ninguno. De los que tuve, casi todos venían de ser jugadores, así que conocían la casa. Cada uno tenía su carácter, claro, y no es comparable el Luis Enrique con el de Pep o el de Valverde, pero la verdad es que con todos tuve muy buena relación. Hombre, Rijkaard también era un tío especial, ¿no? No se quiso despedir personalmente de nosotros, pero nos regaló un bolígrafo con nuestro nombre a cada uno. Recuerdo con especial cariño la Copa de Europa de París, la que ganamos con él, por él. Y te digo una cosa, si alguien ha sido maltratado como entrenador en el Barça y me sabe especialmente mal, es Valverde, se fue muy injusto con él. Y además, ganó mucho.

¿Y los directores deportivos?

Si con alguien he trabajado bien es con Txiki y Zubi, magníficos. Y con Ramon Planes o Robert Fernández nada mal, eh, pero lo de Txiki y Zubi es con los que estuve más años. Y fue perfecto. Con Txiki en total estuve siete años, que no son pocos. Un estratega, como Zubi. Los dos mejores estrategas que yo he tenido, sonará mal decirlo, pero bueno, es igual. Te podían decir, me voy de viaje, no hacía falta que preguntaras dónde, porque no te lo decía, pero sí que te decía: me interesa que ahora se hable de este, pero tranquilo que no se hará. Y cuando sea el que será, te aviso. Había una estrategia, que es lo que no hay ahora. El problema en un club, con la comunicación, es la estrategia. Entonces, la mejor estrategia para mí siempre la tuvieron Txiki y Zubi. Mira, dos vascos, casualmente. Era bastante fácil trabajar con ellos porque ellos confiaban en ti. No hacía falta que te lo contaran todo, pero sí lo suficiente para que estuvieras preparado, para que supieras, para que no te pillara nadie con los pantalones bajados.

El Laporta que usted conoció en el 2003, al que dejó para jubilarse, por así decirlo, ¿es el mismo Laporta?

La verdad, no puedo decirte, porque los dos últimos años no he tenido una relación muy estrecha con él. Él ha tenido su gabinete, su gente de confianza, su director de comunicación, Alex Santos, y yo la verdad es que el trato ha sido acompañarlo cuando se me necesitó, no más.

Es curioso, porque a usted le ficha Laporta y le echa Laporta. ¿Cómo fue la despedida?

Muy sencilla, me reuní con Manana, la jefa de su gabinete, le pedí despedirme de Laporta. Me dijo, "sí espera" y enseguida él cortó una reunión, se levantó, vino, me dio un abrazo, "suerte Manel" y le deseé suerte a él, muchas gracias por todo y ahí quedó todo.

Desde su posición de jubileta, desde la perspectiva para el análisis y desde su blackground como director de comunicación que ha sido en el FC Barcelona, si trabajara para Florentino ¿qué le aconsejaría que hiciera en estos momentos de castas y quejas arbitrales?

Sinceramente, me parece ridículo, me parece de equipo pequeño lo que están haciendo. Creo que el problema de Florentino ahora mismo es que ve que no tiene equipo para aguantar todo lo que le viene encima. Se está demostrando que gana de rebote, está metiendo goles un chavalito en el último minuto. No ha podido ganar al Espanyol porque un jugador no ha sido expulsado. Sinceramente, que el Madrid necesite ganar el Espanyol en Cornellà con la expulsión de un jugador, o sea...

Todo me parece una estrategia que a mí no me vale. No me vale de un equipo que a lo largo de 120 años de historia se ha beneficiado de los árbitros de manera evidente, que ha ganado dos Copas de Europa con goles en fuera de juego. Así que... ¿Qué coño estás diciendo? ¿De qué te quejas? Sí, ¿de qué te quejas? De otra cosa, pero ¿de qué te quejas de esto? Que se queje más que el Celta o el Espanyol... Es que el Espanyol bajó de categoría por un gol injusto. ¿Un comunicado? No, se equivocan, se equivocan...

Pero, la gente que ha trabajado en el Barça siempre dice que en pocos sitios ha sido tan bien tratado como en el Bernabéu.

Es muy cierto. Te voy a explicar algo: cuando salí del club la primera persona que me escribió un mensaje fue Marta Santisteban. "Te echaremos de menos, esto es tu casa. Cuando quieras, aquí estamos", me dijo. Lo tengo guardado. La primera persona que me mandó un mensaje fue ella, del Real Madrid. Eso no tiene nada que ver. La gente con la que yo he trabajado estos años en el Real Madrid es una maravilla, todo exquisito. Una cosa no quita la otra.

¿Usted entra en la SER gracias a Pedrerol?

No, yo entro porque me ficha Saisó, cuando era jefe de deportes. Pero es verdad que queda una vacante porque Pedrerol se va a Canal Plus. Imagínate la vida cómo es. Con los años me llamó guardaespaldas de tercera. Nos llevábamos muy bien, pero como dirige un programa claramente blanco, blanco, blanco... todo cambió.

¿Cuál ha sido el momento más difícil en el FC Barcelona?

La muerte de Tito Vilanova, sin lugar a dudas.

¿Con quién se iría de viaje mañana?

Con mi familia. Con mi pareja, con mis hijas, con mi nieta...