Este Barça tampoco da para la Liga

Comenzaré escapando del tópico. En este Clásico, la victoria no sólo compensa al ganador con tres puntos. Que por supuesto que sí. Tres puntos que valen un liderato. Hay más. El triunfo significa consolidar el estado de armonía del Madrid, el impacto de Valverde, la soberanía de Kroos, el 'multiestilo' de Ancelotti... Y, de paso, agravar la depresión en el Barça, eliminado virtualmente de la Champions y con síntomas claros de desorientación y caos por culpa, en gran parte, de una defensa en mínimos.

El Madrid se llevó el Clásico del mismo modo que conquistó la pasada Champions: generando un escenario propicio para desatarse en velocidad, con Kroos como lanzadera, y a lomos de Vinicius, Valverde y Benzema. El brasileño, a pase del alemán, engendró el primer gol de Karim, que el lunes levantará el Balón de Oro. El uruguayo amplió la distancia y Rodrygo sentenció, de penalti, minutos después del tanto de Ferran. La felicidad es blanca y los 'olés' del Bernabéu son fiel reflejo de este estado de optimismo: líder de LaLiga y en octavos de la Champions. Las dudas y los problemas, en cambio, echan raíces en Barcelona.

Kroos reinó en el Clásico, dominó el centro del campo del Bernabéu y dejó en evidencia a Busquets, que puede estar atravesando uno de sus peores momentos con la camiseta del Barça. Fue la honda de Ancelotti para lanzar los ataques. Sus botas gestaron el primer gol e hilvanaron todas las embestidas blancas. Destiló embrujo justo el día del cumpleaños del Brujo, Amancio. Si algo caracteriza el juego de Kroos, es su intuición sobre el campo. En el fútbol, como en cualquier disciplina artística, la intuición es la clave de todo. David Lynch la definió como la mezcla en perfectas dosis entre intelecto y emoción. Atributos que reúne un jugador que es de interés general. El Madrid le ve y disfruta. Pero también tiembla. Acaba contrato al final de temporada y aún no ha renovado. Kroos (32 años) tiene fútbol para estar al menos un lustro más haciendo salivar a la afición.

Cuando un presidente habla de paciencia infinita, comienza a haber sospechas de que la finitud está más cerca que lejos. Laporta, antes del Clásico, dijo que pasara lo que pasase en el Bernabéu, la confianza en Xavi "es absoluta". Pero el resultado del Barça en el Bernabéu pondría a cualquier otro entrenador en cuestión. Xavi inventó en el Clásico, dejando a Gavi en el banquillo (sorpresa) por De Jong y ubicando a Sergi Roberto en el lateral derecho y el experimento falló. El Madrid le entregó el balón, porque es único para propiciar un escenario que beneficia a una plantilla de superdotados físicos, y le 'mató' en tres zarpazos que dejaron en evidencia la defensa, el planteamiento y el momento anímico de algunos jugadores.  

Ha llegado el momento de pedirle explicaciones a Xavi, que sigue sin darle al equipo el vuelo que las palancas, los fichajes y su propio relato pronosticaban. El año pasado, el técnico se escudó en el "es lo que hay" que a Koeman le costó casi el puesto. Laporta le ha entregado una plantilla de garantías, pero el Barça sigue sin un rumbo convincente y, en palabras del catalán, "en construcción". Ni el gol de Ferran puede maquillarlo. Esto también es lo que hay.

No es un rumor. Es una evidencia. El Barça ha caído enfermo por una bajada alarmante de defensas. Los desajustes atrás están conduciendo al equipo de Xavi a un caos que le ha costado (salvo milagro) la Champions y le ha dejado sin el liderato de Liga. Contra el Inter, Piqué fue el gran señalado y en el Bernabéu acabó en el banquillo porque el tiempo rueda más rápido que el balón y cuando menos lo esperas te deja en cueros. Eric Garcia, vulnerable, salió en la foto en Europa y en el segundo gol contra el Madrid (y en el tercero al cometer el penalti). Superado, sin chispa, nervioso y con cierta desorientación a la hora de la colocación.

Pero da la sensación de que da igual quién juegue en defensa. Xavi optó por Sergi Roberto como kryptonita a Vinicius y no fue solución, Kounde salía de lesión y bastante tuvo con achicar agua... No fue necesario la versión redonda del Madrid para hacerle doblar la rodilla al Barça. Esta defensa, y este equipo, no dan para la Champions. Y tampoco, de momento, para la Liga.

Entró Ansu Fati en el minuto 73 sustituyendo a Dembélé y fue un electroshock para el Barça, lo que tampoco habla bien de Xavi, que le apuró en el banquillo mientras su equipo se descosía. El canterano agitó a un equipo anestesiado por la impotencia de no poderle hacer un rasguño a un Madrid bien acoplado atrás y fue quien más daño causó a los blancos. Desequilibrante, de él nació el 2-1 de Ferran y minutos después le puso un nudo en la garganta a los madridistas. La mejor noticia para Xavi es que Ansu vuelva a ser Ansu. Luis Enrique es otro que mira con atención. Por delante tiene un mes convencer al seleccionador de que llevarle a Catar es necesario. La única buena noticia del Barça en el Clásico.

No quieran explicar este Madrid con flechas en pizarras o lógicas matemáticas. Cuando estén en ese proceso, Fede Valverde aparecerá corriendo y con un derechazo destrozará cualquier plan. La esencia del uruguayo lo encapsuló @invictossomos en este tuit. "Lo que corre, lo que se sacrifica, lo que se entrega, lo que recupera y ahora, además, los goles que está marcando. Cada vez más completo. Cada vez más decisivo. Y cada vez más líder". El Madrid no fue consciente del tesoro que compró de Peñarol. Un pulmón y, cada vez más, un francotirador ante los grandes. De hecho, el Barcelona es el rival al que más goles ha anotado Valverde como profesional (tres). Al acabar el partido, antes de meterse en la ducha, Kroos cogió su móvil y tuiteó: "Fede Valverde top 3 in the world right now". Pues eso.

Hay contratos que los carga el diablo. Los firmas sin leer la letra pequeña (que es mucha) y al final acabas por cumplir una penitencia difícil de calibrar cuando estabas con la pluma en la mano. Me encantaría ver, negro sobre blanco, las cantidades económicas del convenio entre el Barça y Spotify y comprobar si compensa o no llevar impreso en la camiseta un búho. Y en un Clásico. Sé que el animal corresponde al logo del cantante Drake, primer artista de la plataforma en llegar a las 50 billones de reproducciones. Me recuerda a aquella etapa del Atleti que promocionaba a Spiderman en el pecho. Lo que no sé es si los responsables del club azulgrana conocían su maldición. En los últimos años, todo aquel deportista que era vinculado con el americano, conocía la derrota. Y en el Clásico, pasó lo que pasó.

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