REAL MADRID 1 - VALENCIA CF 2

Un batacazo con muchas explicaciones, que deja a Ancelotti en el disparadero y cargan de razones a los que piden un fin de ciclo

El Real Madrid cayó con estrépito en el Bernabéu contra el Valencia, evidenciando los problemas de juego que persiguen al cuadro blanco todo el año.

Ancelotti, con el Real Madrid./EFE
Ancelotti, con el Real Madrid. EFE
Rodra P

Rodra P

Cuando todo va mal en un equipo, las miradas apuntan al entrenador. Así se lleva sintiendo todo el curso en la afición del Real Madrid, hastiada del desempeño de los suyos en una temporada en la que se esperaban grandes éxitos. Pese a la epidemia de problemas, el conjunto merengue sigue vivo en todas las competiciones. Le tiene que dar las gracias al Betis, que dejó sin dos puntos al Barça (1-1) y dio vida a una Liga que parecía casi sentenciada con la última derrota blanca. El Madrid está a cuatro puntos de los azulgrana a falta de ocho jornadas, por lo que necesita al menos dos pinchazos del líder. Y hay un Clásico por delante. Sobre el papel, LaLiga no es imposible, pero las sensaciones y el juego de los de Ancelotti son preocupantes.

El italiano es considerado una leyenda en el Real Madrid. Tanto dentro como fuera del club. Su legado, en forma de títulos, es innegable. Ha conseguido reponerse a cualquier obstáculo, siempre con una vida extra, pero este curso se le va poniendo cada vez más cuesta arriba. Y la figura de 'Carletto' está en entredicho desde hace meses.

El duelo contra el Valencia volvió a desnudar las carencias del cuadro blanco, que no son pocas. Fue un batacazo con varias explicaciones. El staff técnico aún no ha dado con la tecla del juego, sin continuidad, y ya estamos en el mes de abril. Sólo hubo brotes verdes con la aparición de Ceballos en el centro del campo, antes de su lesión, y Fede Valverde reubicado al lateral diestro. Sin embargo, estas semanas el invento desapareció y con él las buenas sensaciones.

Ancelotti, sobre el partido contra el Valencia.EFE

El equipo estira su espesor con el balón y mantiene las grietas atrás. El Real Madrid es un equipo vulnerable, que en trece de los treinta partidos que han disputado en Liga ha visto cómo sus rivales se adelantaban en el marcador. Ya no es el bloque sólido que se construyó el año pasado, y uno de sus debes es la defensa.

Con los mejores jugadores del mundo en plantilla, los de Ancelotti no convencen. Es más, aburren a sus aficionados, según se pudo comprobar en estos últimos meses de fútbol en el Santiago Bernabéu. Ni juego ni orden ni conexión entre sus estrellas, por lo que el técnico italiano queda en el disparadero.

Tampoco ha dado con la tecla en la gestión de grupo, aunque en el vestuario todos le respetan y comparten buenas palabras para su entrenador. No hay un esquema claro, las jerarquías continúan prevaleciendo sobre el rendimiento, sin dar apenas oportunidades a los futbolistas más jóvenes, los jugadores suelen arrancar los encuentros con errores de concentración, y también ha tenido problemas con los lanzadores de penaltis (Mbappé y Vinicius ya han fallado dos cada uno).

Además, Ancelotti incurre en decisiones que no potencian a su equipo, como insistir en Lucas Vázquez en el lateral derecho, siempre el punto más atacado por sus rivales. El club tampoco ha ayudado a su entrenador a encontrar soluciones en el mercado, y 'Carletto' nunca ha rechistado, pero ahora se juega el tipo en un mes clave para su futuro.

Con todo ello, al Real Madrid le salvaban los resultados. Vivos en Copa, Liga y Champions en el tramo más quemante de campaña. Han seguido ganando pese a lo que transmitían, aunque fuera a duras penas, y eso ha mantenido todo en su sitio. Pero este mes todo se decidirá.

En la directiva merengue, donde más defienden a Carlo Ancelotti, uno más para ellos, no esperaban que el equipo pudiera llegar tan lejos en una temporada tan complicada. Pero ahí están. Y esta razón también es la que ha aplazado los cambios en el banquillo, previstos para este próximo verano. Si los resultados no llegan, Xabi Alonso sucederá a Ancelotti.

Es la respuesta del club a lo que ya contemplan como un ciclo terminado. Un ciclo feliz y exitoso, pero con fecha de caducidad, por partidos como el de este sábado contra el Valencia, en el que ni la actitud, ni la calidad, ni las remontadas fueron capaces de tapar todas las fallas de este Real Madrid sobre el terreno de juego.