Benzema juega condicionado
El delantero tiene el Mundial como su gran objetivo a corto plazo. Estuvo 2.064 días sin jugar con Francia por el 'caso Valbuena'.
Benzema, que dentro de dos semanas recibirá en París el primer Balón de Oro de su carrera, ha comenzado la temporada en una versión algo más discreta que la que el curso pasado le llevó a convertirse en el mejor futbolista del planeta. El francés tiene buenos números esta campaña (cuatro goles en seis partidos), pero aún no ha alcanzado su pico óptimo de forma.
Esta situación no preocupa dentro del Madrid ni tampoco al propio jugador, que es consciente de que a sus 34 años ha llegado el momento de dosificar los esfuerzos. Por eso llegó más tarde a la pretemporada (fue el único futbolista que se unió directamente en Estados Unidos) y por esa misma razón ha cuidado hasta el extremo la recuperación de la lesión que sufrió en Champions contra el Celtic.
Karim podría haber forzado para reaparecer en el derbi ante el Atlético, antes del parón. Una decisión que hubiera acarreado un riesgo doble: una posible recaída y el sobresfuerzo que hubiera supuesto disputar dos encuentros de la Nations League en los que Francia no tenía opciones de acceder a la Final Four. Por eso, el francés tuvo claro desde el principio que debía parar. ¿El motivo? Su prioridad en este inicio de curso, como la de tantos otros jugadores, es el Mundial de Catar.
Ante Osasuna, partido en el que reapareció de su lesión, el delantero dejó una actuación gris en la que falló un penalti en el momento clave del partido: el Madrid se habría puesto por delante en el marcador con apenas un cuarto de hora por disputar y tras la expulsión de un futbolista de los navarros. No es la primera actuación discreta que deja el francés esta temporada…
Un Benzema más maduro
Con el paso de los años, Benzema ha aprendido a conocer su cuerpo. Algo que le ha permitido llegar en sus mejores picos de forma a los momentos importantes de la temporada. Esta campaña es atípica, con un Mundial en invierno cuando normalmente se disputa en verano. Ese torneo es especialmente importante para Karim, porque la lógica dice que será el último campeonato del mundo de su carrera. Además, le llega está oportunidad después de estar 2.064 días sin jugar con selección tras la polémica generada por el 'caso Valbuena'. Un largo periodo de casi seis años en el que el madridista se perdió una Eurocopa (2016) y un Mundial (2018) en los que Francia fue subcampeona y campeona, respectivamente.
Su gran nivel en el Real Madrid forzó su reconciliación con Deschamps, que volvió a convocarle antes de la última Eurocopa, donde Francia cayó antes de lo esperado (eliminada en octavos). Esa decepción se une a las vividas anteriormente por Benzema con su país: cayó en la fase de grupos de la Eurocopa de 2008, en cuartos de la edición de 2012 (ante España) y en la misma ronda en el Mundial de 2014 (contra Alemania), en la única Copa del Mundo que ha jugado hasta el momento.
Por eso, el '9' blanco es consciente de que está ante su última gran oportunidad de levantar el torneo más importante de selecciones con su país. Después de ganarlo todo con el Madrid y de que el planeta del fútbol le reconozca su valía con el Balón de Oro que va a recibir dentro de pocos días, Benzema quiere sacarse la espina de conseguir algo grande con una selección francesa que le cerró sus puertas durante buena parte de su carrera. A partir de enero, la mente de Karim volverá a estar al 100% en el Madrid. Hasta entonces, su compromiso con la camiseta madridista sigue intacto, aunque con la premisa de riesgo cero ante la posibilidad de llegar mermado físicamente a la cita mundialista…