BETIS

Un Betis sin rumbo, en el que si Pellegrini ya no es suficiente...

La eliminación copera desnuda al equipo bético, que atraviesa una crisis de fútbol y de resultados tras perder hasta la competitividad.

Germán Pezzella, cabizbajo, tras la eliminación copera./EFE
Germán Pezzella, cabizbajo, tras la eliminación copera. EFE
Samuel Silva

Samuel Silva

El Betis se ha chocado de bruces con la realidad. Si el carácter competitivo que siempre ha impregnado Manuel Pellegrini a su equipo le sirvió para llegar bien posicionado hasta diciembre, la eliminación en la Europa League ante el Rangers -ya en Praga hubo síntomas- inició un proceso que ha dado la cara en este inicio de 2024. Aunque el equipo tiró de orgullo ante Real Sociedad y Girona, el alambre por el que se había movido desde el inicio de temporada ha empezado a romperse, sin que el cuerpo técnico descubra nuevas herramientas para sostenerlo.

Si desde el propio club verdiblanco, desde los dos máximos dirigentes, Ángel Haro y José Miguel López Catalán, al director deportivo, Ramón Planes, se ha apuntado al alto nivel de la plantilla tras la planificación estival, los problemas para Pellegrini se han ido sucediendo desde la primera jornada del campeonato. Si al inicio fueron las dificultades con las inscripciones luego llegarían el traspaso de Luiz Felipe con el mercado cerrado, los problemas de lesiones -en la portería, la defensa y la media, sobre todo- y esa Copa África 2024 que también ha restado potencial al equipo. Toda una concatenación de hechos que tiene al equipo eliminado de la Europa League y de la Copa del Rey y fuera de los puestos europeos en LaLiga.

A todas esos contratiempos, algunos exógenos pero otros fabricados o conocidos por el propio club, se ha añadido el escaso rendimiento de elementos de los que se esperaba un paso adelante. Si el arranque de temporada de Willian José escondió las carencias en la delantera, esa falta de gol ha ido apareciendo con el paso de las jornadas, personalizadas en un Borja Iglesias que aparece peleado con el mundo sobre el césped. Tampoco jugadores como Luiz Henrique o Rodri, en los que se depositaron esperanzas por parte de los técnicos, están ofreciendo el rendimiento esperado e incluso el brasileño tiene un pie fuera del Betis.

Los números no engañan. Desde aquella derrota en Praga, el equipo verdiblanco sólo ha ganado un partido, ante el modesto Villanovense al que remontó en los últimos minutos. La sucesión de empates -Almería, Real Madrid, Real Sociedad y Girona- lo sostuvo en LaLiga, pero los síntomas ya estaban sobre la mesa. El Rangers lo envió a la Conference League, cuando ni siquiera el factor del Benito Villamarín sirvió para mantener al equipo; y las derrotas ante el Celta y el Alavés, esta última con la consiguiente eliminación copera, han desnudado ya las carencias.

La apertura del mercado invernal aparecía en el horizonte como el momento para solucionar esos desajustes, pero de momento sólo ha llegado Johnny Cardoso, el centrocampista brasileño por el que ha apostado la dirección deportiva pero que tampoco entusiasma a Pellegrini. Incluso el entrenador señaló en su última comparecencia que esa posición es la más cubierta de la plantilla, recordando a aquel sofá y lámpara de Rafa Benítez.

Entre tanto movimiento de mercado hasta el director deportivo, Ramón Planes, tiene en cuestión su continuidad. La oferta recibida desde Arabia Saudí lo ha hecho dudar con un cambio de aires, lo que tampoco ayuda a relajar ese ambiente tenso que se respira en el Betis y que en Mendizorroza provocó la primera salida de tono de Manuel Pellegrini hacia sus futbolistas. Había venido caminando sobre el alambre el equipo bético, pero si el fútbol hace tiempo que desapareció ahora también lo han hecho los resultados. Recuperar el carácter competitivo será la primera premisa para el cuerpo técnico, que de nuevo tendrá que sacar la varita para recomponer un equipo que ha perdido el rumbo.