Cuando Bordalás fue un ídolo en Vitoria y todo acabó como nadie se imaginaba: "Para él fue muy duro"
El entrenador alicantino devolvió al Alavés a Primera en el curso 2015-16. Algunos de sus exjugadores recuerdan su paso por Mendizorroza con motivo de la visita del Getafe.
![Bordalás, durante su etapa en el Deportivo Alavés. /Deportivo Alavés](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/08/media/cortadas/bordalasok-RwkGchsa5VhgignkIOutfYK-1200x648@Relevo.jpg)
Volver a Vitoria-Gasteiz siempre es sinónimo de alegría para José Bordalás. En el norte y a los mandos del Deportivo Alavés, el alicantino vivió una de sus etapas más felices como entrenador. La experiencia duró solo un año (15-16), pero bastó para dejar huella y devolver al club babazorro a la máxima categoría del fútbol español 11 años después. Primer ascenso que lograba desde la pizarra, su despedida fue dura e inesperada. "Ha sido una decisión que hay que respetar. Han decidido que no continuase y lo tengo que aceptar. Estoy convencido de que hubiera hecho un gran trabajo, pero bueno, no ha podido ser. No me lo esperaba porque confiaba plenamente en continuar". Tras un adiós que a muchos costó entender, Bordalás volverá por sexta vez con el Getafe a Mendizorroza.
"Mi relación con Bordalás era muy cercana. No es que yo supiese nada, pero conocía al míster y sabía un poco la relación profesional que había entre él y el presidente (Alfonso Fernández de Trocóniz). No era la mejor relación profesional que podía haber y ya había ese runrún de que, aunque el presi estaba encantado con el trabajo que estaba haciendo, si ascendíamos tenía otra idea en mente", recuerda Dani Pacheco.
Actual jugador del Wisła Płock polaco, el delantero no lo dudó cuando se enteró que Bordalás iba a ser el nuevo entrenador del Alavés el curso 2015-16 ."Tuve la oportunidad de ir a otros equipos con más presupuesto y con mejores plantillas para intentar ascender. Pero cuando vi que Bordalás iba a ir para allá no me lo pensé. Ya había trabajado con él en el Alcorcón. Conocía sus métodos de trabajo y sabía el rendimiento que conseguía sacar a sus plantillas".
![Bordalás, durante un entrenamiento con el Alavés. Deportivo Alavés](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/08/media/cortadas/bordaaaa-U81002451517esF-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
Tras la destitución de Alberto López, el Alavés pensó en Bordalás. Un perfil con experiencia en la categoría de plata del fútbol español - previamente había dirigido al Hércules, al Elche y al Alcorcón-, el técnico llegaba a una institución que no estaba entre las candidatas para convertirse en equipo de Primera. "No entrábamos ni en las quinielas para meternos en el playoff. El curso anterior el Alavés había terminado en mitad de la tabla y económicamente el club no estaba bien en comparación con otros equipos. Pese a ese escenario, Bordalás nos hizo creer que sí que podíamos. Aquella fue una de las temporadas que más recuerdo de mi carrera", recuerda Gaika Toquero. Como Dani Pacheco, el vasco jugó aquel año en calidad de cedido.
“Nadie se imaginaba que fuera a pasar eso”
"A nivel personal, aquella temporada me cambio la vida". Manu García era el capitán del Alavés en aquella época. Un jugador que a sus 28 años no había debutado aún en Primera, a las órdenes de Bordalás el delantero pudo cumplir su sueño. "En una sola temporada logró cambiar la mentalidad del equipo. A nivel personal a mí me cambió la carrera porque sin ese ascenso hubiera sido muy difícil que yo llegara a Primera y que hubiera podido disfrutar de todo lo que viví en los años posteriores. Bordalás dio los primeros pasos para construir lo que sería el Alavés de los últimos 10-12 años", apunta.
Campeones de Segunda por delante de equipos como Leganés, Nàstic o Girona, tras lo logrado, nadie se esperaba que Bordalás no continuara al frente del equipo. "Nos sorprendió un poco porque él cumplió el objetivo. Un objetivo que no era ni el real. Él no se esperaba que no fuera a seguir. Quería pisar la Primera División porque lo había conseguido. Era parte del equipo y quería quedarse allí", cuenta Toquero. Sin ni siquiera poder despedirse presencialmente de sus jugadores, su destitución fue un jarro de agua fría. "Después de ser campeones nos fuimos de vacaciones. Nadie se imaginaba que fuera a pasar eso y que a la vuelta Bordalás no estuviera en el banquillo. Yo era uno de los capitanes, le llamé para despedirme y estaba triste", recuerda Toquero.
Y el míster voló. ¡Merecidísimo homenaje a Bordalás por su espectacular trabajo! 👏👏👏👏 pic.twitter.com/NWiOHcFeqA
— Deportivo Alavés (@Alaves) May 30, 2016
"Para él fue muy duro. Por primera vez había conseguido que un equipo suyo ascendiera a Primera después de tantos años peleando. Quería seguir porque era muy feliz en Vitoria", comparte Dani Pacheco.
Su marcha dolió especialmente a la afición. Su conexión con los hinchas albiazules fue patente desde el primer día. Tanto que incluso llegaron a dedicarle una canción que se convirtió en uno de los himnos de la temporada. "Aquí sigue siendo una persona superquerida y la gente le tiene muchísimo cariño. En la era Peterman, donde el Alavés llegó a bajar a Segunda B, aquí se sufrió mucho y Bordalás fue quien consiguió devolver esa ilusión a la afición", cuenta Toquero.
Una invitación por sacar el balón de Mendizorroza
De su paso por Vitoria, además de un ascenso, dejó muchas imágenes y anécdotas para el recuerdo. "A él le enfadaba muchísimo que cuando un jugador despejaba el balón lo dejara cerca del área y que aquello pudiera acabar en gol. Le cabreaba muchísimo. Cuando entrenábamos en Mendizorroza decía que invitaba a una comida en el mejor restaurante de Vitoria a quien sacara el balón del estadio. Sabe mezclar la seriedad con las bromas. Hay tantas anécdotas suyas que darían para escribir un libro", comenta entre risas Dani Pacheco.
Pese a que les exprima, en el buen sentido de la palabra, y no perdone un día sin pasar por la báscula, la cercanía con sus futbolistas es algo que siempre le ha caracterizado. "El ambiente que había entre cuerpo técnico y jugadores era magnífico. Recuerdo que en los viajes comíamos todos bocadillos de chorizo en el autobús. Los preparaba yo y comía hasta el chófer (risas). Ese ambiente fue una de las claves del grupo. No teníamos grandísimas individualidades, pero éramos una piña y todos aportábamos", señala Toquero.
Su despedida del Alavés le llevaría a ocupar meses después el banquillo del Getafe. Otro ascenso a Primera con el club azulón, esta vez Bordalás sí que pudo ver cumplido su sueño de debutar en la élite. Lo que vino después es ya conocidos por todos.