Bruno Luque y el ejemplo de los altibajos en el fútbol base: el Sevilla lo descartó un año antes de ficharlo
Comenzó la temporada con el Cadete A, fue relegado al B... y ahora golea con España Sub-15. Ha quemado todas las etapas en el Sevilla y ya se prepara para el próximo reto.

En el fútbol todo cambia en meses. Incluso en semanas o días. Que se lo digan a Bruno Luque (San Juan de Aznalfarache, 2010), la gran sensación de la cantera del Sevilla en estos momentos tras anotar dos golazos con España sub-15. La selección nacional le ha dado un empujón tan inesperado como importante para su carrera, en la cual se prepara para dar el próximo paso.
Pero todo no ha sido sencillo. Ni lo será. Bruno llegó al Sevilla en categoría prebenjamín, cuando ya con el Loreto -club que presidía su padre- demostraba su olfato goleador en cada campo. El club nervionense no tardó en acercarse a él, al igual que el Betis, y el joven delantero acabó eligiendo la carretera de Utrera para seguir creciendo -tras una temporada probando, firma en su segundo año-. Desde aquel momento no le ha ido nada mal: ha pasado por todas las categorías y ha quemado etapa tras etapa.

Aunque su inicio no fue el soñado. Antes de acabar firmando por el Sevilla, Bruno ya estuvo en los campos de entrenamiento nervionenses durante cuatro meses. Fue en categoría 'Bebé' y, tras todo ese tiempo, la decisión de los técnico fue irrevocable: lo descartaron. Un rechazo que no paró al pequeño de los Luque -su hermano mayor defiende la camiseta de La Palma en Tercera Federación-. Un año más tarde ya estaba con la blanquirroja puesta.
Pero el fútbol base es una montaña rusa de emociones. Un vaivén de momentos, buenos, malos y regulares, en los que la familia debe estar muy presente para marcarle, de forma sana, los pasos a seguir. Bruno comenzó a tener fama gracias a la prestigiosa LaLiga Futures. Disputó tres ediciones del torneo, y en todos ellos acabó siendo protagonista. Sobre todo en el último: hace un año en Arabia Saudí.

En esos momentos, la ecuación es bastante sencilla: talento más lugar indicado... siempre es igual a fama. Bruno llamó la atención de muchos. De aficionados, de clubes... todos querían interesarse por un joven talento que apuntaba alto. Aunque la realidad, de nuevo, del fútbol base le dio de frente. Comenzó la temporada 2024/25 en las filas del Cadete A -pese a ser de primer año-. No tuvo gran fortuna y los resultados del equipo no acompañaron, por lo que el resultado fue imparable. El Sevilla decidió relegarle al 'B' en invierno.
Una decisión que, para un niño de 15 años, no es fácil de encajar. Es el fútbol base. Pero este le tenía guardada una sorpresa mayúscula. En verano de 2024, Bruno ya estuvo en alguna concentración de la selección española. Simplemente fueron entrenamientos, pero su nombre se quedó bien grabado en Las Rozas. Y es que tras el palo de dar 'un paso atrás', el combinado nacional llamó a la puerta de Luque.
Su momento llegó. Sin prácticamente esperarlo -aunque desde que bajó al Cadete B se ha hinchado a meter goles-, Bruno hizo las maletas y acudió a la llamada de España sub-15. Y allí, en una temporada que apuntaba a ser simplemente 'un año más', todo cambió por completo. Dos golazos y una asistencia que 'llenaron' las redes de la selección con la cara del joven Luque. De nuevo, en lo más alto de la montaña rusa.
Pero el fútbol base siempre te tiene reservado algo. Para bien, mal o regular. Y eso, a los 15 años, Bruno Luque ya lo sabe. No le cogerá por sorpresa. Tras la concentración con la selección, el joven delantero sólo pensaba en regresar con 'su' Cadete B. El pasado domingo fue titular y, aunque no anotó, sumó protagonismo en la victoria (1-0) ante el Juanín y Diego C.D.
Él lo tiene claro. Paso a paso. El orgullo para toda su familia es ver cómo Bruno ha pasado, hasta el momento, por todas las categorías del Sevilla. El futuro dirá. Luque, además, sabe perfectamente que los estudios son lo primero. También inculcado por su entorno. Ahora cursa 3º de la ESO... y se ha 'acostumbrado' a brillar con los mejores de su país. Aunque, ante la montaña rusa del fútbol base, lo mejor siempre fue mantenerse montado. Vendrán altos... y también bajos. Por el momento, apunten su nombre. El futuro dirá.