Buenas noticias: esta semana podemos hablar de arbitrajes (dudosos) y no de agresiones
Tras meses de vergüenza, la paz vuelve al fútbol español, pese a una jornada repleta de polémicas y decisiones controvertidas.

Atención que salta la sorpresa: esta semana no hemos detectado ninguna agresión o insulto grave o episodio bochornoso a los árbitros del fútbol español. Nos hubiera encantado no empezar con ese salta la sorpresa, pero es lo normal en el deporte que nos rodea. Llevamos semanas de agresiones continuas, huelgas por capítulos lamentables para olvidar y un sinfín de incidentes. Como siempre decimos, que no lo hayamos encontrado no significa que no haya existido, pero esperamos que no haya sido así. Como esta vez sí hay buenas noticias que contar, ni siquiera repararemos en recordar sucesos del pasado, aunque sí conviene contar que el colegiado que la pasada semana quedó inconsciente y fue ingresado grave tras la agresión de un padre sigue en observación médica, pero está en planta y fuera de peligro.
Afortunadamente, esta semana podemos hablar de árbitros y arbitrajes. Que, desde luego, han dado mucho de qué hablar. Ya empezó agitada la cosa en el Real Valladolid-Celta de Vigo, donde los aficionados visitantes no entienden cómo el VAR no revisó un posible penalti sobre Alfon por un derribo por detrás de Candela. García Verdura no lo consideró en directo, como sí creyó que el mismo atacante celeste cayó derribado por Hein. En este caso, desde la sala VOR le avisaron de que no eran así las cosas y corrigió desde la pantalla. Los seguidores celestes se preguntan por qué esa disparidad de criterio de ver una y no ver otra cuando ambas resultaron jugadas grises.
El gran incidente de la jornada llegó justo después, en el duelo entre el Mallorca y el Espanyol en Son Moix. Quintero González desde el campo y Del Cerro Grande desde el VAR protagonizaron un partido cargado de polémica en el que se pitaron tres penaltis diferentes (uno anulado tras revisión de monitor) y en el que el Espanyol reclamó uno en el que no intervino el videoarbitraje. Pero el espectáculo que indignó a propios y extraños ocurrió en el tiempo de descuento. Abdón Prats lanzó una pena máxima que detuvo Joan García. Minutos después, el colegiado fue a ver a la pantalla si había existido invasión y así lo consideró. Entre medias se perdieron prácticamente siete minutos, cantidad de tiempo que ni mucho menos se recuperó a posteriori.
🗣️ AUDIO REVISIÓN VAR
— RFEF (@rfef) March 15, 2025
🗓️ Jornada 28 | Primera División
⚽️ @RCD_Mallorca 🆚 @RCDEspanyol | 92'#ArbitrajeRFEF | @CTARFEF pic.twitter.com/6NblMFeSCg
El asunto es que en el audio del VAR publicado por la RFEF, Del Cerro Grande se dirige a su compañero del campo en los siguientes términos: "Mira, Alejandro, te la voy a ir explicando. Es una situación bastante compleja". Precisamente no parecen las palabras adecuadas como para anular un penalti, si nos ceñimos estrictamente a los principios fundacionales de la tecnología de solo entrar en errores claros y manifiestos. Con el reglamento en la mano, es cierto que podrían llegar a tener razón. Un jugador del Espanyol, Kumbulla, invade la semiluna del área en el momento del golpeo, pese a que no tiene ninguno de los dos pies apoyados (se encuentra en el aire). Una jugada rara de base, ya de por sí... El caso es que ese mismo futbolista, sin tocar el balón, acaba molestando a Valjent a la hora de señalar el rechace. Tres tristes tigres toman trigo en un trigal. Igual de enrevesado. El caso es que se mandó repetir, para enorme enfado del Espanyol, que emitió un comunicado oficial lamentando lo ocurrido.
Mientras, Manolo González no daba crédito: "Muy cabreados, nadie lo entiende. Ni él sabía por qué le han llamado del VAR. Le he dicho que se complican la vida ellos solos y él casi que me ha dado la razón. Nos dice que un jugador nuestro entra en el penalti. Tenemos que entrar saltando cuando hay un penalti. Nadie lo entiende, incluso los jugadores del Mallorca tampoco lo entendían. No quiero hablar más". El resto de la jornada en Primera División acordó una tregua, que tampoco viene mal. Aunque el Barça reclamó mano en el segundo gol del Atlético de Madrid y razón no les faltaba, pero habían pasado demasiadas cosas como para que se rearbitrara. El botón de rebobinado tiene que tener un límite.
El lío de Albacete y Cervera
Moreno Aragón no tuvo un partido fácil en el Carlos Belmonte, pero tampoco puso de su parte. Expulsó a tres futbolistas por roja directa en la primera mitad, señal inequívoca de que se le fue algo de las manos. La primera roja fue a Kofane, a los 23 minutos, por soltar el codo. Se podría haber evitado. La segunda, más merecida, se la llevó Pacheco después de juntar los brazos en señal de estar esposado, como si les estuvieran robando el partido. El caso es que lo hizo durante un par de segundos y a espaldas del colegiado, pero este o lo vio o le avisaron y tomó la solución más drástica. Quién sabe si la tercera expulsión fue consecuencia de las otras dos. Izan Merino cayó dentro del área y golpeó con su pierna en la cabeza de Pepe Sánchez. No pareció haber voluntariedad alguna, pero quizás sintió remordimiento y malinterpretó un lance del juego como una agresión.
La rajada de la semana la ha protagonizado Álvaro Cervera, muy molesto con el arbitraje de Fuentes Molina en la derrota del Tenerife ante el Racing de Santander por dos goles a uno en El Sardinero. Su testimonio empezó así de tajante: "Pido a la gente de Tenerife, si puede, que vea el segundo gol. Lo digo así, públicamente. Que vea el segundo gol y pare, como yo he parado antes de subir a la rueda de prensa, cuando el jugador del Racing cae y vea lo que hace el árbitro. El árbitro se lleva el pito a la boca y va a pitar. No pita, y luego viene el segundo gol. Le llaman desde el VAR y no cambia la decisión. No sé vosotros, pero es una cosa que yo no he visto en mi vida. A nosotros nos ha pasado. No me estoy metiendo con nadie, solo estoy dando mi opinión".
En este caso, considera que la expulsión no fue justa y reclama que un gol en contra debió ser anulado por una falta de Aitor Sanz a Karrikaburu. Y entonces lanza: "Hace dos semanas sacaron una pancarta para pedir respeto. No sé qué respeto. El respeto es para todos en el fútbol. Yo no me pongo en la pancarta si no se ponen en la mía. Yo quiero respeto por mi equipo, por mi ciudad y mi club. Mientras no lo tenga no me voy a poner detrás de ninguna pancarta. Estoy enfadado y se me nota enfadado. El respeto en el fútbol es para todos, no para unas personas que van vestidos de otro color. Siento que hoy a mí no se me ha tratado justamente". Lo cierto es que la jugada deja dudas, muchas dudas. El colegiado dice que es una acción fortuita, pero eso no exime de que pueda tratarse de falta. Puede eximir, por ejemplo, de la interpretación de que sea una caída voluntaria para lesionar a un rival, claro, por eso no debe amonestarlo. Pero falta... Aquí hablan las imágenes:
🗣️ AUDIO REVISIÓN VAR
— RFEF (@rfef) March 16, 2025
🗓️ Jornada 31 | Segunda División
⚽️ @realracingclub 🆚 @CDTOficial | 86'#ArbitrajeRFEF | @CTARFEF pic.twitter.com/jUR3IfM3Wg
Una rotunda reflexión que evidencia que, efectivamente, las decisiones arbitrales nunca van a contentar a todo el mundo. Es más, lo más normal es que todas las jornadas hay un sinfín de polémica, algo que forma parte de la sustancia del fútbol. Qué sería de este deporte si no hubiera ese debate sano sobre qué es lo que se debería haber pitado. Y claro que va a haber enfados y algún que otro descalificativo. Pero no debe dejar de ser un lugar seguro. Lo que ha sido esta semana en todo el fútbol español (esperamos), pese a la conversación abierta, la explosiva queja de Cervera y los múltiples líos. Javi Poves, como siempre, supuso la excepción, llamando "hijo de puta" repetidas veces al asistente, lo que le supondrá probablemente ocho partidos de sanción.