FC BARCELONA

El camino de Araujo hacia la élite: entre pelotas de tenis y cientos de horas extra en Uruguay

El entrenador que le hizo debutar en Boston River revela cómo fueron sus inicios.

Ronald Araújo durante la celebración del título liguero del Barça./AFP
Ronald Araújo durante la celebración del título liguero del Barça. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

"Somos un país pobre y chico. Acá en Uruguay vendemos vacas y jugadores nomás", comenta el Turco Apud, entrenador de Boston River. Es la segunda etapa del técnico en el club. En la primera hizo debutar a un joven Ronald Araujo y le terminó de pulir para acercarle a la élite. Aquel central que había sido también delantero y mediocentro necesitaba "muchísimo trabajo". Tuvo que nadar a contracorriente para convertirse años después en uno de los defensores más infranqueables del planeta.

Araujo acaba de levantar su primer título de Liga, el tercer trofeo de su palmarés tras la Supercopa de este curso y la Copa del Rey de 2021. El charrúa eligió cambiar el camino que el destino le tenía reservado. No estaba entre los mejores de su generación, no asistía a la selección en categorías inferiores y los pies no respondían al mismo de nivel de ambición que demandaba su cabeza. Su humildad y capacidad de aprendizaje, cuenta Apud, le dieron el billete para cruzar el charco en dirección a Barcelona.

Un día, el dueño de Boston River le pidió al Turco Apud que fuera a ver a un corpulento central porque estaba interesado en comprarlo. El técnico dio el visto bueno. "Lo trajimos para el equipo y empezó a trabajar con nosotros. Vimos que era un jugador que estaba virgen, que le faltaba muchísimo trabajo", recuerda el entrenador. No sería un problema.

Siempre pedía horas extra de entrenamiento

"Había que trabajar mucho con él y dedicarle mucho tiempo. Nos sorprendió porque su capacidad de aprendizaje era muy rápida", explica el Turco, con una dilatada experiencia en los bancos uruguayos. "Además tenía una voluntad de hierro y se quedaba todo el tiempo a trabajar, siempre pedía trabajo extra", añade. En este punto, Apud decidió que su asistente, Rubén Silva, sería el apoyo que impulsaría a Araujo. A su lado también estuvieron Federico Blanco y Diego Labrucherie. El camino de Ronald ya lo habían comenzado a labrar Fernando Arévalo en categoría juvenil o Sergio Cabrera en Rentistas.

El Araujo que desembarcó en Boston River no era un futbolista optimizado. En Uruguay, las selecciones nacionales inferiores se concentran tres días a la semana. De esta manera, los bloques crecen juntos desde pequeños y el aprendizaje colectivo es más fácil. Los resultados de la selección mayor se cultivan desde muchos años atrás. Fue una de las medidas propuestas por el Maestro Tabárez. Fede Valverde o Bentancur, por ejemplo, comenzaron a formar parte de La Celeste en etapa Sub-15. "El gran proyecto que armó de jugadores de selecciones nacionales juveniles nos llevó a que hoy tengamos jugadores de primer nivel en todas las ligas", comenta el técnico.

A contracorriente con la selección

Ronald, sin embargo, no debutó con la selección hasta en categoría Sub-20, en 2019, un poco antes de volar hacia Barcelona. Para paliar ese déficit, Rubén Silva, que guarda el récord de su país de ser campeón de liga durante tres temporadas consecutivas en tres equipos distintos, puso a prueba su capacidad de aprendizaje. "Las ganas y la perseverancia que tiene para mejorar lo llevó a que rápidamente estuviera a primer nivel. Porque si es por el proceso juvenil que tuvo no hubiera llegado a donde llegó", explica el Turco.

Cuando terminaban los entrenamientos, Ronald se iba a buscar a Rubén y le decía que quería trabajar más. Y así, día sí y día también, Araujo comenzó a mejorar. No había día de descanso. Los entrenamientos extra podrían durar entre media hora y una hora entera. A diferencia de La Masia, allí el balón no era la prioridad. Entonces, el estado de las canchas no invitaba a que lo fuera. "Cuando llegó al club a veces le costaba hacer el trabajo de coordinación con el preparador porque no lo había trabajado mucho. Lo empezamos a trabajar y, como cualquier registro, en una o dos semanas ya lo dominaba a la perfección", reconoce el Turco. "Marcar en el uno contra uno, bajar el centro de gravedad, la técnica de marca, el doble ritmo en el cabezazo...", fueron los conceptos trabajados.

"Si hay una cosa que tiene es una gran capacidad para aprender rápido"

Turco Apud Exentrenador de Araujo en Boston River

Ramon Planes fue el descubridor de Araujo en Uruguay. Cuando los ojeadores del Barça se presentaron en la cancha de Boston River, el Turco les fue franco. "Si hay una cosa que tiene este jugador es una gran capacidad para aprender rápido. Si ustedes le llevan al filial, en seis meses o un año puede estar en el primer equipo perfectamente", les dijo. Tardó diez partidos en debutar con el Barça B. Luego, su proyección fue imparable.

De hecho, García Pimienta, su técnico en aquel entonces le describió de la misma forma. "Era una esponja. Nunca se cansaba de atender explicaciones y su capacidad de aprendizaje, de interés, sorprendió a todos", comentó a su salida del Barcelona el técnico que ha logrado el ascenso a Primera con Las Palmas.

Cuando llegó a Barcelona, Araujo no rebajó el nivel de exigencia. El uruguayo se iba a entrenar solo por las tardes a la ciudad deportiva para mejorar su toque de balón. En su casa, entrenaba con pelotas de tenis para agudizar su pulcritud. Y la recompensa le va llegando. Durante esta Liga ha logrado sus mejores marcas en pases progresivos, pases hacia el último tercio de campo o cambios de juego. En defensa es un central honesto, pero también saca la garra charrúa de los Godín, Giménez o Lugano cuando va al corte. Esta temporada sólo le han regateado en tres ocasiones.

Araujo le roba un balón a Vinicius en un Clásico. AFP
Araujo le roba un balón a Vinicius en un Clásico. AFP

El Turco Apud sigue viendo en Araujo los detalles defensivos que durante tantas horas extra trabajaron. En Boston River comenzó a convertirse, a fuego lento, en uno de los mejores centrales del mundo. O, sin ir más lejos, en uno de los pocos que ha sido capaz de descifrar el gambeteo de Vinicius. Araujo elevó el techo de su carrera a base de trabajo.

Bajo la tutela de Xavi, siguió mejorando su fútbol. Si bien la temporada pasada algunos equipos decían flotarle para poner a prueba su salida de balón, durante este curso ha subido varios escalones en cuanto al trato del esférico. "Lo que siempre nos sorprendió de Ronald fue la gran humildad que tenía él para conocer sus debilidades y tratar de mejorarlas", revela su exentrenador. En el destino de Araujo no estaba escalar hacia el mundo de las estrellas. Con humildad y trabajo construyó su propia escalera hacia lo más alto.