Que un canterano juegue en el Real Madrid es (casi) imposible
![Sergio Arribas celebra un gol con el primer equipo del Real Madrid./EFE](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202307/14/media/cortadas/arribas-real-madrid-RBZYDnDqVNCwQZJkmsIrtLO-1200x648@Relevo.jpg?w=569&h=320)
La visión del aficionado medio del Real Madrid es muy diferente a la del directivo que desde Valdebebas trata de cumplir los objetivos que se marca el club. Uno puede ver viable gastar 100 millones en Kolo Muani, pensar que Bellingham ha sido demasiado caro o haber ojeado a un lateral del Villaviciosa de Odón que va a convertirse en el nuevo Marcelo. Todos sabemos mucho de fútbol. Nada más lejos de la realidad, el objetivo desde los jardineros hasta los mandamases es el de cualquier otra empresa: buscar la mayor rentabilidad deportiva y (sobre todo) económica. Y en eso se manejan mejor que la mayoría.
El mejor ejemplo lo encontramos en la cantera. Cualquiera que lea este texto y haya seguido lo más mínimo a los diferentes equipos de las categorías inferiores ha encontrado en uno de los chicos su debilidad. ¿Quién puede negarlo si incluso el mismísimo Alfredo Di Stéfano se enamoró del juego de un descarado y pelilargo Parejo? Llegó a amenazar con no volver a pasar por la Ciudad Deportiva si el de Coslada no triunfaba de blanco. Casi nada. Imagínense ahora lo difícil que es para un chaval llegar al primer equipo que ni uno con el talento de Dani, y bendecido por una de las mayores leyendas de la historia del club, pudo hacerlo.
Esa resignación se respira en los campos de entrenamiento de Valdebebas. Los niños mantienen la ilusión de llegar a triunfar en el Bernabéu, pero se va apagando a medida que crecen. El ascenso de categoría convierte el juego en un trabajo. El disfrute en supervivencia. La aspiración de marcar un gol junto a Courtois o Vinicius en tratar de ganarle el puesto a mi compañero en la posición porque, si no juego, el año que viene pueden echarme.
"Es imposible llegar al primer equipo". Una frase que suena a menudo en las gradas de Valdebebas. Desde los trabajadores del club hasta los padres de los chicos son conscientes de esto, aunque alguno quiera ver en un juvenil como Álvaro Rodríguez un titular ante la marcha de Karim. El objetivo se va haciendo cada vez más pequeño y un selecto grupo de privilegiados triunfa consiguiendo uno o dos años en el Castilla. Más que suficiente. "No sabes lo que genera esta camiseta, que jugando en Primera Federación te llaman Primeras", comenta un agente de un futbolista del filial con atino. A partir de cierto momento, la prioridad pasa a ser llegar al profesionalismo, y el Castilla te acerca mucho.
Siempre hay casos más difíciles de entender que otros. El de Sergio Arribas, por ejemplo. Un chico que ha marcado 37 goles entre las dos últimas temporadas sin siquiera ser delantero y que apenas ha gozado de un puñado de minutos en Primera. Los reclamos constantes de los habituales al Di Stéfano no han dado resultado. La llegada de un tal Güler le cerraba definitivamente la puerta, a pesar de que en un primer momento se barajó la opción de que completase la pretemporada... Antes que él, Latasa, Víctor Chust, Antonio Blanco, Seoane o Raúl de Tomas tuvieron que buscar acomodo fuera.
Pero, por muy difícil que parezca, existe un camino. Dos, para ser más exactos. El primero, el más difícil, lo recorrieron Achraf, Mariano, Morata o Jesé. Rompieron el muro y gozaron de una oportunidad en la primera plantilla nada más salir de la cantera. Para ello, se tienen que mezclar muchos ingredientes: un talento superlativo, un déficit en la posición, una situación económica favorable...
El segundo, más habitual, tratar de triunfar fuera a un nivel tal que la directiva se fije en ti. Fran García o Joselu, más veterano, han sido los últimos en conseguirlo. Este, eso sí, cuenta con un problema, y es el control que ejerce el club sobre sus jugadores. No sólo te obligan a marcharte bajo sus condiciones, sino que ellos deciden también cuando lo haces. Que se lo digan a Peter o a Rafa Marín, a los que se les ha cerrado la puerta en más de un mercado al considerar que debían cumplir un año más en el Castilla.
Álvaro Rodríguez, Nico Paz o Mario Martín son los próximos que tratarán de romper el muro. Ocuparán portadas, desatarán el furor en las redes y se hablará de ellos como si fuese la nueva Quinta del Buitre. Calma. Las apuestas están en su contra. Los precedentes invitan a pensar que no llegarán. Y en cualquier caso, un Erasmus es su mejor baza. No se engañen: jugar en el Real Madrid para un canterano es (casi) imposible.