Utrera lamenta la ausencia en el Benito Villamarín de Ceballos, el 'Dani-Nike' al que vieron crecer: "Le picabas y decía: 'Soy el mejor y lo voy a demostrar'"
Relevo se acerca al pueblo natal del centrocampista español, que se perderá un importante tramo de la temporada. No podrá volver al estadio verdiblanco el próximo sábado.
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No son máquinas. Aunque -todos- nos convenzamos de que sí, no lo son. Los futbolistas son personas. Personas que tienen sus buenos y malos momentos, sus mejores y peores decisiones, sus zonas de confort, su 'sitio' para volver a conectar con aquello que les hace felices... su humanidad. A veces cuesta ver estas actitudes, por la burbuja en la que se adentran los jugadores de élite, pero si escarbas sigue estando ahí. Es el caso de Dani Ceballos.
Acaba de recibir uno de los varapalos más importantes de su carrera. Una nueva lesión muscular, pero esta vez en el momento menos indicado. En la temporada que se sentía relevante en todo un Real Madrid, justo después del verano que más cerca estuvo de regresar a su querido Betis... y con el sueño de volver a la Selección en el horizonte. Tendrá que levantarse de nuevo Ceballos, que vive su lado más personal en Utrera, el lugar donde nació y se crio.
Allí en el pueblo, tanto Ceballos como su familia -la cual sigue viviendo en Utrera- es muy conocida. Aquel chaval que maravillaba con la redonda desde que tenía apenas cinco años ha conquistado Europa de la mano del Real Madrid, pero sus formas siguen siendo idénticas. "Veo al mismo que veía en prebenjamines, se sabía que iba a llegar", cuenta a Relevo Carlos Bossio, entrenador de Dani en dos etapas.
Su historia con Utrera y el fútbol comenzó pronto. La Escuela de Fútbol de Utrera le abrió las puertas, como a cada niño del pueblo, muy pronto. Manolo Gavín, gallego de nacimiento y director, ya le veía algo distinto a todo lo anterior. "Reyes y Dani fueron algo distinto. Un talento innato, que no se trabaja, diferente y superior al resto. Muy superior", recuerda en Relevo. Allí fue Bossio su primer técnico, justo antes de que pusiera rumbo a la cantera del Sevilla. "Nunca había visto un futbolista hacer esas cosas con esa edad".
Ya desde bien pequeño tenía esa personalidad imponente. Esa confianza en él que siempre le ha destacado. Tanto que, como recuerda Carlos Bossio, iba con una camiseta personalizada a su manera. "Se ponía una con el número 5 que ponía 'Zidani'".
En el Sevilla se curtió, pero una serie de lesiones, acompañadas de un cambio físico que se dio más tarde, provocó su salida. Eso sí, a Ceballos le dio tiempo para dejar una de las mejores anécdotas y que más le definen: el famoso 'Dani Nike'. Varios testigos de aquello relatan que el utrerano, en edad infantil, sorprendió a todos rapándose un logo 'Nike' en la cabeza tras ganar un torneo con el nombre de la marca. "Siempre tuvo esa 'rebeldía' y carácter", cuenta un viejo conocido del centrocampista en esas edades. "Era talento puro", comenta otro de los que ya le seguían la pista durante aquellos años.

Pero tras su salida del Sevilla, llegó su vuelta a la normalidad. Su marcha de la cantera nervionense no fue fácil, aunque desde allí le dieron un 'hasta luego'. En ese momento, Antonio Ceballos dio un paso al frente que marcó la carrera de su hijo. "Fue, desde mi punto de vista, el gran revulsivo y apoyo. Cuando el Sevilla decidió prescindir de Dani para que se viniera al Club Deportivo Utrera, yo personalmente hablé con el padre, que en aquel momento tenía un puesto de churros allí enfrente de la Plaza de los Salesianos. Y recuerdo estar hablando y decirle, 'Mira, esto le puede pasar a cualquiera. Los equipos son muy exigentes, pero que el niño tiene talento, tiene la moneda en la mano, solo hace falta que encuentre a alguien para cambiarla'. Y el padre todo el tiempo, '¿Qué necesita el niño?'. La disponibilidad del padre tremenda. Lo primero que necesitaba era recuperarlo. Le buscamos un fisio, David Pérez Caro, y que esté en esa disposición de poder volver a entrenar con normalidad con el resto de futbolistas de la plantilla. Quizá la disponibilidad y el querer afrontar la realidad del padre ha sido el gran input que Dani Ceballos necesitaba para tener la clarividencia de poder volver a ser futbolista como lo es en el día de hoy. Porque en esa circunstancia, muchos jugadores que el Sevilla y el Betis prescinde de ellos, terminan jugando en juveniles de cualquier equipo de barrio... y si te he visto no me acuerdo", recuerda Manolo Gavín.
Ya en el segundo año y de nuevo con Carlos Bossio, con quien quiso quedarse y evitar regresar a un Sevilla que no terminaba de apostar, pasó a defender la camiseta del Utrera -que acabó ascendiendo a Primera Andaluza Cadete-... pero no iba a ser sencillo. "Él era consciente que conmigo había que correr. Yo sabía perfectamente que era el mejor, el que más talento y fútbol tenía, pero necesitaba que diese más", recuerda el técnico. "Calidad técnica tenía lo más grande, ¿sabes lo que te quiero decir? Necesitaba el trabajo físico y él, al cabo de los años, ahí está".
Y es que pese al ascenso "no fue un año fácil. Él jugaba al tenis, no entrenaba muy fino... y él sabía cómo yo era. Soy una persona bastante disciplinada, y si tú no trabajas, no puedo dejar a un compañero que sí lo haga en el banquillo, aunque él fuese el mejor. Yo soy de los entrenadores, como se suele decir, saboríos", recuerda Carlos Bossio.
"Salió con el Nervión, que era el equipo fuerte porque reunía descartes de Sevilla y Betis, y teníamos que ganar sí o sí porque se nos iban a doce puntos. Yo siempre comentaba las alineaciones con mi segundo, Dani, y le dije 'Si queremos reventar este partido, si aguantamos el primer tiempo, sacamos a Dani y tenemos mucho que ganar'. Salió, expulsó al central, dio una asistencia, falló un penalti... o sea, revolucionó el partido. Quedamos 1-2 y podíamos haber quedado 2-4, pero era él el que revolucionaba un partido y el que le daba ese plus al equipo. Te hablo de eso igual que te digo el día de San José o te puedo decir algún partido más. Además, claro, le picabas el corazón y él decía 'Aquí yo soy el mejor y ahora lo voy a demostrar'", relata Bossio añorando el recuerdo de un futbolista distinto.
Acabaron ascendiendo y el Betis apostó por Dani Ceballos. El resto es historia, pero la última anécdota que dejó el utrerano en el campo de su pueblo natal no la olvidará jamás Carlos Bossio. Después de un año complicado, le demostró a su técnico que se trataba de un jugador de otro nivel. "Ya habíamos ascendido, el último partido le ganamos al Betis en la ciudad deportiva 1-2. Y ya en el último entrenamiento, decidí que hicieran lo que quisiesen. Que jugaran un partidillo, y yo me senté en el banquillo. Dani se acercó... y me dijo 'Te hemos hecho pasar un mal año, pero al final ha merecido la pena', y se puso a charlar conmigo. Él se da cuenta de eso y se sienta, y para mí eso, después de ser un chaval con 15 o 16 años, que te llama al Betis, que vas a salir de allí y que reconoces esas cosas... tenía una cabeza diferente", recuerda el técnico. "Hay muchos con talento, pero con esa inteligencia futbolística y táctica desde prebenjamines, sólo él y Reyes", remata Manolo Gavín.
Una charla de pura Utrera. De puro fútbol. De puro Dani Ceballos, el 'Dani Nike' utrerano que se mostró al mundo con el Betis y conquistó Europa de la mano del Real Madrid. El talento innato que supo gobernar su cabeza y anteponerse a todo lo oscuro del fútbol. El jugador que dejó escapar el Sevilla y acabó triunfando con la camiseta de las trece barras. Dani y su sitio. Su pueblo. Su refugio.