GIRONA FC

La charla de Míchel que cambió la temporada del Girona y le hizo soñar con Europa

Una conversación con los capitanes fue clave para cambiar el rumbo del equipo.

Míchel durante el partido del Girona en el Camp Nou./AGENCIAS
Míchel durante el partido del Girona en el Camp Nou. AGENCIAS
Jordi Cardero

Jordi Cardero

En una de las pancartas más icónicas de Montilivi se puede leer "Míchel Català". Tiene su punto irónico, pero es la mejor definición de lo que representa el entrenador para Girona y para el Girona. Llegó en verano de 2021, cuando el equipo estaba en Segunda División. Dos años después, ha estado cerquísima de plantarlo en Europa. Míchel ha sido el arquitecto de un equipo de autor que ha conectado con la grada y la ciudad.

Durante la temporada, Míchel fue repitiendo que el objetivo era sumar 53 puntos. Los necesarios para convertirse en el mejor Girona de la historia y entrar en Europa. Precisamente fue con esta cifra con la que Osasuna se clasificó para la Conference League. "Haremos un gran año", dijo al vestuario en una de sus primeras charlas de la temporada. Tenía razón.

El verano fue muy movido en Montilivi. El teléfono de Quique Cárcel, el director deportivo gironí, hizo cientos de llamadas para finalmente cerrar más de una decena de traspasos. Los catalanes incorporaron a futbolistas en todas sus líneas. Quedó un equipo joven, con poca experiencia en Primera. Pero acertó de lleno seleccionando a sus piezas estructurales. A los Santi Bueno o Aleix García, que cierran un gran año, se les sumaron nuevos jerarcas: Oriol Romeu, David López, Taty Castellanos o Tsygankov, posiblemente el mejor fichaje invernal de la competición.

El inicio de temporada no fue nada fácil para el Girona. Míchel tenía la espina clavada de no haber podido hacer buenos años en LaLiga. Había ascendido con Huesca y Rayo -su Rayo-, pero no pudo completar ninguna de las temporadas en la élite. Y en Montilivi aparecieron los mismos fantasmas a principio de temporada.

Los capitanes pidieron a Míchel rediseñar el camino

Entre septiembre y octubre, el Girona encadenó siete partidos sin ganar. Antes del parón mundialista, los capitanes se reunieron con Míchel para analizar la situación del equipo. La plantilla consideraba que se estaban tomando demasiados riesgos en la construcción de la jugada desde la portería. El Girona era un equipo demasiado amable. Era bonito de ver pero le faltaba colmillo.

"Es un loco de intentar generar superioridades. Intenta atraer a gente atrás para empezar con superioridad. Si te presionan con tres, mete a cuatro. Si te presionan a cuatro, mete a cinco o a cuatro más el portero. Más de una vez hablamos de eso, de no construir tanto. Pero es un loco, un loco tácticamente. Es un poco Guardiola en ese sentido", comentan desde el vestuario.

"Es un loco tácticamente, es un poco Guardiola"

Fuentes del vestuario sobre Míchel

Al conocer la opinión del vestuario, Míchel no se echó atrás. Introdujo matices pero no cambió sus ideas. En invierno, además, llegó un cambio en la portería: Gazzaniga sustituyó a Juan Carlos, el portero del ascenso. Otro fue el cambio de rol de Arnau Martínez, que abandonó la banda para pasar a jugar como centrocampista cuando el Girona tenía el esférico. En el Santiago Bernabéu llegó el cambio de chip.

"El problema es que no miramos a la historia y pensamos, por la juventud que tenemos, que estamos de paso. Aquí, en el Bernabéu, ya ganó el Girona. Vuestro crecimiento no va a estar en el error, estará en que te duela perder con el Girona. Hay que llegar a jugarse la vida en cada partido, en cada entrenamiento, en cada acción", dijo el entrenador antes de visitar la casa del Real Madrid. El Girona regresó a Catalunya con un valioso empate. Luego encadenó cinco victorias consecutivas. En el partido de vuelta el Taty protagonizó una de las noches más recordadas con su póker a los blancos.

Tras la victoria en el derbi catalán, tranquilidad

La victoria del Girona ante el Espanyol en la jornada 27 fue un impulso hacia la salvación. Los de Míchel terminaron la temporada sin sufrir y soñando con Europa. Para mantener el hambre del vestuario, se inventaba pequeños retos antes de cada encuentro, como por ejemplo no haber ganado nunca a algún equipo en Primera o no haberlo hecho nunca en alguno de los estadios.

Y así llegó el Girona a soñar con Europa. Se quedo muy cerquita a pesar de no haber ganado en los últimos cuatro partidos. Le faltaron dos goles en El Sadar para competir en la Conference League. Será otro verano movido en las oficinas de Montilivi. Algunos jugadores terminarán el periodo de cesión y algunos grandes del continente ya acechan a varios de sus jugadores estrella. Aleix Garcia, uno de ellos, seguirá como gironí.

El Girona tiene la tranquilidad de que su estrella seguirá. Míchel renovó la semana pasada hasta 2026. El club se lo propuso independientemente de qué sucediera en la última jornada. Y ese es el mensaje más potente. La hoja de ruta la dibuja Míchel, su proyecto de autor va alcanzando cada vez cotas más altas.