REAL MADRID 3-BARCELONA 1

Las cinco victorias de Ancelotti

El triunfo en el Clásico es la última pica clavada por el técnico. Tiene más éxitos: Lunin, Valverde...

Ancelotti da instrucciones a Vinicius en el Clásico. /GETTY
Ancelotti da instrucciones a Vinicius en el Clásico. GETTY
Sergio Gómez

Sergio Gómez

Si un entrenador sueña con el partido cuando lo está diseñando en su pizarra, la fantasía de Ancelotti no se alejaría demasiado de lo que sucedió en el Clásico del Bernabéu. El Real Madrid se encontró en el minuto 34 con un escenario privilegiado, un 2-0 en el marcador y el Barça preguntándose qué demonios había sucedido. Porque el balón comenzaba a ser azulgrana, pero los zarpazos acabaron siendo blancos.

La falta de firmeza de la defensa del Barça fue una de las claves del desequilibrio en el encuentro. La otra, la buena lectura del partido que hizo Ancelotti. Si Xavi salió del Bernabéu señalado por decisiones cuestionables (como la de la titularidad de Sergi Roberto) o su inmovilismo con el estilo, Ancelotti salió a hombros por su buen planteamiento. El italiano insiste en que tener una sola identidad de juego no es lo más indicado y su Madrid es fiel reflejo de ello. En el Clásico combinó periodos de toque, con olés del público, con un fútbol de velocidad y contragolpe. El Madrid ganó y Ancelotti se anotó una nueva victoria: la recuperación del liderato. Pero no es la única...

Lunin

Cuando la ciatalgia de Courtois pasó de ser "una leve molestia" a convertirse en un serio problema, el madridismo se preocupó. No poder contar con un centinela como el belga, salvador en muchos tramos de la temporada pasada y pilar de la Decimocuarta, era motivo para ello. Ancelotti, en cambio, sacó a pasear su buen manejo del vestuario y se volcó en Lunin.

No es sencillo para un portero del Madrid pasar de jugar sólo cinco partidos en dos años a hacerlo de forma continua, pero Carletto ha conseguido engancharle. Con charlas y arropándole bien atrás. Contra el Getafe dejó la portería a cero del equipo por primera vez en toda la Liga. Nada pudo hacer en el tanto de Ferran. "Jugar el Clásico es algo inexplicable. En estos momentos soy la persona más feliz del mundo", declaró al finalizar el choque un portero que es tan frío como profesional.

Lunin, durante el Clásico.  GETTY
Lunin, durante el Clásico. GETTY

Charla antes del Clásico

Ancelotti no es amigo de abrumar a la plantilla con charlas donde rebosan conceptos tácticos y complejas indicaciones. Mensajes claros y sencillos. Como el que, según pudo saber Relevo, les dio antes de salir a disputar el Clásico. El italiano pidió al equipo estar compacto para evitar juego entre líneas y encomendó a Kroos y Tchouameni una misión especial: estrechar la vigilancia a Frenkie de Jong y Pedri. Una tarea que llevaron a cabo con diligencia: ninguno de los dos jugadores azulgrana se sintió cómodo, acabaron ahogados. El francés se mostró seguro; el alemán, intratable.

Kroos salió a hombros del Bernabéu. Está atravesando el mejor momento de forma de los últimos años y parte de ese mérito hay que apuntárselo también a Ancelotti. Está dosificando a su centro del campo de forma extraordinaria para tener tanto al alemán como a Modric, ya con 36 años, en perfecto estado. Kroos es uno de los ojitos derechos del entrenador, que despeja balones cuando se le pregunta sobre si le ha pedido a Toni que renueve (acaba contrato en junio): "Sabe perfectamente lo que pensamos todos; yo, sus compañeros, el club... no necesitamos empujarlo a nada. Es un profesional y le gusta tanto el Madrid, que decida lo que decida estaremos contentos".

Fede Valverde

Aunque fue Zidane quien comenzó a abrillantar a Fede Valverde, es Ancelotti quien le está sacando la versión más determinante. Le alterna como interior o como atacante por la derecha, pero en realidad el uruguayo lo es todo. Hasta lateral. Un jugador expansivo que, además ahora, ha sumado poder goleador. Y eso ha sido gracias a Carletto y su forma casi paternal de manejar un vestuario.

Hace semanas, el entrenador reveló que hizo una apuesta con el 'Halcón': "Si no marcas al menos diez goles por temporada, yo rompo mi carné de entrenador". En el Clásico volvió a marcar y ya lleva cinco tantos, más que en las dos últimas temporadas juntas...

Valverde celebra su gol al Barça.  GETTY
Valverde celebra su gol al Barça. GETTY

El 'multiestilo' del Madrid

El Real Madrid viste pieles muy distintas a lo largo de una temporada. Incluso en un mismo partido. Y esa es una virtud que le ha inoculado Ancelotti. Un estilo variable que le está reportando unos réditos extraordinarios. Arrigo Sacchi, su entrenador en el Milán, retrató hace años a su pupilo de la siguiente manera: "Su mejor cualidad es que es camaleónico. Juega diferente dependiendo de los jugadores que encuentra". Y ahora maneja una plantilla de una versatilidad enorme, que se adapta al toque y a la corneta.

El Clásico fue una muestra de esa variedad de caras. Propició, primero, las circunstancias perfectas para generar espacios y derrumbar al rival cogiéndole la espalda y aprovechando sus errores defensivos. Invitó al Barça al ataque y accionó la trampa. Ya en la segunda parte, hubo tramos de combinación que sacaron los olés de la grada. En varios partidos de esta temporada ha dejado ese sello. Como en la noche contra el Celtic, donde Hazard abrochó el gol tras una secuencia de hasta 33 pases ininterrumpidos.

El ambiente en el vestuario

Si el carácter camaleónico es lo que determina el estilo de Ancelotti, su temperamento tranquilo es el que ha instaurado en el vestuario del Real Madrid un clima tan estable como positivo. "He tenido un padre calmado, que nunca se enfadaba; he tenido una profesora tranquila; he tenido entrenadores también tranquilos, por ejemplo Liedholm... Yo tengo esto", dijo a ESPN en la previa del Clásico. Esa actitud, impermeable a la gasolina, favorece los éxitos (Liga, Champions y Supercopa la temporada pasada) y la extinción de incendios.

Casos como el de Bale, Isco, Asensio o Hazard serían bombas de relojería en manos de un TEDAX impetuoso. En cambio, Ancelotti los ha manejado (y los maneja) con naturalidad. "Enfádate con el entrenador, no con la persona", les suele decir a los implicados. Esa delimitación de roles desde la paz favorece la buena salud del equipo. Mental y deportiva. Algo de lo que presume este Madrid de Ancelotti.