El ojo clínico de Walter Pandiani, la fe de Martín Posse y "18 llamadas" un verano sacaron del anonimato a Ramon Terrats: "Es un caso único"
El mediocentro ha caído de pie en Getafe y marcó dos goles en Pamplona para acercar a los de Bordalás a Europa.

Uno de los protagonistas de la última jornada de LaLiga ha sido Ramon Terrats, barcelonés estudiante de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de 24 años que acercó al Getafe a Europa con sus dos goles en El Sadar y que nació a 50 metros del campo del Europa, uno de los fundadores del campeonato en 1928, y quien además tiene una historia única entre los futbolistas de Primera; porque el socio del Espanyol número 6.031 nunca jugó en la máxima categoría del fútbol base y comenzó en Tercera División, pero ahora mismo es uno de los centrocampistas de moda desde que aterrizó en Getafe, un fichaje exprés en la tarde del 3 de febrero, al límite del cierre del mercado invernal.
Porque Terrats, que no acababa de tener demasiados minutos (215) por la exigencia de un Villarreal que quiere pelear un puesto en la Champions, recibió una llamada a las 18:30 mientras estaba con su pareja en su piso de Castellón. El mensaje era claro: se iba cedido al Getafe. Por lo que cogió el coche, hizo la maleta, acudió a la ciudad deportiva a por los enseres y se marchó rumbo a Madrid. Y recibió otra llamada, esta de José Bordalás, que quería darle la bienvenida y preguntarle si al día siguiente podía estar disponible para jugar el Atlético-Getafe de Copa. Y claro que estuvo, porque sin apenas entrenar, jugó los 90 minutos. El comienzo de una historia de confianza que está catapultando al mejor Terrats: seis partidos, seis titularidades y dos goles. Y un Getafe en crecimiento capitenado por un jugador que ha caído de pie en el vestuario y que vive un sueño tras una carrera deportiva distina. "Es un caso único", dicen los que la conocen.
Su primer gol fue al Barça y era lateral hasta que Pandiani lo descubrió
Con apenas cuatro años, Ramon siguió los pasos de su hermano Tomás y se apuntó a la escuela de fútbol del Europa, en pleno barrio de Gràcia de Barcelona. El fútbol le corría por las venas por su padre, Juan, quien escribía cróncias deportivas en El Periódico, y también le transmitió su amor por el Espanyol. El destino quiso que el debut de Terrats, con siete años, fuera ante el FC Barcelona en un partido que acabó 3-1 para los azulgrana con gol del propio jugador zurdo. Se lo marcó a Paul Salvans, portero de aquel Barça que acabó de delantero en el Espanyol y ahora juega en la UE Olot. Esa es otra historia. Lo cierto es que Terrats, que jugaba de lateral izquierdo, vio como en infantil no confiaban demasiado en él porque era "bajito" y creían que no debía estar en los mejores equipos, por lo que quedó relegado hasta que se cruzó en su camino Walter El Rifle Pandiani, que demostró tener un buen ojo clínico.
"Pandiani se hace cargo del Juvenil A, que no iba demasiado bien. Ramon estaba en el C. Y cuando lo ve entrenar dijo que él se subía a este chico. Lo puso de central y e hizo un buen año... Y llegó la Damm", explica uno de las personas que conocen la historia del mediocentro. Ir a la Damm era un salto, la puerta para jugar por fin en División de Honor aunque comenzase en el B, que milita en Liga Nacional. El Espanyol había fichado a Mario Gila -que luego pasó por el Real Madrid y ahora milita en el Lazio- y la Damm lo reemplazó con Terrats. Pero tras el primer año, el Juvenil A desciende, por lo que Ramon sigue sin poder medirse a los mejores equipos de Cataluña. "Llega Posse de entrenador para sustituir a Roger Garcia. Y hay un partido clave. Un Espanyol-Damm en el que Terrats juega de pivote y marca un gol de falta. A partir de ahí, le amasacraron a llamadas los represtantes", cuenta.
El silencio del Espanyol las llamadas de Vizuete que surtieron efecto
En su último año de Juvenil, Posse llamó al Espanyol, donde jugó y entrenó, para ofrecerles a este chico, que lo veía con talento, pero no recibió respuesta de la dirección deportiva de aquellos años. Por lo que el futbolista, ya representado por Roberto Puerto, decidió irse al Sant Andreu de Tercera División con Mikel Azparren de entrenador. Jugaba en mediocampo con dos veteranos como Josu y Alcover, y llegó la pandemia. Y en ese veterano equipo todos le decían lo mismo: "No sé que haces aquí, debes irte a un filial". Un consejo que se hizo realidad gracias a Áxel Vizuete, que por aquel entonces era el entrenador del Girona B. "Llamó 18 veces ese verano, insistió mucho, y al final se decidió ir allí", explica su entorno.
Aunque no había jugado en ningún momento en la máxima categoría del fútbol base, Terrats llegó al filial de un emergente Girona en plena pandemia, en proceso de asentarse en Primera y de crear una potente cantera. Y, por aquellas casualidades que le han acompañado toda su vida, tres expulsados en un Almería-Girona de Segunda A le llevaron a debutar en el primer equipo con Francisco de entrenador... y con un lapsus que estuvo a punto de echarlo todo por traste. "Francisco no los conocía. Da la charla, da la alineación y no juega Terrats, juega el otro chico del filial. Y Álex Vizuete le dice que ponga a Terrats, porque es el titular en el filial y el otro chico juega menos. La charla se demora y al final Ramon juega en Zaragoza. Lo hace bien, acabó echo polvo y todo ya se desata... Había llegado para quedarse".
Esos lanzamientos a su asiento en Cornellà y la apuesta de Setién
Y Terrats tuvo continuidad. La semana siguiente cumplió el sueño de debutar en el RCDE Stadium. "Ese día, Ramon calentó chutando el balón a sus asientos en Cornellà, que estaban en el sector 137, unos metros detrás del banquillo. Era la pandemia y no había espectadores", explican desde su entorno. Y salió al campo justamente con Pau Víctor, ahora en el FC Barcelona, y jugó los últimos 15 minutos.
Rápidamente empezó a recibir llamadas de Villarreal, Atlético de Madrid y Real Madrid, que incluso se reunió con sus agentes por vídeoconferencia e insinuó que pagarían más incluso que los 250.000 euros de la cláusula, pero el Girona y Mágico Díaz, su agente, se movieron rápido para renovarle. "La gente empezó a descubrir a Ramon tras esos partidos", explican, mientras el Villarreal, finalmente, se lanzó a por él en enero de 2022 cuando su protagonismo se ve reducido por la llegada de Oriol Romeu. Pero antes le deja cumplir el sueño de jugar en Primera contra el Espanyol en un estadio con público. A los pocos días, viaja a Vila-real para jugar en el filial, pero apenas dura cuatro partidos.
"Lo vio Quique Setién y lo convocó", añade las mismas fuentes. Y el resto es ya historia conocida. También ha sufrido de lesiones, algo que va con el oficio: en el Girona pasó por el quirófano tras una fisura en la tibia y tras forzar un mes, mientras que el pasado enero se fue a operar a Gijón del menisco externo por recomendación de Marcelino. "Está totalmente recuperado", cuenta.
Es solo el comienzo de Terrats. Tiene cuerda para rato.