La neurociencia desembarca en el fútbol: así es plan de ejercicios que une a Koundé y Tchouameni
En plenas vacaciones, dos de los fichajes estrellas de Madrid y Barça han instalado un nuevo plan de trabajo en sus propias casas.
Durante la etapa de formación, los entrenadores trabajan la técnica de sus jugadores para que tengan una gama de recursos amplia. La otra cara de la moneda, complementaria, es el físico, cuyo techo varía en función de la edad o la genética. La élite es tan exigente que cualquier mejora, por mínima que sea, puede ser determinante. Jules Kounde, Aurélien Tchouameni -e incluso el cirujano plástico de las Kardashian- han apostado por la neurociencia para elevar su potencial.
"Mi trabajo consiste en mejorar la percepción de la información que le llega al futbolista a través de los sentidos. En definitiva, a procesar más rápido y mejor los estímulos", explica Ash Parker, entrenador de Neurovision. Así como un centrocampista puede perfeccionar su desplazamiento en largo o un central el tackle, la neurología trabaja el aspecto mental.

En plenas vacaciones, Kounde y Tchouameni viajaron a Los Angeles para descubrir y probar el entrenamiento con Parker. Hicieron unas diez sesiones de entre dos y tres horas y con intensidad progresiva. "Son suficientes para notar una mejora en el tiempo de reacción o el nivel de concentración", comenta Parker. "Los ejercicios neurológicos son como aprender a ir en bici: una vez sabes, tu cerebro ya no lo olvida", añade. Así pues, si un deportista retoma el entrenamiento al cabo de seis meses, continuará desde el mismo punto en que lo dejó. Es lo que se conoce como la hiperplasticidad del cerebro.
Un sistema muy específico
No será el caso ni de Kounde ni de Tchouameni. Satisfechos con la rapidez de los resultados, han decidido instalarlo en sus casas. En la pantalla mediante la que entrenan, Parker sitúa su cámara en una de las esquinas para poder hacer el seguimiento. El sistema es muy específico, con los mismos instrumentos se pueden entrenar aspectos muy distintos. Por ejemplo, el trabajo cambiaría si Kounde, a medio plazo, tuviera que jugar como lateral o como central. Desde el eje necesitaría una buena visión periférica. En cambio, desde la banda derecha necesitaría trabajar un poco más su visión periférica izquierda. Por otro lado, el reto de Tchouameni es mover el cuello lo menos posible y ampliar su campo de visión. Esto se traduce en algunas décimas de segundo ganadas en favor del madridista.
Este es uno de los ejercicios que realizan los atletas independientemente del deporte que practican. Tienes que seguir el recorrido de los círculos violetas y cuando se detengan identificar sus números correspondientes. Probarlo es todo un reto.
Kounde y Tchouameni recalaron en manos de Parker gracias a la buena relación que éste guarda con el fisioterapeuta de los futbolistas, Fabrice Gautier. Entre los jugadores nació una competitividad muy sana durante la estancia en Los Angeles. Por otro lado, Ole Gunnar Solskjaer, durante su etapa en Old Trafford, decidió instalarlo en el centro de entrenamiento del Manchester United. "El mundo del fútbol tiene una mentalidad más abierta que el deporte americano a la hora de implementar estas herramientas. Están dispuestos a hacer cualquier cosa para mejorar", explica Parker.
"No conocemos cuál es el potencial de cada persona. Pero como en cualquier otra habilidad, es distinto para cada uno", explica Parker. El boxeador Magsayo o el pívot de los Timberwolves Rudy Gobert han entrenado con él, mientras que el bateador Giancarlo Stanton compagina los entrenamientos con los Yankees con los neurológicos, que hace en su casa. La metodología también la practican empresarios, científicos espaciales y hasta el cirujano plástico de las Kardashian. "Él sí que tiene presión", bromea.