La constancia de Kike Salas tiene premio: "Ha mejorado mucho su mentalidad"
Desde la llegada de Quique Sánchez Flores se ha convertido en el jugador más destacado. Víctor Salas, exjugador del Sevilla y su tío, nos cuenta alguna de las claves.
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Al momento deportivo que vive el Sevilla es casi imposible sacarle algo positivo. El equipo sigue coqueteando con el descenso, la enfermería no da un respiro y no se acaban de cerrar los fichajes con los que pretende dar un vuelco a la situación, al menos para instalarse en la zona media de la clasificación. La única nota esperanzadora en este difícil momento puede ser la irrupción de algunos canteranos, algo inexistente en los últimos años de bonanza. Uno de ellos, Kike Salas, empieza a ganarse con su rendimiento la confianza no sólo del club sino de una afición que ansía contar con futbolistas que sientan el escudo.
Los comienzos no fueron fáciles. Tras su cesión a finales de la temporada pasada al Tenerife, parecía que su camino este año seguiría en las islas. Con casi todo acordado para un nuevo préstamo, a su Sevilla le costaba terminar la planificación de la plantilla y tanto la dirección deportiva como su entrenador en ese momento, José Luis Mendilibar, le pedían un esfuerzo ante las lesiones de Nianzou y Marcao. Además, los refuerzos en esa parcela no llegaban y el aterrizaje de Sergio Ramos sucedía más allá del 1 de septiembre.
Ahora, tras la llegada de Quique Sánchez Flores al banquillo, el canterano parece haberse asentado. "Kike está muy mentalizado de que es su momento. Sabe que tiene que aprovechar la gran oportunidad que le están dando, jugando con continuidad, ya que es la única manera en la que se puede coger el nivel de forma y demostrar el fútbol que uno lleva. Ya desde el día de Granada y con la continuidad que le está dando Quique Sánchez Flores, jugando al lado de Sergio Ramos, estando respaldado por él y con la experiencia de haber jugado ya varios partidos, ha mejorado mucho en la confianza. Confianza en sí mismo, en sus posibilidades, en su juego aéreo, tanto en defensa como en ataque" nos cuenta Víctor Salas, exjugador del Sevilla y tío de Kike.
Mucho se habla de la salud mental de los deportistas. Hoy en día, existen muchas herramientas para trabajarla aunque no todos se acogen a ellas. "Él mentalmente ha mejorado mucho. Tiene un psicólogo deportivo que le ayuda a mejorar su estado emocional. Cuando no está jugando, le ha permitido seguir trabajando, seguir teniendo confianza en él y en sus posibilidades. Ahora que está jugando, tiene que saber que jugando bien, no tan bien, marque un gol o no lo haga, tiene que mantener el equilibrio. Ha dado un salto de calidad en ese aspecto", nos comenta Víctor.
Un trabajo que va mucho más allá en las instalaciones de VS Sport. En ellas, Kike lleva trabajando su cuerpo desde los 12 años, manteniendo una cultura del trabajo y del esfuerzo que ha vivido en su familia. "Al margen de su trabajo diario en la ciudad deportiva, mantiene sus sesiones aquí en nuestras instalaciones, trabajando la movilidad, mejora de la cadera, el salto, aceleración y desaceleración. A nivel nutricional, se cuida al detalle: comida que prepara el club, suplementación, hábitos saludables y descansos", explica su tío. Kike Salas sigue su camino en busca de asentarse en la élite. Nadie regala nada.
Una cultura que refleja en pequeños detalles, casi invisibles para muchos pero que muestran sus ansias por triunfar en el equipo de su vida: "Lo veo con los cinco sentidos puestos en su profesión, en el próximo entrenamiento y en el próximo partido. No hay que ir más allá. Tiene muchas ganas de crecer, de triunfar en su club y con humildad, él sabe que eso no se negocia y que es el camino. El fin de año, que ha tenido pocos días para descansar, él ha seguido trabajando. Es consciente de que tenía muchas posibilidades de mantenerse en el equipo. Me sorprendió el grado de madurez que ha alcanzado. Estuvo en casa tranquilo, disfrutando de la cena, jugando con los primos y marchándose pronto a descansar porque al día siguiente tenía entrenamiento. No es tan fácil para un niño de 21 años que tiene posibilidades de alternar esos días con los amigos o con la novia. Ahí te das cuenta que es lo que tienes en la cabeza. Ha recorrido mucho camino como para dejarlo escapar ahora", reflexiona Víctor Salas. Está viendo crecer de la mano a su sobrino. El mejor sevillista en este 2024. Y eso es mucho decir.